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2013-August-28 09:37

El sueño chino necesita a los países árabes

Por WU SIKE*

Li Keqiang en el III Foro de Economía y Comercio entre China y los Estados Árabes, celebrado en 2012 (Ningxia). Xinhua

 

EN conversaciones con dirigentes árabes, enfaticé que el sueño chino no se materializa a puertas cerradas y que necesita persistir en la política de reforma y apertura, así como ampliar la cooperación con diversos países. El sueño chino busca la paz, el desarrollo, la cooperación y las ganancias compartidas, y requiere el apoyo y la cooperación de los países de Medio Oriente, en especial, de los países árabes. Asimismo, el proceso de materialización del sueño chino y la búsqueda de la paz y el desarrollo de los países de Medio Oriente tienen una fuerte complementariedad, por lo que ambas partes pueden avanzar juntas. Un dirigente árabe señaló que está convencido de que el sueño chino se materializará y llegó a esta conclusión basado en su larga experiencia en contactos con los dirigentes chinos. Además, resaltó el plan de desarrollo a mediano y largo plazo de su país y sostuvo que la materialización del sueño chino y el desarrollo del mundo árabe pueden complementarse y promoverse mutuamente. Me dio la impresión de que sus observaciones constituyen un fiel reflejo de las relaciones chino-árabes y muestran una acertada perspectiva de la cooperación entre ambas partes.

La materialización del sueño chino ha experimentado numerosas etapas históricas, como la lucha por la independencia nacional, la salvaguarda de la soberanía del Estado, el desarrollo de la economía y la exploración de un camino de desarrollo apropiado a las condiciones del país. En cada etapa, China contó con el apoyo de Egipto y otros países árabes. China, Egipto y los países de Medio Oriente comparten iguales o similares experiencias históricas, y después de la Segunda Guerra Mundial lograron su independencia política, aplicaron una política exterior independiente y de paz, respetaron el derecho de la autodeterminación de los pueblos, salvaguardaron activamente la paz mundial y desempeñaron un papel especial en la configuración política y económica del mundo. Los vínculos entre China, Egipto y los países de Medio Oriente constituyen una de las más importantes relaciones de China en el exterior, por lo que los países árabes se han convertido en una importante base para la diplomacia china.

A mediados del siglo pasado, los movimientos de liberación nacional en Asia, África y América Latina se desarrollaron con ímpetu y muchos de esos países se apoyaron mutuamente en su lucha. La República Popular China, que acababa de lograr su independencia y liberación, se puso del lado de los pueblos de Asia, África y América Latina y apoyó con firmeza la justa lucha de los países árabes por su independencia y liberación. Al mismo tiempo, se granjeó una gran amistad en el mundo árabe y los países árabes establecieron, sucesivamente, relaciones diplomáticas con China. Ellos, por su parte, apoyaron a la República Popular China en la recuperación de su legítimo puesto en la ONU. En el proceso de lucha independentista de diversos países de Asia, África y América Latina, China y el mundo árabe colaboraron mutuamente, convirtiéndose en una fuerza fundamental en la lucha contra el colonialismo, el hegemonismo y la política de fuerza.

Luego de la Guerra Fría, los intereses de China y el mundo árabe han venido coincidiendo. Objetivos comunes, como la búsqueda del desarrollo económico, el progreso social y el bienestar de los ciudadanos, permitirán que, tanto chinos como árabes, aprovechen las oportunidades que ofrece la integración y se apoyen mutuamente.

31 de mayo de 2012. Inauguración de la V Conferencia Ministerial del Foro de Cooperación ChinoÁrabe en Hammamet, Túnez.

El panorama internacional viene evolucionando profundamente en este siglo XXI. Ante una compleja y cambiante situación, ambas partes convirtieron sus desafíos en oportunidades y dieron un paso más en la consolidación de la cooperación en los terrenos político, económico, científico y tecnológico, energético, entre otros. Además, el Foro de Cooperación Chino-Árabe ha llenado un vacío desde su establecimiento en 2004, lo que ha elevado el nivel de las relaciones entre ambas partes.

Si bien la situación política de algunos países árabes ha experimentado cambios radicales, lo que permanece inalterable es la profunda amistad entre los pueblos chino y árabe. Frente a los cambios suscitados en la región de Medio Oriente, y basada en una concepción diplomática y un sentimiento de amistad hacia los pueblos árabes, China ha expresado, de manera inequívoca, su posición. En primer lugar, China comprende y respeta el deseo y la demanda de los pueblos de dicha región por una reforma. En segundo lugar, China apoya a la región y a los países en la elección de su propio camino de desarrollo. En tercer lugar, China sigue prestando una gran atención a los principales contratiempos, promueve la resolución política de los problemas sustanciales en Medio Oriente y fomenta la paz en dicha región, con el fin de crear un buen ambiente de desarrollo. En cuarto lugar, proporciona ayuda económica, técnica y humanitaria a algunos países que se encuentran en medio de cambios estructurales, mantiene múltiples contactos con estos países y promueve el intercambio en cuanto a experiencias de gobernación y administración, de modo que las relaciones entre China y los países de Medio Oriente logren un progreso y un sostenido desarrollo.

Comerciantes egipcios en el Centro Comercial Internacional de Yiwu, Zhejiang. CNSPHOTO

En circunstancias en las que la economía mundial todavía se encuentra bajo la sombra de la crisis financiera, la cooperación económica y comercial entre China y el mundo árabe alcanzó un desarrollo alentador en 2012, con un monto comercial que llegó a los 222.300 millones de dólares, un incremento del 13,5 % en comparación con el año anterior. El volumen de operación en proyectos contratados en los países árabes sumó unos 19.350 millones de dólares, un 16,6 % del volumen total que ese año China mantuvo con el exterior en este rubro. La cooperación entre ambas partes en los terrenos de finanzas, inversión e infraestructura también arrojó buenos resultados. A su vez, la cooperación chino-árabe mantiene todavía un gran potencial. Por ejemplo, el volumen comercial entre China y el mundo árabe solo representa un 5,75 % del volumen total del comercio exterior chino, y en 2012 China hizo inversiones directas en países árabes que llegaron a los 1390 millones de dólares, con un aumento interanual del 120 %. Sin embargo, esta cifra solo representa un 1,8 % del volumen total de las inversiones directas chinas en el extranjero. En los cinco años venideros, el volumen de importaciones de China será de 10 billones de dólares y las inversiones directas en el extranjero sumarán unos 500.000 millones de dólares. Es obvio que aprovechar el enorme potencial de la cooperación económica y comercial entre China y el mundo árabe tendrá una importancia significativa y constituirá un importante impulso para el desarrollo basado en el beneficio mutuo, el acelerado cambio del modelo de desarrollo y el crecimiento del empleo.

Tanto China como el mundo árabe deben consolidar la confianza mutua y los cimientos políticos. Ambas partes deben promover la cooperación pragmática, atendiendo al principio de complementariedad entre sus respectivas ventajas, beneficio mutuo y ganancias para todos. Asimismo, deben reforzar la cooperación en comercio, inversión, infraestructura y energía, ajustar programas de desarrollo a mediano y largo plazo, e intercambiar experiencias de gobernación, con el fin de proporcionar una fuerza motriz y una fuente inagotable al desarrollo de las relaciones bilaterales. De cara al futuro, China, Egipto y los países de Medio Oriente deben saber aprovechar las oportunidades, profundizar la cooperación, avanzar conjuntamente y apoyarse en asuntos globales y estratégicos en aras de salvaguardar la paz y promover el desarrollo. De esta manera las relaciones de amistad entre China y los países árabes podrán ser conducidas hacia una nueva etapa.

*Wu Sike es el enviado especial de China para asuntos de Medio Oriente.