Entrevista a Enrique García, presidente ejecutivo de la CAF Banco de
Desarollo de América Latina
Por DARÍO GUIJO
Enrique García. Dong Ning
Enrique García participó el 8 de mayo en la conferencia “Dinámicas cambiantes de la economía internacional: alternativas para China, América Latina y el Caribe”, organizada por la Academia de Ciencias Sociales de China. China Hoy tuvo el placer de poder entrevistarle.
China Hoy (CH): Nos gustaría empezar la entrevista preguntándole por las relaciones que la CAF mantiene con otras instituciones chinas, ¿qué relaciones tienen y cuáles prevén desarrollar? ¿Cuáles son los puntos más fuertes?
Enrique García (EG): En la actualidad mantenemos relaciones con la Academia de Ciencias Sociales de China y es una base para expandir nuestras relaciones con instituciones de China. En concreto, nosotros hemos establecido una relación desde hace varios años con el Banco de Desarrollo de China, tenemos unas líneas de crédito de ellos hacia nosotros por cerca de 200 millones de dólares que canalizamos a través de programas y proyectos a la región latinoamericana, también tenemos un acuerdo de cofinanciamiento y hemos tenido varias experiencias en Colombia, en el sector privado, bastante exitosas, y esperamos seguir en esta línea. Por otra parte estamos en conversaciones avanzadas para tener esquemas similares, para canalizar recursos de mutuo interés para América Latina y China, y en estos días he tenido una entrevista con el vicepresidente del Banco Popular de China para establecer nuevas líneas de crédito. Así es que estamos viendo una relación de tipo integral que está creciendo año tras año.
CH: En su intervención usted ha hecho referencia a que tanto América Latina como China forman más parte de la solución que del problema de la crisis económica actual. Dentro de este contexto, ¿cuál cree usted que va a ser el desarrollo de las relaciones entre América Latina y China en los próximos años?
EG: Sí, lo primero es que no hay ninguna duda de que esta afirmación es cierta porque en medio de la crisis estas dos regiones han mantenido un gran dinamismo. Obviamente que el dinamismo de Asia y de China concretamente es mayor que el de América Latina, pero si comparamos la historia económica de América Latina, los últimos años han sido posiblemente los mejores que en términos macroeconómicos ha tenido América Latina en varias décadas. Ahora, ¿cuál es el futuro? Yo creo que el futuro de las relaciones tiene que llevarse adelante en función de las realidades futuras, es decir, cuál sería la prioridad del lado latinoamericano; creo que las cifras son elocuentes de lo importante que se ha convertido China en América Latina, en concreto en América del Sur, tanto en inversión directa como en flujos comerciales. El desafío futuro es cómo lograr una mayor simetría en la relación comercial. Hoy día hay una complementariedad evidente: exportamos materias primas principalmente e importamos productos de tecnología de mayor valor agregado. ¿Cómo modificar ese patrón sin dejar a un lado las materias primas?, desde luego ¿cómo crear un flujo que implique mayor transferencia tecnológica y mayor efecto en la economía latinoamericana? Esa es una de las labores, y por el otro lado se debe estimular que las multinacionales de América Latina, que son muy competitivas en muchos sectores, puedan participar en el mercado asiático. Hay empresas latinoamericanas que con éxito están trabajando en este contexto del mundo, así es que posibilidades existen, el asunto es incentivar un mayor entendimiento en ambas regiones de las realidades de cada una de ellas.
CH: A pesar de que parece que ahora estamos entrando en una nueva fase de recrudecimiento de la crisis, ¿comparte la idea de que América Latina puede en esta ocasión salvarse de una nueva recaída gracias al comercio con China?
EG: Desde luego que el factor chino ha sido clave para que América Latina haya podido enfrertarse a la crisis de 2008 y posiblemente a una crisis futura, porque efectivamente al ser, especialmente Amércia del Sur, un exportador de materias primas donde los precios han subido sustancialmente, esto ha significado un impacto muy favorable en los términos de intercambio, y ha sido un gran mitigante para las economías. Paralelamente América Latina también ha hecho su tarea, tuvimos experiencias muy adversas en décadas pasadas de crisis financiera que ocasionaron juntamente con malas políticas fiscales y monetarias a desequilibrios masivos que significaron varios períodos de hiperinflaciones, crisis de la deuda, etc. Hoy en día el cuadro es diferente, gracias a este marco de estabilidad macroeconómica no podemos decir que haya un país que tenga un problema de deuda externa, lo cual era el común denominador de hace 20 ó 25 años. Segundo, hemos acumulado un conjunto de reservas internacionales alto, de manera que hay mitigantes importantes para los próximos años, sin embargo no hay que ser complacientes, el hecho de que estemos en una buena circunstancia por el momento no significa que no hayan problemas estructurales que resolver, y más bien nosotros pensamos que este escenario positivo en lo macroeconómico debe servir de plataforma para que se hagan reformas estructurales para aumentar la inversión, mejorar y suministrar un mayor apoyo a la competitividad y principalmente lograr aumentos en la productividad, todo esto ligado a un proceso de transformación productiva que lleve a las economías latinoamericanas de un modelo de ventajas comparativas a un modelo de ventajas competitivas, de un modelo de materias primas y salarios bajos a un modelo donde las materias primas pueden ser un factor muy importante, pero donde el conocimiento, la tecnología, la innovación son factores que desencadenan nuevos procesos donde se puede lograr un mayor empleo y calidad de vida para la mayoría de los ciudadanos.
Por la izq. Darío Guijo, Enrique García y Li Wuzhou, redactor jefe. Miao Ye
CH: En cierto modo sería tratar de conseguir que la mayoría de los países de América Latina se convirtieran en una especie de Canadá.
EG: Bueno, ese es el tema, que uno cuando dice “la maldición de los recursos naturales”, yo digo no seamos tan duros, más bien tenemos mucha suerte de que Amércia Latina tenga recursos naturales. El asunto no es si los recursos son buenos o malos, la pregunta es cómo los administro. Tengo recursos naturales y utilizo el excedente con políticas públicas sanas, unas políticas que creen incentivos a la innovación, y transformamos las economías. Ahora, si nos dedicamos a festejar como si fuera una lotería, obviamente tendremos unos malos días en el futuro.
CH: Hace un momento hizo referencia a que estamos en un contexto donde el precio de las materias primas está muy alto y está beneficiando a América Latina. Desde hace un tiempo se empiezan a oír voces que dicen que estos precios no solo se deben al dinamismo de China y América Latina, sino también a que se ha alcanzado el tope en la capacidad de extracción de recursos naturales.
EG: Sí, probablemente eso es correcto, definitivamente es correcto, pero yo vuelvo a la idea de que es importante lograr una trasnformación productiva con mayor creatividad y tecnología.
CH: ¿Qué países considera usted que se han beneficiado más hasta la fecha de sus relaciones comerciales con China?
EG: Bueno, en general yo diría que los países que más han aprovechado según las estadísticas son Chile, Argentina y Venezuela. Son los países que mayores beneficios han logrado, lo importante es que la cooperación América Latina-China se descentralice más. América Latina es más allá que unos cuantos países, igual que Asia es más allá que unos cuantos países.
CH: ¿Por qué cree que aún a pesar del rápido crecimiento de las relaciones comerciales, la inversión china en América Latina no ha seguido ese mismo ritmo?
EG: Bueno, es muy importante la inversión pero lo que pasa es que las relaciones de inversión son más complejas. Para realizar una inversión directa es necesario tener una confianza y una tranquilidad en el conocimiento del terreno, de las instituciones, tener garantías de orden jurídico. Es por eso que instituciones como la que yo presido tienen un rol importante en ayudar a que se tenga la información correcta y que las empresas vayan ganando confianza. Esta es una tarea que yo creo hay que realizar y que va paso a paso.
CH: ¿Cada vez que viene usted a China qué cambios percibe?
EG: La experiencia mía es que el cambio ha sido expectacular. La primera vez que vine todavía era viceprimer ministro de mi país (Bolivia), era todavía la época de Mao. Después no volví hasta el 94; ¡qué cambio!, luego regresé en el 97, y ya percibí otro cambio. Hasta diez años más tarde no regresé, y bueno, ya ni qué decir. Y ahora que vengo seguido, una o dos veces al año, pues cada vez que vengo percibo un cambio no solo en lo físico sino también en lo cultural. Es un país que está insertándose de manera realista en la mundialización, y bueno, es un país que tiene por delante grandes desafíos, por ejemplo el gran número de población rural; son desafíos mayores.