Los cuatro grandes inventos de la China actual
Por ZHENG RUOLIN*
Cuando termines tus estudios en China y estés listo para regresar a tu país, ¿cuáles son los productos ‘hechos en China’ que más te gustaría llevar contigo?”. Una encuesta reciente realizada por la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing arrojó un resultado inesperado entre estudiantes extranjeros de diversas nacionalidades, de los cuales muchos aseguraron que les gustaría llevarse a casa los cuatro grandes inventos de la China actual.
Como todos saben, la imprenta con tipos móviles, la pólvora, la brújula y el papel son los cuatro grandes inventos de la China antigua, los cuales, a través de la Ruta de la Seda, fueron introducidos primero a la región árabe del Medio Oriente y más tarde a Occidente. No obstante, a pesar de no ser realmente chinos, los cuatro inventos que a los estudiantes extranjeros les gustaría llevar de vuelta a casa son los trenes de alta velocidad, los pagos con teléfonos móviles, las bicicletas compartidas y las compras por Internet.
17 de noviembre de 2017. Entrega de paquete con un dron en la ciudad de Xi’an, provincia de Shaanxi. CFP
¿Por qué son nuevos?
Para los franceses, los trenes de alta velocidad no son ninguna novedad, dado que fue precisamente en Francia donde nacieron. A comienzos de la década de 1990 se publicaron muchos reportajes con relación a las enconadas competencias que se desataron por la conquista del mercado ferroviario de alta velocidad de China entre la compañía francesa TGV, la alemana ICE y la japonesa Shinkansen. Los chinos pretendían adquirir la tecnología de Francia, pero la petición fue rechazada por la compañía Alstom. El fracaso de dicha negociación, sin embargo, dio pie para que China emprendiera su propio I+D tecnológico.
Fue así que diez años después entró en funcionamiento el tren de alta velocidad completamente “hecho en China”. Hoy en día, la red ferroviaria de alta velocidad del país asiático abarca 22.000 km, lo que equivale al 65 % de las líneas de alta velocidad a nivel mundial. Muchos extranjeros han quedado maravillados con los trenes chinos, en especial por su (1) rapidez: es posible cubrir la distancia de 1318 km entre Beijing y Shanghai en tan solo cuatro horas y 48 minutos; (2) estabilidad: un estudiante estadounidense intentó erguir una moneda pegada al vidrio del tren después del arranque y la moneda permaneció así durante más de 10 minutos; (3) economía: un boleto de segunda clase de Beijing a Shanghai cuesta 553 yuanes, lo que equivale a 73 euros; (4) comodidad: desde hace muchos años los trenes de alta velocidad chinos han estado equipados con asientos que permiten que los pasajeros siempre estén sentados encarando la misma dirección en la que va el tren. En comparación, solo hasta este año los trenes en Francia fueron dotados con instalaciones similares, y únicamente en los vagones de primera clase.
El tren chino de alta velocidad bautizado como “Armonía”.
Los pagos con teléfono móvil, ya sea a través de Alipay o WeChat, han hecho tan sencillas las transacciones que las barreras de lugar o precio son casi inexistentes. En alguna ocasión, a un periodista estadounidense residente en China se le ocurrió la idea de salir a la calle y solo llevar su teléfono móvil como forma de pago. Al final del día, el experimento demostró que en efecto era posible tomar un taxi, comer en un restaurante, ir de compras, pagar servicios domésticos, como agua y luz, ir al cine e incluso transferir dinero a un amigo, todo a través del celular.
Según el Financial Times, en 2016 la magnitud de los pagos móviles de China alcanzó los 358 millones de usuarios y un monto total de 5,5 billones de yuanes, 50 veces el de los pagos del mismo tipo realizados en EE. UU. Cabe resaltar que el rápido desarrollo de los pagos móviles tiene que ver con la divulgación relativamente atrasada de las tarjetas de crédito y la costumbre china de pagar en efectivo.
Las bicicletas compartidas tampoco son algo novedoso en Francia, dado que allí el alquiler de bicicletas ha existido desde hace mucho tiempo. Sin embargo, existe una gran diferencia en el modelo de los dos países. Mientras en Francia hay sitios fijos para recoger y devolver las bicicletas alquiladas, en China los usuarios las pueden tomar y abandonar prácticamente donde quieran. El alquiler de las bicicletas compartidas en China se realiza a través de una aplicación móvil, con la cual se escanea un código y posteriormente se libera la cerradura. Al terminar de usar la bicicleta solo es necesario cerrar nuevamente el seguro y pagar con el celular.
Hoy en día, Ma Yun (Jack Ma) y su empresa Alibaba gozan de un amplio reconocimiento internacional. A pesar de estar muy distante de China, incluso en Francia es posible hacer compras en Taobao, JD, Tmall, dangdang.com y otras plataformas chinas de negocios en línea. De los 731 millones de internautas registrados en el país, 467 millones (64 %) acostumbran a realizar compras por Internet. De hecho, el comercio electrónico en China ha superado los 26,1 billones de yuanes (más de 3,4 billones de euros), ocupando casi el 40 % de las ventas minoristas en línea de todo el planeta.
Radiografía del cambio de vida
En realidad, los cuatro inventos mencionados tan solo representan una pequeña parte de los cambios de vida que han experimentado los chinos a lo largo del proceso de modernización del país.
Cuando viví y trabajé en Francia, siempre me asombró la facilidad y efectividad con la que vivían los franceses. Sin embargo, tan solo cuatro años después de mi regreso a China, cambié muchas de las costumbres que había obtenido en el país europeo. Allí, por ejemplo, solía ir a la oficina postal con frecuencia (se dice que los franceses son los habitantes del mundo que más acuden a las oficinas de correos). Sin embargo, en China la gente prefiere usar el servicio de mensajería o paquetería, debido a que es posible enviar un paquete en casa con tan solo una llamada telefónica. Recientemente, en muchas vecindades, como la mía, se han instalado casilleros de mensajería para facilitar la entrega de los envíos. Tan solo es necesario que el remitente brinde la información pertinente a través de una app y pagar con el celular. Los objetos que serán dejados en los casilleros son despachados y entregados de manera rápida y segura.
10 de diciembre de 2016. Evento promocional en un almacén comercial de la ciudad de Chongqing, donde los clientes pagan con sus teléfonos móviles. Cnsphoto
17 de noviembre de 2016. Activación del servicio de bicicletas compartidas Mobike en la ciudad de Chengdu, provincia de Sichuan. Cnsphoto
Dado que en Francia tanto Uber como Didi –el Uber chino– están prohibidos, a veces la única opción para desplazarse en las ciudades es en taxi. En China, no obstante, los “vehículos especializados” son un servicio muy popular. Por ejemplo, cuando viajo a Shanghai para asistir a un evento, antes de subirme al avión reservo un coche especializado de la compañía China Auto Rental a través de una app móvil. Cuando llego al aeropuerto Pudong de Shanghai hay un coche esperándome afuera, hora y lugar previamente acordados.
Con los conductores de los coches especializados converso mucho sobre la competencia entre ellos y los taxistas. Por obvios motivos, los primeros tienen muchas ventajas sobre los taxis convencionales, como por ejemplo la facilidad para reservarlos y la “personalización” para los clientes, quienes, además de hora y lugar de recogida, pueden incluso elegir el modelo de coche que desean. Además, los pagos también se realizan por medio del teléfono móvil. Dadas estas razones, se hace evidente el porqué tantos taxistas también han optado por desempeñarse como choferes especializados.
Cuando la sociedad se volvió altamente industrializada, la innovación se convirtió en la principal fuerza motriz del desarrollo industrial, cambiando inevitablemente nuestro modo de vida. Por ejemplo, para una entrega de mercancías más rápida a los compradores, muchos comerciantes en línea han comenzado a utilizar robots repartidores de paquetes, que pueden distribuir mercancías a diferentes zonas del almacén de despacho según la orden del centro de control digital.
Sin embargo, esto no es nada si se compara con el puerto automático de Qingdao, que, después de tres años de I+D tecnológico, entró en funcionamiento el pasado 11 de mayo. En lugar de obreros que cargan y descargan contenedores, en el puerto sobresalen gigantescos brazos giratorios y grúas pórtico trabajando a toda marcha. Mientras que anteriormente la carga de un contenedor requería 60 obreros, ahora tan solo se necesitan 9. De igual manera, las plantillas de trabajadores se redujeron en 85 % y la eficiencia laboral se elevó en 30 %.
Con más de 400 fabricantes de drones, que representan el 70 % del mercado mundial tanto para uso civil como militar, China es el mayor productor de aviones no tripulados en el mundo. En enero de 2016, el país promovió un dron de gran tamaño con capacidad para llevar pasajeros. Y otro modelo experimental de tamaño grande, impulsado por energía solar, podrá permanecer en el aire durante meses, incluso años. Las innovaciones industriales no solo han provocado cambios sustanciales a nuestra vida cotidiana, sino también a la fisonomía de toda la sociedad. Los impactos que las innovaciones podrán tener en el futuro están fuera de nuestra imaginación.
*Zheng Ruolin es periodista del diario Wenhui de Shanghai y ha escrito el libro Les chinois sont des hommes comme les autres, publicado en Francia.