Entrevista a Alicia García Herrero, economista jefe para mercados emergentes del BBVA.
Por DARÍO GUIJO
Alicia García Herrero lleva ya seis años trabajando en Hong Kong para el BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria). Pudimos entrevistarla con motivo de su participación en la conferencia “Dinámicas cambiantes de la economía internacional: alternativas para China, América Latina y el Caribe”, organizada por la Academia de Ciencias Sociales de China, el pasado 8 de mayo.
China Hoy (CH): Queríamos empezar preguntándole cómo considera usted que América Latina podría aprovechar mejor este contexto actual de venta de materias primas a altos precios a China para poder transformar su economía.
Alicia García Herrero (AGH): Una vez más, América Latina tiene una oportunidad de oro para transformar su economía. Durante la primera parte del siglo XX ya se produjo un boom de materias primas por la industrialización de EE.UU. y de Europa, el cual puso a América Latina en esa situación favorable que por desgracia desperdició; de ahí la crisis del 73, etc. Esta vez tiene una segunda gran oportunidad para aprovechar este segundo gran boom de los precios de las materias primas. Yo creo que hay razones para pensar que la región ha aprendido de la experiencia a tratar con cuidado el boom, que no es permanente, y por lo tanto hay que ahorrar parte de esos beneficios temporales para transformar su economía. Esa debería ser la estrategia. Obviamente hay muchas diferencias entre los países, pero lo que está claro es que hay dos puntos a favor: la experiencia y lo que uno haya aprendido de ella, y que este ciclo parece que será más largo porque la zona del mundo que se está industrializando tiene más población. Por lo tanto, el proceso de urbanización y el proceso de industrialización de una zona tan grande llevan a pensar que este ciclo de precios altos de materias primas se mantendrá mucho más tiempo.
CH: Tal y como usted dijo en su intervención, el proceso de urbanización no suele ser tenido en cuenta, aunque requiere del empleo de muchas materias primas y energía. También ha dicho que América Latina tendría que centrarse en otros países de Asia. Desde su experiencia trabajando en un banco que opera a nivel global y con gran presencia en América Latina, ¿considera que esta región está excesivamente centrada en China?
AGH: Realmente es una muy buena pregunta. América Latina está muy centrada en China. Es verdad que China, tal y como comentaba en mi presentación, va a suponer el 44% del crecimiento mundial en los próximos 10 años, por lo cual no es que América Latina esté concentrada en China, sino que prácticamente todo el mundo está mirando a China. Pero el crecimiento del resto de Asia supondrá el 14% del total mundial y Asia en conjunto 58% del crecimiento total. El 14% es aun así enorme. Estamos hablando de que es un 50% más que EE.UU. y Canadá juntos; es decir que India, Indonesia, Corea del Sur, Taiwan, Pakistán, Tailandia, Vietnam (todos en distintos ciclos de desarrollo, es verdad, y algunos todavía en una base muy baja) van a tener una gran demanda de materias primas. Es decir, América Latina tiene que mirar a Asia en conjunto. Estar pegado a China no es un problema, ya que es el país que va a crecer más, pero para tener otros focos de crecimiento que permitan diversificar hay que mirar a otros países.
CH: Ya que tenemos la oportunidad de hablar con alguien que trabaja para una institución bancaria española, ¿cuál fue el panorama de la banca española a la hora de llegar al mercado chino?
AGH: Ha habido varias fases. Obviamente cuando los bancos extranjeros llegaron a China, incluido el BBVA, entre 2006 y 2007, la situación era diferente, los bancos apenas se habían recapitalizado y pasaban por una situación de cierta debilidad y la idea era que una apertura a los bancos extranjeros permitiera a los bancos chinos modernizarse y aprender la gestión del riesgo, etc. Obviamente desde ese momento los bancos chinos han duplicado su tamaño y los bancos en el resto del mundo están en una situación de mayor debilidad, lo cual podría llevar a las autoridades chinas a pensar que no necesitan a los bancos privados extranjeros. Mi opinión es diferente en la medida en que, aunque ha habido un gran crecimiento de la banca china en los últimos años, además del crecimiento es necesaria una transformación, es decir, hasta ahora China no ha tomado medidas de liberalización del sistema financiero y de la cuenta de capital, las cuales van a ser necesarias si China quiere tener una moneda de uso internacional, como ya parece claro que quiere tener. En ese proceso de liberalización es muy importante tener a bancos como el BBVA, que conocen a China y que han llevado a cabo este proceso no solo en España sino también en muchos países de América Latina, porque ese es el proceso que va a llevar a cabo sin duda alguna China en los próximos años. Los bancos extranjeros tienen este expertise, sin detrimento de que los bancos chinos tengan el suyo; pero en este ámbito concreto, es algo que debería ser aprovechado.
CH: ¿Es posible que los bancos como el BBVA, que opera en tres regiones diferentes del globo, pudieran ayudar a transformar las reservas internacionales chinas en inversiones en América Latina o España?
AGH: China es, junto con Alemania y Japón, uno de los grandes acreedores internacionales. En mi opinión, la parte financiera de China es excesiva en comparación con las de Alemania o Japón. Se podría incluso pensar en tener con el tiempo reservas en monedas de países latinoamericanos, como el peso mexicano, el real brasileño, ya que a largo plazo deberían pasar por un proceso de apreciación, como todos los países emergentes en principio. En el lado de la inversión directa, sí, el BBVA tiene, junto con nuestro socio CITIC, la capacidad de poder llevar capitales hacia América Latina y hacia el sur de Europa, especialmente a España y Portugal. La idea es que esas inversiones pueden ser más rentables que la inversión en bonos del tesoro con las tasas de interés actuales y además permitir a China, a través de estas inversiones, acceder a mercados internacionales en la medida en que actualmente en China ya existen sectores donde hay una sobrecapacidad, en un mundo que, mucho me temo, pueda ser cada vez más proteccionista. El poder operar desde otras sedes es una manera de sustituir a las importaciones. Esto lo saben muy bien los japoneses. Lo experimentaron en los años 80, cuando además el yen estaba muy fuerte, cosa que puede pasar en China en los próximos años si los costes laborales y los tipos de cambio acaban reduciendo la competitividad china. Sin embargo, a través de las inversiones, China puede producir en el resto del mundo. Tal y como dije, América Latina va a ser la segunda zona que más va a crecer en los próximos años, por lo que debería estar entre las opciones que el Gobierno chino maneja para diversificar su riqueza.
CH: ¿Cuáles son los sectores españoles más dinámicos a la hora de exportar a China? ¿Qué posición como mercado exportador podría ocupar China para España?
AGH: En este caso es interesante que, tras la burbuja inmobiliaria, en el imaginario colectivo se ha instalado la idea de que España ha perdido mucha competitividad y, por lo tanto, cuota de exportaciones. En realidad, España apenas ha perdido cuota de exportaciones y ha perdido mucho menos que Francia, Italia o Reino Unido, aunque un poco más que Alemania; pero España es uno de los países de Europa que ha mantenido una cuota de exportaciones estable ante la llegada de China. Siendo esto, hay que pensar cuánto pesaba China en la parte de las exportaciones españolas, y la verdad es que pesaba muy poco. España llegó tarde al boom importador chino y, además, somos menos complementarios que los países de América Latina porque no exportamos materias primas; pero, dicho eso, las exportaciones a China han crecido más que la media de exportaciones a otros destinos y se han diversificado, se ha aumentado la lista de productos exportables y ya son muy variados: productos agroalimentarios de lujo, productos de alto valor añadido como las energías renovables, entre otros, y en principio las exportaciones a China deberían crecer a doble dígito en los próximos 10 o 20 años. Respecto a la posición que puede llegar a ocupar como mercado para las exportaciones españolas, China no podrá llegar a ser el primer mercado exportador español, ya que España está integrada dentro del mercado europeo, pero dentro de unos años podría pasar a ser el tercer o cuarto mercado exportador español, ya que es donde está la demanda.