Por PEDRO LAGO y LUO YAO

Parte de la moderna ciudad de Shenzhen al caer la tarde.
VISITAR Shenzhen es como volver a la semilla. Allí nació la China que, hoy, impresiona al mundo. 35 años han pasado desde aquel diciembre de 1978, cuando la Tercera Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido Comunista de China decidió abrir el país y reformar su economía.
Cuando se estableció la ciudad de Shenzhen, en 1979, 30 mil pescadores eran todos los pobladores de la zona; aunque la actividad humana registrada en esa área data de más de 6700 años. Ya hace 300 años que los hakkas emigraron hasta allí, desde el centro de China.
Desde la dinastía Song del Sur (1127-1279), ha habido migración hacia el sur de Guangdong y lo que ahora es Shenzhen, pero la población aumentó, drásticamente, después del establecimiento de la ciudad. Al cierre de 2012, alcanzó los 10,55 millones de habitantes, de los que 2,87 millones tienen registro de residencia permanente.
Con sus 1991,64 kilómetros cuadrados y su clima subtropical marino con abundante lluvia y sol, Shenzhen ha sido reconocida como la ciudad que más favorece a los trabajadores migrantes. Se dice que es sitio ideal para que los chinos y extranjeros talentosos inicien sus negocios por su espíritu libre de prejuicios, tolerante y abierto a la innovación.
En 2012, Shenzhen quedó segunda en el ranking de la versión china de Forbes de las ciudades con mayor índice de innovación de la parte continental. Su meta de desarrollo para los próximos años trasluce un sentido renovador: “Shenzhen será una zona piloto para un programa nacional de reforma integral y devendrá un centro económico nacional, una ciudad para la innovación de nivel estatal, un modelo de ciudad socialista con características chinas y una metrópoli internacional”.
En la segunda ciudad más competitiva de China, después de Hong Kong, según el Libro Azul publicado en mayo de 2013 por la Academia de Ciencias Sociales de China, no se han dormido en los laureles del éxito. El saludable crecimiento económico mantenido durante más de dos décadas se reafirma.
En 2012, su PIB creció un 10 %, equivalente a 1,3 billones de yuanes, el cuarto mayor crecimiento en la parte continental de China. Su volumen de exportación se ha mantenido en el primer lugar de las ciudades grandes y medianas de China durante 20 años consecutivos. Shenzhen es la cuarta ciudad de la parte continental en términos de poder económico.
De las empresas que están en Fortune Global 500, 192 tienen sucursales en Shenzhen. En 2012, las exportaciones e importaciones de la ciudad alcanzaron más de 466 mil millones de dólares estadounidenses, creciendo un 12,8 % con respecto a 2011 y cubriendo el 12,1 % del total nacional. La inversión extranjera creció un 13,7 % interanual, superando los 5 mil millones de dólares.
Estas cifras serían muy comunes en las estadísticas de Shenzhen si no comenzaran a descollar nuevos rubros en su desarrollo. El valor total en productos de alta tecnología creció, en 2012, un 8,9 % con respecto al año anterior, alcanzando los 1,29 billones de yuanes, lo que representó el 58,5 % de su producción industrial. Ese mismo año, el gasto en Investigación y Desarrollo fue de más de 48 mil millones de yuanes, 3,81 % de su PIB, ubicando a Shenzhen como líder en la parte continental de China.
Las solicitudes de patente que fueron registradas, en 2012, sumaron 73.130 y los derechos de software, 12.374. Cada 10.ooo residentes de Shenzhen, hay 50 patentes; muy por encima del 3,3, que es la meta para el año 2015. En ese camino de modernidad, Shenzhen cerró 2012 con más de 2800 empresas reconocidas como de alta tecnología a nivel estatal.
En agosto de 201o, el Gobierno chino aprobó un plan para ampliar la cooperación en el sector de servicios entre la próspera ciudad de Shenzhen y la Región Administrativa Especial (RAE) de Hong Kong.
La Zona de Cooperación de la Industria de Servicios Modernos Qianhai, que cubre un área de 15 kilómetros cuadrados, se localiza en la península de Nanshan y limita con las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao.
Sin parangón en la cooperación en innovación entre Shenzhen y la RAE de Hong Kong, Qianhai centrará su atención en el desarrollo de instituciones financieras, compañías de logística moderna, tecnología, telecomunicaciones, medios de comunicación y empresas comerciales.
Qianhai se convertirá en la zona piloto para llevar a cabo reformas financieras, después de las medidas adoptadas por el Gobierno para promover el uso internacional del yuan, la moneda china, y servirá como demostración de la apertura financiera de China. Se prevé que para 2015, su PIB alcanzará los 50 mil millones de yuanes, y para 2020, llegará a los 150 mil millones de yuanes.
Shenzhen tiene características que le favorecen para desarrollar un proyecto como este. Es el enlace de la parte continental de China con la RAE de Hong Kong y un centro de transporte para todo el sur de la nación asiática. Mientras ha cumplido la misión de pilotar la reforma estructural de China y la apertura al mundo, Shenzhen ha desarrollado una sólida infraestructura.
Sus puestos de control por tierra, mar, aire y ferrocarril tienen el mayor flujo de personas y bienes de China. Solo en 2012, más de 219 millones de personas y más de 15 millones de vehículos cruzaron la frontera a través de ellos.

El puerto de Shenzhen, cuarto en operaciones a nivel mundial por 10 años consecutivos, manejó 228 millones de toneladas de carga y en el embarque de contenedores superó los 22,9 millones de TEUs (siglas en inglés de Unidad Equivalente a Veinte Pies), en 2012. Un total de 243 rutas internacionales de contenedores pasan por la ciudad.
El Aeropuerto Internacional Bao’an de Shenzhen es el primer aeropuerto moderno de China abierto a todas las modalidades de transporte: carretera, navegación y aire. Con la entrada en funcionamiento de la tercera terminal, en 2013, tiene capacidad para 45 millones de pasajeros, 2,4 millones de toneladas de carga y para hacer 375 mil despegues y aterrizajes en un año.
Shenzhen cuenta con cinco líneas de metro que forman una red de 178 kilómetros y transportan diariamente, como promedio, 2,13 millones de personas. Al finalizar 2012, Shenzhen se ubicó como la cuarta ciudad de China y la número 11 a nivel mundial en la que 10 millones de pasajeros usan los autobuses públicos cada día.
Al mismo tiempo, en enero y febrero de 2013, la calidad del aire de Shenzhen quedó en el séptimo y onceno lugar, respectivamente, entre 74 ciudades de la parte continental de China, según estadísticas del Ministerio de Protección Medioambiental. En junio de 2010, las autoridades locales lanzaron un plan para construir una red de vías verdes. Al finalizar 2012, 2210 kilómetros de vías verdes habían sido completados y abiertos al público.
Saber de Shenzhen ayuda a entender, con hechos, el rumbo que pretende seguir China, en esta nueva etapa de profundización de la reforma y apertura. La semilla sembrada en Shenzhen, el 26 de agosto de 1980, con el establecimiento de la primera Zona Económica Especial de China, corrobora, más de tres décadas después, la certeza del camino emprendido. Sus frutos son anhelo y meta para otras zonas de China. La tierra es fértil y la voluntad, firme.