Mars Hsu: “Dejen que el arte se integre a la vida”
LLEVA más de treinta años en la pintura y más de veinte dedicados a la porcelana. La taiwanesa Mars Hsu cuenta que su sueño es dejar que el arte se integre a la vida para que así más personas lo compartan.
La tienda Baihua, situada en la calle Tai’an del distrito de Xuhui (Shanghai), no es nada llamativa por fuera. Pero adentro es otro mundo. Tras los armarios sobre los que están puestos los objetos de porcelana, su propietaria, Mars Hsu, se encuentra pintando mariposas, el tema principal de su nueva serie. Acaba de volver de Jingdezhen y hoy admite que no le han salido bien los objetos de los dos primeros hornos. “Tengo que volver a Jingdezhen dentro de unos días”.
Nacida en Taichung, en la isla de Taiwan, las experiencias de Mars Hsu siempre han estado asociadas al arte. De niña aprendió pintura al óleo, a los 16 años comenzó a fabricar porcelanas, mientras que su curso principal en una universidad de Vancouver (Canadá) fue el de pintura al óleo y grabados. Luego de graduarse decidió seguir los deseos de su padre y Mars Hsu regresó a su pueblo natal, abandonando así su carrera artística. Sin embargo, la estancia de solo medio año en Taiwan la aburrió. En 2001 se trasladó a Shanghai, en donde se ha establecido. Ahora va y viene entre Shanghai y Jingdezhen. Más de dos semanas al mes permanece en “la ciudad de la porcelana” para orientar a sus trabajadores en cómo colocar los artículos en el horno. “Tengo la sensación de que fui shanghainesa en una vida anterior, pues me encanta todo de allá. Además, todos mis amigos provienen de Shanghai, así sean los que conocí en Taiwan o en Canadá”.
A Mars Hsu le gusta hacer distintas series en porcelana. Su estilo de decoración se asocia más a las flores, los pájaros, los peces y los insectos. Sus creaciones presentan dibujos hechos a grandes rasgos y pinceladas finas. Es una artista prolífica. Elabora más de diez series al año y cada objeto de la serie es único, sin par. Supervisa todo, desde el modelado hasta su colocación en el horno. Debido a una reciente lesión en la espalda, son los maestros locales los que colocan las piezas pequeñas en el horno. Mars Hsu es responsable de todo el proceso en el caso de las piezas grandes.
Los objetos de porcelana que salen de esta tienda tan pequeña cuentan con miles de seguidores en todo el mundo. Normalmente no demoran dos días en ser adquiridos. Al principio, Mars Hsu no quería abrir una tienda, pero cambió de parecer hace dos años porque deseaba compartir con más gente este arte. De ahí que la tienda se llame Baihua (Cien Flores). “No espero compartir este arte con poca gente ni tampoco busco que mis seguidores compren muchas de mis obras”, asegura la taiwanesa. La vida es corta y ya tiene 40 años. “Prefiero crear más obras para que más gente las disfrute”.
La decoración interior de Baihua se parece a la de un hogar. “El coste de cada obra es alto, pero intento que mis clientes puedan obtener un precio aceptable para ellos. Mi deseo es convertir estas obras artísticas en cosas cotidianas y dejar que el arte ingrese a sus vidas”.
Para ella, la vida es arte y el arte es vida. “Pero no sé cuánto tiempo más podré seguir. Vendí mi departamento para dedicarme a esta labor, pero lo curioso es que un 90 % de los fabricantes de porcelana se dedican a esto para comprarse un departamento. Espero que mi pensamiento se transmita a quienes comparten este mismo punto de vista”. Por sus palabras percibimos su perseverancia por el arte.
Cada vez más amigos escogen el modo de vida de Mars Hsu. Además de sus dos empleados fijos en la tienda, muchos de sus amigos le ayudan gratuitamente. Algunos, incluso, han renunciado a su empleo y hoy acuden a su tienda. Mars Hsu asegura que su mayor cosecha, desde que está en el mundo de la porcelana, ha sido la de haber hecho muchos amigos, quienes comparten sus ideas y siguen el mismo camino que ella.