Aprender español, la nueva moda
Partiendo de cero
Hay más de 400 millones de hispanohablantes en todo el mundo. Además de emplearse en España y en muchos países de América Latina, es también uno de los idiomas oficiales de la ONU y, en EE.UU., el español es la lengua extranjera más importante. Pero, en China, la gente lo califica de “lengua menor” (un término convencional en la enseñanza de idiomas que se utiliza para referirse a los idiomas extranjeros excepto el inglés, el francés y el japonés).
Cen Chulan, profesora jubilada de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing (BFSU, por sus siglas en inglés), el primer centro docente chino en incluir la asignatura de español, en 1952, se dedicó a la enseñanza del español desde el año 1955. Como una de los tres primeros estudiantes de español de la República Popular China, todavía recuerda muy bien los difíciles inicios en la enseñanza de esta lengua: “Antes del nacimiento de la República Popular, ninguna universidad de China ofrecía cursos de español. En 1952, siguiendo las instrucciones del primer ministro, Zhou Enlai, el Instituto de Lenguas Extranjeras de Beijing (hoy BFSU) creaba el Grupo de Preparación para la Enseñanza del Español. En aquel entonces, que yo sepa, no había nadie en toda China que hablase español, excepto una persona, Meng Fu, que trabajaba en el Ministerio de Relaciones Exteriores de China. Meng tenía experiencia como diplomático en América Latina y había estudiado el idioma de forma autodidacta. Él era el único que podía ser maestro de español. A finales de diciembre de 1952, Meng empezó a enseñarnos a los tres jóvenes; no teníamos materiales pedagógicos originales en chino, sólo dos libros de texto, en ruso, que había traído un profesor de inglés de Moscú, y que se habían tenido que traducir al chino. Así comenzó la enseñanza del español en China”.
Cai Shaolong, vicedecano de la Facultad de Español y Portugués de la BFSU, cuenta que “en la década de los 60, Zhou Enlai propuso formar personal de alto nivel especializado en lenguas extranjeras, y la enseñanza del español prosperó durante un tiempo, matriculándose en la facultad casi 90 estudiantes cada año. En la década de los 70, debido a la inestabilidad causada por la Gran Revolución Cultural, la matriculación se redujo mucho, llegando a cesar. Tras este periodo, se recuperó la enseñanza, manteniéndose un ritmo de matriculación de uno o dos grupos al año, con unos 20 estudiantes cada uno”.