Un brillante porvenir para la cooperación energética entre China y Brasil
Un brillante porvenir para la cooperación energética entre China y Brasil
Por SUN HONGBO*
24 de mayo de 2004. El presidente de China, Hu Jintao, y su entonces homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, luego de suscribir un comunicado conjunto. Cnsphoto
A medida que va hallando reservas petrolíferas en el mar profundo y avanzando en la exploración energética, Brasil va emergiendo como un gran país en cuanto al sector relacionado con los combustibles fósiles. Según las estadísticas oficiales, hasta finales de 2010 se había detectado en ese país una reserva de 13.987 millones de barriles de petróleo, aunque la reserva general pudiera ser de 26.930 millones. Las cifras más recientes, presentadas en el Reporte de Estadísticas sobre Recursos Energéticos del Mundo, elaborado por la compañía BP, muestran que la producción brasileña representó el 2,7% de la mundial en 2010, mientras que en 2004 era de 2%.
A su vez, las estadísticas de la Aduana de China indican que nuestro país importó de Brasil 8.047.700 toneladas de petróleo crudo en 2010, lo que significó un aumento de 98,2% con relación a 2009. De esta manera, Brasil se ha convertido en el décimo país de origen del petróleo importado por China. De acuerdo con el Informe del Funcionamiento Económico de la Industria Petroquímica, correspondiente a la primera mitad de 2011 y publicado por el Ministerio de Industria y Tecnología Informática de China el 2 de agosto pasado, el consumo aparente de crudo en China entre enero y mayo de este año fue de 191 millones de toneladas, de las cuales 107 millones fueron importadas. La dependencia exterior de China por el crudo (55,2%) sobrepasó por primera vez los niveles de Estados Unidos (53,5%).
19 de febrero de 2008. Chen Duqing (primero a la izq.), embajador de China en Brasil, y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en la ceremonia de finalización de una de las obras del proyecto de gaseoducto de Gasene.
Paso a paso
Después de la exitosa visita del presidente de China, Hu Jintao, a Brasil en noviembre de 2004, los proyectos de cooperación energética entre ambos países se pusieron en marcha sucesivamente. De 2005 a 2008, la importación china de crudo brasileño vivió un aumento continuo y las empresas chinas comenzaron a participar en la construcción de centrales termoeléctricas y gaseoductos en Brasil. Debido a la crisis financiera internacional, la cooperación energética bilateral se aceleró en 2009. Por ese entonces, Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras) suscribió en China un proyecto de “préstamo a cambio de petróleo” por 10.000 millones de dólares. En 2010, las empresas petroleras de China, a través de la compra de acciones y la adquisición de activos de petróleo o gas, lograron ingresar al ámbito de la exploración de combustibles fósiles en Brasil. Al mismo tiempo, se estableció una cooperación entre Brasil y State Grid Corporation de China.
Según las estadísticas de la Aduana de China, nuestro país importó de Brasil 123.700 toneladas de crudo en 2003, cifra que fue superada en 2004 (1.500.000 toneladas) y 2009 (4.060.300 toneladas). En 2010, Brasil desplazó a Venezuela como el país latinoamericano que más petróleo exportó a China (el 3,4% de todo el petróleo que importa China y el 38,82% de todo el crudo que América Latina exporta al país asiático).
En 2010, Petrobras transfirió al grupo Sinopec dos campos petrolíferos, BM-PAMA-3 y BM-PAMA-8; el Grupo Sinochem de China adquirió el 40% de la participación del campo brasileño Peregrino, que estaba en manos de la petrolera noruega Statoil; el Grupo Sinopec de China compró las acciones de Repsol en Brasil y, de esta manera, comenzó a participar en la explotación de campos petrolíferos en la capa pre-sal.
La financiación y el ofrecimiento de servicios tecnológicos son los dos modos más importantes para la cooperación en este ámbito. De 2006 a 2009, Sinopec logró financiar el diseño, la compra de materiales y la construcción del gaseoducto Gasene en Brasil, mientras que, en septiembre de 2006, China International Trust and Investment Corporation (CITIC) construyó la Central Termoeléctrica de Candiota, en Brasil; ambos proyectos contaron con el apoyo financiero del Banco de Desarrollo de China (CDB, siglas en inglés). En mayo de 2009, el CDB concedió a Petrobras un préstamo por 10.000 millones de dólares, mientras que China International Marine Containers (CIMC) construyó dos plataformas de perforación para la compañía brasileña Schahin y, así como en los anteriores proyectos, contó con la colaboración del Banco de Desarrollo de China. En febrero de 2009, China Dongfang Electric Corporation y el consorcio Energia Sustentável do Brasil (ESBR) firmaron un contrato de cooperación para la construcción de la Central Hidroeléctrica de Jirau, que ha permitido a los equipos hidroeléctricos de China ingresar al mercado brasileño.
Además, State Grid Corporation de China y la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) de Brasil firmaron un memorándum de cooperación el 13 de abril pasado. De acuerdo con el convenio marco, las dos compañías sostendrán amplias cooperaciones en el sector de la energía eléctrica de Brasil y Sudamérica, lo que incluirá la construcción de centrales hidroeléctricas de mediana y gran envergadura, la inversión, fusión y adquisición conjunta de proyectos de transmisión de electricidad, así como la capacitación e intercambios tecnológicos y de talentos en el campo de la planificación, diseño, construcción, operación y mantenimiento de la red eléctrica y, especialmente, en la tecnología de transporte irregular de energía eléctrica.
15 de junio de 2011. Plataforma de perforación SS Pantanal en Marlim Sul, Campos Basin (Brasil), construida por el Grupo Sinochem.
Aprendiendo el uno del otro
Brasil desempeña un papel muy importante en la estrategia china de la multipolaridad en la importación de crudo, que busca garantizar la seguridad energética del país. Las empresas energéticas de China han ingresado al mercado brasileño y el próximo paso debe ser el crecimiento y la consolidación de éstas. En comparación con las europeas y las estadounidenses, las compañías chinas aún deben sortear algunos obstáculos, como la diversidad cultural y lingüística con Brasil, y familiarizarse con el marco legal del país sudamericano.
Sin importar el reajuste de la estructura económica o la elevación de la competitividad industrial, Brasil considera a la energía como un pilar del país, sobre todo, en los sectores relacionados con el petróleo, el gas y la energía eléctrica, donde Brasil puede aprovechar la inversión, la tecnología y los servicios de ingeniería de China para hacer realidad su transformación tecnológica y elevar su capacidad de producción. Como la séptima economía del mundo, Brasil cumple un papel fundamental en el sistema energético occidental y mundial.
Aunque están dadas todas las condiciones para profundizar la cooperación energética entre China y Brasil, es imprescindible un proceso de reajuste y adaptación de los intereses bilaterales, por ejemplo, en lo que se refiere a capacidad de negociación, localización, etc. Las empresas chinas deben aprender a desenvolverse mejor en el mercado brasileño y buscar múltiples y flexibles formas de cooperación.
Perspectivas
El fortalecimiento de la cooperación energética brindará un gran impulso a las relaciones económicas y comerciales, lo que es de pleno conocimiento para las autoridades de ambos países, y está detallado en el Plan de Acción Conjunta 2010-2014 entre los Gobiernos de China y Brasil y en los comunicados de prensa publicados de manera conjunta, luego de las múltiples visitas oficiales recíprocas entre los dos Gobiernos durante 2009 y 2011.
El futuro de la cooperación energética bilateral puede resumirse en los siguientes cuatro aspectos:
(1) Mayores ámbitos: Si bien la cooperación bilateral se concentra ahora en el petróleo, ésta debe ampliarse y abarcar sectores como el hidroeléctrico, energía eléctrica, nuevas energías, hulla, energía nuclear, etc.
(2) Profundizar la cooperación: Más allá del comercio de petróleo, ambos países pueden profundizar la cooperación en la exploración de crudo, en el financiamiento, en los servicios de ingeniería y en equipos. Brasil viene acelerando la explotación de petróleo y gas en el mar profundo y enfrenta dificultades en cuanto al capital, al transporte y a la tecnología, sobre todo a la hora de construir nuevas perforadoras y plataformas de perforación, donde aún tiene una carencia de capital ascendente a 100.000 millones de dólares. Las empresas chinas tienen ahí una gran oportunidad.
(3) Mayor énfasis en la cooperación científica y tecnológica: Si se toma como referencia el modelo de cooperación plasmado en el satélite chino-brasileño de recursos terrestres (CBERS), ambos países pueden profundizar la cooperación en innovación científica y tecnológica en la exploración de gas y petróleo en el mar profundo, así como en la energía biológica, la tecnología de producción de etanol y en la fabricación de equipos de gran envergadura.
(4) Oportunidades de cooperación en otros mercados: Brasil viene promoviendo la integración de infraestructura en Sudamérica, a través, por ejemplo, de proyectos de construcción de gaseoductos y oleoductos. China y Brasil pueden cooperar de manera conjunta en este sector. Al ser una economía emergente, Brasil tiene mucha relación con África y el Medio Oriente, donde también pueden los dos países fomentar una cooperación en el campo energético.
* Sun Hongbo es investigador adjunto del Instituto de Estudios de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China.