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2011-August-26 13:08

Cuando estudiar es un sueño cumplido

Gracias al sistema de enseñanza bilingüe de la escuela de Jebumgang, igual al de muchas otras escuelas de Lhasa, sus más de 2.000 alumnos, todos tibetanos, hablan con fluidez tanto tibetano como chino. Entre sus 150 maestros de primaria hay 8 de la etnia han y, como en otras escuelas primarias del Tíbet, no se cobra ni por las clases ni por los libros.

Felices estudiando

Tras regresar a Lhasa, Drolma tuvo, al principio, dificultades con muchas asignaturas. Durante un tiempo tuvo que volver a casa más tarde que sus compañeras, para quedarse a recuperar las clases que había perdido con ayuda de su maestra, Lozang Yangjen. Cuando llegó, se encontraba por detrás de los 20 primeros de su clase, pero poco a poco mejoró hasta superar ese puesto y hoy está ya en el grupo de los mejores estudiantes. Por sus buenas notas en el último semestre, recibió una mochila nueva como premio.

“Es una chica capaz”, dice de ella su profesora. Lozang Yangjen, que tiene ahora 36 años, ha vivido durante 7 años en otras provincias de China y se graduó en el Instituto Normal de Shijiazhuang, la capital de la provincia de Hebei. Es una de los 10 profesores de la escuela que perfeccionaron sus estudios en otras provincias chinas.

Actualmente, al igual que Drolma y Celhamu, todos los niños tibetanos pueden ir a la escuela. No tenían esa suerte hace 60 años, cuando sólo los hijos de las familias nobles o los lamas recibían educación. En aquel entonces, los templos lamaístas constituían las principales instituciones de enseñanza, que era, además, religiosa, junto a unas pocas escuelas oficiales y privadas, ninguna de ellas que pudiera considerarse moderna. Más del 95% de la población local no tenía acceso a la educación. Hoy en día, la matrícula en las escuelas de primaria cubre al 98,2% de los niños en edad de asistir a clase, y las de primer ciclo de secundaria llegan al 90,7%.

Los hijos de los campesinos y pastores son aún más afortunados. Gracias a políticas preferenciales para proporcionarles enseñanza, alimentación y alojamiento gratuitos, viven y estudian en las escuelas sin que ello suponga ninguna carga para sus familias. Desde este año, estas políticas se han ampliado para cubrir la enseñanza de preescolar y la del segundo ciclo de secundaria. Cada alumno puede recibir, además, un subsidio, que en promedio es de 2.000 yuanes por año.

Clase de química, con los alumnos realizando un experimento. CFP

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