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2016-April-11 16:15

“China fue una experiencia única”

Por MICHAEL ZÁRATE
 
 
ES la primera vez en la historia que un secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) realiza una visita oficial a China. El uruguayo Luis Almagro ha sido, además, embajador en este país entre 2007 y 2010, una época en la que fue testigo del vertiginoso desarrollo de la sociedad china. Almagro recibió a China Hoy durante su paso por Beijing, con la mente puesta en que China acompañe el nuevo impulso que su administración pretende darle a la OEA.
 

Luis Almagro, secretario general de la OEA.
 

 

China Hoy (CH): Embajador Almagro, en esta visita a Beijing usted ha podido reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi. ¿Cuáles han sido los resultados de esta entrevista?

 

Luis Almagro (LA): En estas reuniones que hemos mantenido con las autoridades chinas, lo más importante ha sido consolidar un nuevo enfoque de trabajo y una renovación de la relación de la OEA con China. Ha sido también la posibilidad de tener un diálogo político al más alto nivel y que ello se renueve año a año, y ha sido también la oportunidad de trabajar una serie de proyectos concretos. Queremos una participación más fuerte de China en los proyectos más emblemáticos de la OEA.

 

CH: ¿Cómo cuáles?

 

LA: Los proyectos de Escuela de Gobierno, interconectividad del Caribe, prevención y manejo en materia de desastres naturales, sistema interamericano de educación y mecanismos para la resolución de conflictos sociales. China tiene relaciones con la OEA desde 2004, cuando acreditó un representante permanente, quien luego fue ministro de Relaciones Exteriores y es hoy consejero de Estado, el señor Yang Jiechi.

 

CH: Precisamente, el consejero de Estado Yang Jiechi ha expresado su respaldo a que China y la OEA aumenten sus relaciones. ¿De qué manera la OEA podría contribuir a un mayor diálogo entre China y el continente americano?

 

LA: El respaldo dado por el consejero Yang Jiechi es el respaldo del Gobierno chino a un diálogo político con la OEA y a una participación en los proyectos más importantes de la organización. Es también el apoyo a un esquema de trabajo conjunto que permita ir resolviendo problemas, teniendo en cuenta los niveles de asociación económica, comercial y de cooperación que tiene China con América Latina y el Caribe. Afrontar temas como la pobreza, la desigualdad, la corrupción, las enfermedades, el cambio climático, el agua, la energía y los desastres naturales forma parte de los intereses comunes y esa lógica de trabajo es la que hemos propuesto consolidar. Y ello ha tenido el respaldo del consejero Yang Jiechi, pero también del ministro de Relaciones Exteriores y del viceministro de Comercio, con quienes también nos hemos entrevistado.

 

CH: Como señala, usted ha podido también reunirse con autoridades del Ministerio de Comercio de China. América Latina ha pasado a ser un destino importante de la inversión china en el exterior. ¿Qué propuestas tiene la OEA para respaldar el comercio entre ambas partes?

 

LA: Fortalecer todas las líneas de trabajo que tiene China con el continente. China hoy ha cambiado la ecuación en Estados Unidos: invierte más en Estados Unidos de lo que recibe de inversiones estadounidenses. Eso también se ha fortalecido con los países de América Latina y el Caribe, y tiene que ver con el desarrollo de proyectos íntegros, con la provisión de materias y materiales para trabajos de producción, y con la capacitación, desde el nivel empresarial hasta el nivel de empleados y funcionarios. En todas esas líneas de trabajo, la OEA tiene aportes específicos. Hemos puesto el ejemplo de mecanismos para resolver conflictos sociales, teniendo en cuenta que la principal fuente de conflictos sociales en el continente tiene que ver con megaproyectos de inversión, industrias o proyectos extractivos. Esto tiene un interés directo en las futuras inversiones que pueda tener China en el continente y su futuro involucramiento en proyectos de esta naturaleza. Al enfrentar temas como la corrupción y la inseguridad también se están fortaleciendo variables para mejorar las condiciones de inversión y cooperación que tiene China con los sectores productivos y empresariales de nuestro continente.

 

CH: Una organización joven como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha venido impulsando un mayor diálogo con China. Hace un año se realizó aquí en Beijing la Primera Reunión Ministerial del Foro China-CELAC, en la cual usted estuvo presente como canciller de Uruguay. ¿Cuál es la postura de la OEA respecto a organizaciones como la CELAC y su acercamiento con China?

 

LA: Es extraordinariamente bueno. Lo vemos de una manera muy positiva. Cuanto más fuertes sean los vínculos de China con la CELAC, la UNASUR, SICA (Sistema de la Integración Centroamericana), CARICOM (la Comunidad Caribeña), con MERCOSUR, con la Alianza del Pacífico y con el ALBA, mejores serán las condiciones de trabajo para la OEA. Y lo que hacemos no compite con ninguna de estas organizaciones. Es absolutamente complementario y fortalece esas dinámicas. Por lo tanto, todos los acercamientos que tiene China con el continente son especialmente gratificantes. Lo que hace la OEA es muy diferente, tanto en el fortalecimiento de la democracia como en la protección y plena vigencia de los derechos humanos, la seguridad multidimensional y los temas de desarrollo. Por eso, es un placer que la organización regional más antigua del mundo, la OEA, venga a dialogar con el país más antiguo del mundo. Ambas partes tenemos una historia, una tradición, una eficiencia y un trabajo detrás que nos pueden avalar en la creación de confianza mutua cada vez más fuerte.

 

CH: Usted fue, además, embajador de Uruguay en China (2007-2010), lo que le permitió observar de cerca los cambios en la sociedad china. ¿Cuáles son los temas que más le han interesado sobre el proceso de desarrollo chino de los últimos 15 años?

 

LA: El hecho de que el desarrollo era visible. Tuve una nueva visión de lo que era ser país en desarrollo. Para mí, un país en desarrollo eran los países latinoamericanos, en los cuales las cosas tenían una evolución que era mucho más tranquila y con más calma. En cambio, aquí de 2007 a 2010 fue un periodo explosivo, un crecimiento tangible que se daba casi como crecía la construcción de rascacielos, y eso fue en todas las dinámicas productivas, extractivas, industriales y de servicios. Solo habría sido comparable con haber sido embajador en Gran Bretaña durante la Revolución Industrial. Esa dinámica de crecimiento que tuvo China era prácticamente inédita en el mundo y fue una experiencia única para mí y de enriquecimiento absoluto a nivel profesional. Tuve una nueva manera de constatar la forma de hacer política y de hacer gobierno, de lograr la transversalidad de las medidas de gestión de gobierno y la construcción de meritocracia real, de capacitación de funcionarios y de que estos puedan llegar a los puestos más altos. China era un país que quería más comercio, más exportación e importación, más inversiones, más cooperación y mejor diálogo político, y esa era una agenda prácticamente soñada porque avanzábamos a pasos gigantes todo el tiempo.

 

Luis Almagro durante la entrevista con China Hoy. Fotos de Li Yue
 

 

CH: Teniendo en cuenta su experiencia vivida, ¿cuál cree que es la importancia que China tiene hoy en una región como América Latina?

 

LA: Es la importancia de ser el principal socio comercial de gran parte de los países de la región y de haber mantenido niveles de crecimiento en su involucramiento económico con nuestros países. Ha llevado adelante proyectos de inversión como prácticamente ningún otro país en el mundo, y sus esquemas de cooperación financiera han sido incluso más fuertes que los del BID y el Banco Mundial juntos. Esos son datos objetivos. También están los subjetivos: el sentir más cerca la amistad china y el hecho de que la importancia recíproca y la confianza mutua vayan creciendo en paralelo a lo que van creciendo estas dinámicas de negocios.

 

Se habla de libre comercio y de competencia. Algunos hablan en esos términos hasta que les toca el libre comercio y competir de verdad, y ven afectados sus intereses económicos y comerciales. Antes había empresas transnacionales que competían, entre ellas mismas, en dinámicas de asociación que generalmente eran perjudiciales para los países en desarrollo. China cambió completamente esa relación: abarató los precios de los productos manufacturados que comprábamos y encareció los precios de los productos que exportábamos. Esta nueva ecuación comercial y económica fortaleció mucho a nuestros países. Entonces, tenemos que seguir mirando hacia el futuro. Hoy quizá las economías están más lentas y algunas pueden estar en recesión, pero todos estos ciclos económicos pasan y tenemos que estar preparados para que en el nuevo ciclo económico, China, América Latina y el Caribe tengan asociaciones cada vez más fuertes, con una visión cada vez más estratégica y con mejores resultados concretos.

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