CHINAHOY

HOME

2013-August-27 15:07

Wu Xiaolin:“Lo más importante es tener una vida tranquila y cómoda”

Por JIAO FENG

LLEGAMOS a Lushan, Sichuan, en la víspera de la Fiesta Duanwu.

La tranquilidad y la armonía reinan en todo el poblado. Algunos platican ante un puesto de verduras que está sobre el suelo. A ambos lados de la calle, los dueños de las tiendas ven televisión o leen diarios detrás de los mostradores. Algunas mujeres ya comienzan a preparar el zongzi (hecho de arroz glutinoso y diversos rellenos, que se come en la Fiesta Duanwu), mientras que alumnos de educación primaria pasan por nuestro lado gritando y riendo. Es una escena poco particular en China. Empero, si uno no llega a ver las grietas que hay en el muro exterior de los edificios y los toldos instalados temporalmente, le costaría mucho creer que esta zona fue la más afectada por el terremoto de 7 grados ocurrido hace solo un mes (20 de abril pasado).

La tienda de bocadillos de Wu Xiaolin se ubica a la entrada de la calle Dongfeng. En la pequeña fachada se leen tres caracteres en color blanco sobre el fondo rojo: 砂锅饭-Shaguofan (platos hechos en olla de barro). No hay ninguna decoración. Se trata de una sencilla tienda de 30 m², en cuya parte delantera hay seis mesas, mientras que en la parte posterior se encuentra la cocina. Wu Xiaolin está ocupada preparando los tallarines para sus clientes.

“La nueva tienda la inauguré el 19 de mayo. La anterior, que estaba en el casco antiguo de Lushan, se derribó por el sismo”, recuerda Wu.

La casa donde nació se localiza en el distrito de Yingjing, a 60 km de Lushan. “Es un lugar muy aislado. Después de casarnos, mi marido y yo queríamos hacer algo. Casualmente vinimos a Lushan y nos enteramos de que la renta anual de un departamento comercial valía solo 3000 yuanes”. Así fue como el matrimonio decidió abrir un restaurante. Ambos no se imaginaban que estarían 13 años administrándolo.

El marido de Wu, Yang Dejun, y su familia se dedican al sector de restaurantes. Yang es un buen cocinero y su anterior negocio, en el casco antiguo de Lushan, funcionó muy bien gracias al delicioso sabor de sus platos y al justo precio.

La pareja tiene dos hijas. La mayor estudia en una universidad de Mianyang, mientras que la menor aún está en una guardería infantil. Aunque no son millonarios, lo que ganan es suficiente para cubrir los gastos diarios. “No tenemos muchas ambiciones, solo queremos una vida tranquila y establecernos en un lugar cómodo y calmado”, señala Wu.

El sismo de 20 de abril cambió la vida de Wu. “El día del sismo, al abrir apenas la puerta, todo comenzó a temblar –recuerda Wu–. Cargué a mi hija menor, salí corriendo del restaurante y vi que las casas se habían derrumbado”. Afortunadamente, el movimiento sísmico duró poco y las labores de rescate del Gobierno fueron eficaces. “Mis familiares y amigos sobrevivieron a la catástrofe”.

No es la primera vez que Wu experimenta un terremoto. El distrito de Lushan también fue afectado por un sismo el 12 de mayo de 2008. “El día anterior había salido del hospital, luego de dar a luz a mi segunda hija”, recuerda Wu.

El matrimonio decidió enviar a su hija menor a su pueblo natal e iniciar una nueva vida en la zona reconstruida. “Todo va volviendo a la normalidad. Tenemos que trabajar, pues debemos ganarnos la vida”.

Los objetivos de Wu son muy simples. En septiembre, cuando se inicie el año escolar, recibirá a su hija menor en Lushan. Piensa esforzarse más, junto con su marido, para cubrir los gastos universitarios de su hija mayor. Asimismo, aspira a ahorrar un poco de dinero para que cuando estén jubilados, ella y su esposo regresen al distrito de Yingjing, su pueblo natal. “Somos personas sencillas. Lo más importante es tener una vida tranquila y cómoda”.

Wu Xiaolin.