Autosuficiencia alimentaria
Las necesidades alimentarias de China no afectan al resto del mundo
Los alimentos siempre han sido un tema prioritario para China. En los últimos 11 años, la tasa de autosuficiencia se ha mantenido alrededor del 95%. En 2010, después de siete años consecutivos de buenas cosechas, la producción china de cereales alcanzó la cifra récord de 540 millones de toneladas y las reservas de cereales alcanzaron los casi 200 millones de toneladas.
Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el “nivel de subsistencia” estándar debe ser de 0,36 toneladas de cereales per cápita al año. Desde 1983, China siempre ha registrado una producción per cápita de 0,38 toneladas, con una fluctuación de más o menos 10%. Esto significa que, con una población de 1.300 millones de habitantes, el país debe producir 500 millones de toneladas de granos por año, dos veces el volumen del comercio mundial de cereales.
Autosuficiencia en granos
China ha logrado una autosuficiencia en granos como el trigo, el arroz y el maíz, y, de acuerdo con Chen, “China está trabajando para lograr aumentar su capacidad de producción en 50 millones de toneladas. Uno de los objetivos establecidos por el XII Plan Quinquenal es que el país alcance una producción anual de 540 millones de toneladas. Actualmente, esta cifra ha sido superada, pero debido al cambio climático y otros elementos externos, no es considerada como estable”, advierte Chen.
La zona Noreste de China es mundialmente reconocida por la producción de soja de alta calidad. Sin embargo, se ha reducido la superficie dedicada a la siembra de esta planta leguminosa, para garantizar la producción de granos. La soja es un cultivo altamente valorado por su aceite y sus propiedades nutritivas, además de ser utilizada para la elaboración de piensos. Los chinos consumen alrededor de 25 millones de toneladas de aceite vegetal al año. Según estadísticas de la Aduana de China, en 2010 se importaron alrededor de 54,8 millones de toneladas de soja, lo que representa el 60% del volumen total del comercio mundial de soja y el 75% de la demanda interna de este producto.
Chen Xiwen sostiene que “con este grado de dependencia de la soja importada, no podemos tener ningún control sobre los precios del aceite vegetal y los piensos. Por si fuera poco, el precio de los piensos influye en el costo de la carne, los huevos y la leche. Es por esto que China debe reestructurar su sistema agrícola y aumentar la capacidad de producción de artículos de suministro a corto plazo”. Además agregó que para que el país pueda gozar de los beneficios de la globalización, es necesario aprovechar de manera efectiva las ventajas inherentes a los mercados internacionales y nacionales.
Protección de tierras de cultivo
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria, el Gobierno chino ha puesto énfasis en el mantenimiento de un área de tierra cultivable no menor de 1.800 millones de mu (120 millones de hectáreas) para el año 2020. Según el índice de cultivos múltiples (dos o tres cultivos pueden ser cosechados en el mismo año en algunas provincias del sur), el área real puede llegar a los 2.350 millones de mu. Para la producción actual de granos (330 kg/mu) se necesitan 1.600 millones de mu. Los 700 millones de mu restantes podrían ser designados para otros cultivos importantes como el algodón, las plantaciones de azúcar, las hortalizas, el té, las hierbas medicinales, el tabaco, las frutas, y los cultivos relacionados con el aceite vegetal.
Debido a los procesos de industrialización y urbanización del campo, el área cultivable de China está disminuyendo de manera gradual. El primer censo agrícola, realizado en 1996, registró 1.951 millones de mu de tierras cultivables. Desde entonces, la cifra disminuyó hasta 1.825 millones de mu a fines de 2008. Para contrarrestar esta tendencia, el Gobierno chino requiere de un “equilibrio dinámico” de las tierras agrícolas restablecidas; si los campos agrícolas son utilizados para la construcción, la misma área de tierras desechadas o de pobre rendimiento debe ser transformada en tierras cultivables.
El terreno baldío que es adecuado para la agricultura, y los territorios montañosos aptos para la reforestación están estimados en 530 y 945 millones de mu respectivamente. You Hongbing, director de la Oficina General del Comité Central del Partido Democrático Chino de Campesinos y Trabajadores, afirma, además, que las praderas no desarrolladas suman 4.700 millones de mu, representando el 32,64% de la superficie total del territorio chino.
Proyectos hidráulicos y de irrigación
Las obras hidráulicas y de irrigación son vitales para la agricultura. Sin embargo, el riego eficiente cubre sólo el 49% de las tierras de cultivo de China. El primer documento que el Gobierno central emitió en 2011 está dirigido a acelerar las reformas en los trabajos de obras hidráulicas y de irrigación. Esta es la primera vez que el Estado ha utilizado un enfoque de amplio espectro para la reforma y el desarrollo del sector.
Según el documento, el Gobierno desempeña un papel dirigencial en la construcción de obras hidráulicas y éstas también constituyen un área clave para la inversión de las finanzas públicas. El 10% de las ganancias obtenidas de la transferencia de tierra se destinarán a proyectos hidráulicos. El Banco de Desarrollo Agrícola de China concede préstamos a mediano y largo plazo para tales proyectos. Con estas medidas e incentivos, el Gobierno espera duplicar la inversión anual en proyectos de irrigación para el año 2020.
Las tecnologías utilizadas para ahorrar agua también ayudan a reducir la demanda de agua, un recurso escaso en China. “Las tecnologías avanzadas como el riego por aspersión y por goteo pueden ahorrar una gran cantidad de agua”, afirma Chen Xiwen, “En las zonas de escasez de agua se pueden popularizar los métodos de cultivo seco y desarrollar la agricultura de ahorro de agua”.
Ciencia y tecnología agrícola
La ciencia agrícola ha elevado la calidad y cantidad de la producción agrícola china. Las semillas de alta calidad son el fruto de esta ciencia agrícola. Actualmente, más del 95% de los cultivos agrícolas de primera necesidad son de semillas mejoradas, cultivadas mediante la alteración genética o híbrida. Los científicos chinos han desarrollado, de manera independiente, una serie de nuevas variedades de cultivos transgénicos de gran valor.
Las tecnologías avanzadas de cultivo también han incrementado la producción. Existen técnicas que contribuyen a acortar la temporada invernal, por lo que los cultivos tienen un período más largo de crecimiento y una región más extensa para su producción. Los invernaderos, normalmente vistos en el norte de China, permiten desarrollar cultivos de verduras durante las cuatro estaciones en lugares fríos. La protección de las plantas, la prevención de epidemias de animales y otras tecnologías ayudan a reducir los costos de producción y a aumentar la seguridad alimentaria.
“La ciencia y la tecnología son los motores que impulsan el cambio de la agricultura tradicional y la transforman en una agroindustria moderna”, dice Cheng Ping, subdirectora del Departamento de Agricultura de la provincia de Guangdong. Para Cheng, “la calidad de los agricultores, en gran medida, restringe la popularización de la ciencia y la tecnología agrícola”. El bajo rendimiento agrícola hace que los agricultores jóvenes, que poseen grandes habilidades y una buena educación, inunden las ciudades. La urbanización está provocando una constante disminución del número de agricultores. Para revertir esta situación, la agricultura debe convertirse, de una actividad de mano de obra intensiva, a una de tecnología intensiva.
En 2004, el Gobierno empezó a promover una serie de cursos de capacitación para los agricultores. Además, se exhortó a las organizaciones de agricultores especializadas a que ayudaran a elevar el nivel de eficiencia agrícola. Chen Xiwen cree que “si algunos trabajadores se centran en la comercialización, algunos en el transporte y otros en el cultivo, el nivel de eficiencia se elevará sustancialmente. Una organización es más fuerte e incluso reduce los costos, cuando se negocia con los distribuidores. Si todos los agricultores compraran un tractor, la máquina no sería utilizada con frecuencia y sería poco productiva. Sin embargo, en una organización, si un agricultor compra un tractor, otro puede comprar una sembradora, y otro, una cosechadora”.
Reservas de cereales
“Es sumamente necesario que el Gobierno cuente con las suficientes reservas de productos tan importantes como los cereales. Dichas reservas apoyan las medidas de macro-regulación y la gestión de precios”, señala Chen Xiwen. Hoy en día, China cuenta con reservas de cereales, algodón, aceite vegetal, azúcar y carne de cerdo. Cuando un exceso de oferta provoca una caída en los precios, el Gobierno interviene comprando con la finalidad de normalizar los precios. Cuando la fabricación de los productos agrícolas y sus derivados disminuye debido al mal clima u otros desastres, el Gobierno vende parte de las reservas para mantener los precios estables.
Gracias a la resolución de sus propios problemas de subsistencia, China tiene la capacidad de proporcionar ayuda externa. Por ejemplo, el abastecimiento a los países africanos de semillas mejoradas, tecnología y equipos de irrigación, y maquinaria agrícola. Dicha ayuda ha contribuido a incrementar la producción agrícola de estos países, y para Chen Xiwen, “el aumento de la producción ayudará a mantener la estabilidad en los mercados internacionales, lo cual también es beneficioso para China”.