La primera patria potestad en ser retirada en China
EN China es muy raro que la autoridad judicial intervenga en los asuntos de familia, así sean casos de violencia ejercida por los padres contra sus propios hijos. Sin embargo, el 4 de julio de 2014, por primera vez en la historia del país, el Tribunal Popular del Distrito de Xianyou en Putian, provincia de Fujian, determinó que la señora Lin perdiese la custodia de su hijo Xiaolong. El veredicto aplicó las disposiciones sobre “el retiro de la patria potestad” expresadas en los Principios Generales del Código Civil, de 1987.
El sufrimiento de Xiaolong
En una fotografía mostrada a la prensa se pudieron apreciar las heridas sufridas por Xiaolong, un niño de entonces 9 años. Según Huang Guocheng, ayudante de instrucción de la estación policial del poblado de Bangtou (distrito de Xianyou), aquellas cicatrices fueron el resultado de prolongados maltratos infligidos por la madre.
Xiaolong ha sido una víctima de la violencia desde muy pequeño y los habitantes de su poblado han sido testigos de ello. Lin Guorong, secretario del comité de la célula del Partido Comunista de China (PCCh) en la aldea de Wudian, recuerda que los esfuerzos por entrar en razón con la señora Lin fueron en vano. Las autoridades locales no se atrevieron a intervenir porque en las zonas rurales del país todavía se considera normal golpear a un niño para corregirlo. Algunos creían que se trataba de un asunto entre madre e hijo”, explica. La posición de Lin iba de acuerdo con la opinión general de sus coterráneos, para quienes golpear a sus hijos es una forma de educarlos. “Es por el bien de ellos”, es una justificación que se suele escuchar en la China rural.
En mayo de 2013, al volver a casa, un estudiante universitario de la localidad descubrió lo que estaba pasando con Xiaolong y decidió fotografiar las heridas del menor. Las imágenes las publicó en su cuenta de microblog, donde además expresó su compasión por la víctima y cuestionó duramente a la agresora, con la esperanza de llamar la atención de los medios de comunicación. A raíz de ello, el Diario Meizhou hizo un informe que generó fuertes reacciones en la sociedad china y provocó la intervención del gobierno municipal de Putian, el Comité Municipal de la Liga de la Juventud Comunista, la Federación de Mujeres y el departamento de Seguridad Pública, quienes enviaron un equipo conjunto de investigación a la aldea de Wudian.
En cuanto a la madre de Xiaolong, esta ha mencionado en reiteradas oportunidades que su hijo merecía tal castigo porque era “demasiado desobediente y destructor”. Sin embargo, Zheng Jianhang, secretario del Comité de la Liga de la Juventud Comunista en el poblado de Bangtou, considera que estas justificaciones son más bien una excusa, pues la madre no estaba a menudo en el hogar, no se preocupaba por la alimentación del menor y cotidianamente encerraba a su hijo con llave dentro de la casa.
Cuando la señora Lin tuvo a Xiaolong, nadie sabía quién era el padre. Madre e hijo vivían en una casa de adobe en ruinas, donde la basura se amontonaba. Ella no se hizo cargo adecuadamente del bebé hasta el punto de que a veces ni se preocupaba por su comida. Apiadándose de la situación, los vecinos le daban al pequeño Xiaolong algunos bocadillos. Huang Guocheng añade que la señora Lin ni siquiera había cumplido con inscribir a su hijo en el Registro Civil. El propio Huang tuvo que tomar dicha iniciativa.

Esfuerzos en vano
Zheng Jianhang señala que todos en el pueblo intentaron hacer recapacitar a la señora Lin, así como ayudarla a mejorar su condición de vida. Tal vez trataría mejor a su hijo si ella disfrutaba de una mejor vida. Fue así como el gobierno local decidió destinar el doble de los beneficios de garantía mínima a la familia. Más aún, el Centro de Servicio para Adolescentes y Jóvenes, subordinado a la Comisión Municipal de la Liga de la Juventud Comunista del Servicio Voluntario Juvenil, recolectó más de 10.000 yuanes para ambos. Asimismo, Zheng Jianhang comenzó a visitar con frecuencia a la familia.
La aldea de Wudian es famosa por sus artesanías de madera hechas a mano, así que se pensó en inscribir a la señora Lin en un taller organizado por el Comité Municipal de la Liga de la Juventud Comunista, como una forma de que pueda generar ingresos y cuidar mejor de su hijo. Sin embargo, ella no aceptó la oferta excusándose en su mal estado de salud. A pesar de lo dicho, seguía ausentándose a diario del hogar y descuidando su responsabilidad maternal. Poco después, los vecinos aseguraron que había vuelto a golpear a su hijo. La Federación Local de la Mujer le pidió firmar un compromiso en el que asegurara que no volvería a cometer tal acto de violencia. No obstante, el 29 de mayo de 2014, otro vecino le manifestó a la policía que la señora Lin había vuelto a afectar seriamente a Xiaolong. La prensa tuvo acceso a una fotografía en la que se pudo constatar el estado del pequeño Xiaolong después del cruel maltrato. Cumpliendo con lo dispuesto por la ley, la Policía puso a la madre en detención administrativa durante quince días.
Aquella vez, Xiaolong fue trasladado a un albergue. Sin embargo, ¿qué pasaría una vez transcurrido el periodo de detención? ¿Su madre volvería a vivir con él? ¿Xiaolong sería víctima de golpes aún más brutales? La administración del distrito de Xianyou se comunicó con los departamentos competentes para estudiar el caso. Los trabajadores sociales consideraron que Xiaolong no debía permanecer con su madre. “No creemos que su madre pueda cambiar de comportamiento”, manifestó Zheng Songqing. El menor corría el riesgo de sufrir lesiones aún más graves.
Con el fin de respetar su voluntad, se le consultó a Xiaolong si quería vivir con su madre. El niño declaró explícitamente que no.
El proceso
Durante la reunión ya mencionada, Xu Rujin, abogada del Centro de Servicio para Adolescentes y Jóvenes, sugirió el retiro de la custodia de la madre a través de la vía judicial.
A pesar de ello y de que más tarde asumiera la defensa del menor, Xu Rujin se sintió perpleja porque los chinos están muy apegados al concepto de la familia. Separar a una madre de su hijo no iba a ser una tarea fácil. “Yo me sentía insegura, pues en un país tradicionalista como el nuestro, la mayoría considera que estos asuntos deben resolverse dentro de la familia. Incluso yo pienso así. Sin embargo, mi profesión de abogada me dictó el camino a seguir. Si el niño hubiera muerto producto de los maltratos, yo me habría sentido culpable por el resto de mi vida”.
La tarea estuvo repleta de dificultades. El primer obstáculo lo enfrentó Chen Jianhong, la juez del caso, quien apeló a las disposiciones relativas al retiro de la patria potestad. El artículo 18 de los Principios Generales del Código Civil establece que “si un tutor o tutora no cumple con sus obligaciones o viola los derechos e intereses legítimos de la persona bajo su custodia, el Tribunal Popular está facultado a retirarle la patria potestad a solicitud de la persona o entidad que se trate”. No obstante, este artículo es muy general y carece de normas específicas o, incluso, de alguna cláusula que eventualmente permita la restitución de la patria potestad. Esto significaba que la sentencia del jurado iba a ser inapelable y que, por tanto, el veredicto debía asumirse plenamente. La juez Chen Jianhong reconoció más tarde que sintió una gran presión. Sin embargo, no dio marcha atrás y recordó el caso de dos niñas que habían muerto de hambre en Nanjing en junio de 2013. El padre de ambas había sido encarcelado por un delito cometido, mientras que la madre, adicta a las drogas, descuidaba a sus hijas a pesar del subsidio de 800 yuanes mensuales. Las dos niñas finalmente murieron de hambre. El caso conmocionó al país y provocó un gran debate sobre la revocación de la patria potestad. Al respecto, Chen Jianhong señaló que los departamentos competentes de Nanjing habían prestado asistencia a las niñas, pero que no habían solicitado el retiro de la custodia, lo que pudo haber evitado la tragedia.
Xiaolong celebró su décimo cumpleaños en el albergue infantil. Pero era urgente encontrar un nuevo tutor legal. Su tío, que ya se había metido en líos con su hermana por los métodos bárbaros usados por ella, prefería no hacerse cargo de Xiaolong, pues la señora Lin podía ir a su casa y poner en peligro su vida familiar. La institución de bienestar social local, que usualmente acoge a personas mayores y niños discapacitados, no era un lugar apropiado para Xiaolong. Debido a ello, la juez Chen Jianhong admitió que no podía todavía pronunciarse a favor del retiro de la patria potestad.
Para que el proceso se iniciase debía haber un demandante. ¿Quién lo sería? El artículo 18 de los Principios Generales del Código Civil establece que “la persona natural o jurídica interesada podrá iniciar el juicio”. El gobierno municipal convocó a los servicios pertinentes, los cuales concluyeron que el comité de aldeanos podía presentar la demanda y tomar a Xiaolong bajo tutela; una propuesta contemplada por la ley. En efecto, el comité de aldeanos acordó presentar la denuncia, pero no se sentía capaz de ser el tutor legal de Xiaolong. Finalmente, la Aldea Infantil SOS de Putian aceptó acoger a Xiaolong. Esta ONG humanitaria internacional se estableció en China en 1984, en colaboración con el Ministerio de Asuntos Civiles de China. Una de sus diez aldeas infantiles en el país se localiza en Putian. Las aldeas se componen de una serie de casas, donde los niños cuentan con una trabajadora que cumple el rol de madre. Los niños van a la escuela de día y vuelven a casa por la tarde, como cualquier familia. Este método educativo ya ha sido aplicado en el extranjero.
El 3 de julio de 2014, el Tribunal Popular del Distrito de Xianyou decidió retirarle a la señora Lin la patria potestad de Xiaolong. El comité de aldeanos se convirtió en el tutor legal de Xiaolong, aunque el niño fue trasladado a la Aldea Infantil SOS.

Luego del juicio
Xiaolong lleva seis meses en la Aldea Infantil SOS de Putian. La gente debe creer que su vida es ahora plenamente feliz, pero, de hecho, nuevos problemas han surgido.
Zeng Suqiong, directora de la Aldea Infantil SOS de Putian, señaló que era la primera vez que aceptaban a un niño como Xiaolong. Después de su llegada, descubrieron que el menor padecía muchos problemas psicológicos, los cuales se revelan en varios aspectos de su vida. “No logra comunicarse con otros miembros de su casa. Cuando no está satisfecho con algo, empieza a morder, golpear y patear, lo que altera a los demás niños”, declara Zeng, quien añade que a Xiaolong le es difícil comprender las lecciones, por lo que tiene serios problemas en la escuela. El secretario del comité de la célula del PCCh en la aldea donde vivía Xiaolong, así como sus profesores han confirmado la propensión a la violencia del niño. “Mientras más temprano se descubran los casos de niños maltratados, mejores serán los resultados. El maltrato sufrido durante casi diez años le ha ocasionado a Xiaolong lesiones muy graves”, dijo Zeng.
“Los lazos entre padres e hijos no solo son de sangre, sino también legales. Los padres tienen el deber de mantenerlos. No pueden considerarlos como propiedad privada ni tratarlos de cualquier manera”, puntualiza la juez Chen Jianhong. Añadió que en 32 países la ley prohíbe explícitamente los castigos físicos dentro de la familia. Por otra parte, muchos países ponen en el mismo nivel a la violencia física, al abuso y a la negligencia de los padres. Para prevenir estas formas de abuso, un marco legal ha sido establecido en estas naciones, mientras que sus ciudadanos han sido concienciados a denunciar estos maltratos. Según la juez, a la luz de la realidad social del país, no será fácil obtener tal resultado en un corto plazo en China. Sin embargo, es necesario orientar las ideas de la sociedad a través de la mejora del sistema legal.
Quienes contribuyeron a solucionar el caso de Xiaolong se alegraron al ver que la sentencia había concitado la atención general y obtenido el respaldo de la población. Con ello, el Tribunal Popular Supremo quiso marcar un precedente para todo el país. El 22 de diciembre de 2014, el Tribunal Popular Supremo, la Fiscalía Popular Suprema, el Ministerio de Seguridad Pública y el Ministerio de Asuntos Civiles emitieron un dictamen en cuanto a los casos de violación de los derechos e intereses legítimos de los menores por parte de sus tutores. Asimismo, especifica cómo se deben abordar las cuestiones relacionadas con el retiro de la patria potestad y las circunstancias en las que se podría requerir la intervención de la fuerza policial, así como quién puede ser la parte demandante, la transferencia de la tutela y el retiro irrevocable de la patria potestad. Mientras se va definiendo la responsabilidad de los departamentos competentes, se ha destacado la necesidad de que las escuelas, los comités de aldeanos, los comités vecinales y los servicios sociales denuncien sin demora ante la Policía los casos de abuso de menores. Estas disposiciones buscan un cambio en la opinión pública. En cuanto a los niños sin tutor legal, se puntualiza que los departamentos de asuntos civiles deberán asumir su responsabilidad.
Los departamentos de asuntos civiles han establecido 105 áreas piloto de protección a los menores, que cuentan básicamente con la ayuda de los comités vecinales, las unidades residenciales y los comités de aldeanos. Además, tienen el apoyo de las organizaciones de base para informar de manera oportuna cualquier violación de los derechos e intereses de los menores dentro de familias con problemas, con el fin de intervenir a tiempo. Dentro de pocos años, estas áreas piloto se extenderán a todo el país. “La importancia de este trabajo radica en la prevención. De esta manera evitaremos que ciertos problemas empeoren hasta el punto de recurrir al retiro de la custodia de los padres”, explica Zhang Shifeng, director de la División de Asuntos Sociales en el Ministerio de Asuntos Civiles.
Hu Weixin, subdirector de la Oficina de Estudios del Tribunal Popular Supremo, señaló que al haber concitado la atención de la sociedad, el caso de Xiaolong ha impulsado a los organismos judiciales chinos a reflexionar en torno a este importante asunto.
* Wang Xiaoqing es periodista de CCTV (la Televisión Central de China). Este texto fue transmitido en el programa Noticias y Encuesta, el 24 de enero pasado.