La revolución del comercio sino-latinoamericano
4 de mayo de 2017. Invitado por la parte mexicana, Ma Yun dialogó con el presidente de México, Enrique Peña Nieto. VCG
El 6 de septiembre, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, visitó la sede del Grupo Alibaba en la ciudad china de Hangzhou y fue testigo de la firma de un acuerdo de cooperación estratégica con el fundador y presidente ejecutivo del grupo, Ma Yun (Jack Ma). Dicho acto muestra una decisión de Ma Yun que permitirá abrir una cortina de diez años en América Latina y tendrá un impacto revolucionario en el futuro del comercio sino-latinoamericano.
Desde la primera iniciativa en 2016 de e-WTP (la Plataforma de Comercio Electrónico Mundial), Ma Yun comenzó a implementar el programa en el mundo. Aunque basada en consideraciones objetivas, la estrategia de Alibaba se enfocó al principio sobre todo en los alrededores de China, en Europa y en Estados Unidos, ahora el e-WTP de “la zona de comercio libre digital” se esforzará en alcanzar su globalización y popularización en todo el mundo. América Latina, lejana pero con un gran potencial, ha tenido un “contacto estrecho” con Alibaba, la mayor plataforma de comercio electrónico transfronterizo del mundo. Esto ha sido resultado del mercado latinoamericano y de la demanda mutua de Alibaba. El mercado latinoamericano espera con interés el comercio electrónico y la posibilidad de revitalizar el desarrollo económico de la región.
Pasado y perspectivas
En el pasado, la economía latinoamericana se caracterizó por la exportación de productos de masiva demanda por parte de las grandes empresas –quienes eran el actor principal–, y su dependencia en el mercado externo era fuerte y difícil de ajustar de acuerdo con los cambios flexibles del mercado. Sin embargo, después de la liberalización, la mercantilización y la privatización de las décadas de 1980 y 1990, la proporción de las pymes en los países de América Latina ha superado el 98 %, y su contribución al mercado laboral y al PIB ha alcanzado los 70 % y 50 %, respectivamente. Esto demuestra plenamente que la vitalidad y la potencia de las pymes, como agentes principales del mercado latinoamericano, están lejos de ser explotadas plenamente.
Por otra parte, Ma tiene un juicio claro sobre el mercado latinoamericano: le apetece el gran potencial de esta región para el desarrollo del comercio electrónico. El mercado latinoamericano tiene una serie de condiciones objetivas favorables: un nivel moderado o superior en el desarrollo económico de la mayoría de los países, un relativamente alto nivel en recursos humanos, el nivel educativo y sus ricos recursos naturales ecológicos. Al mismo tiempo, las carencias de América Latina en el desarrollo del comercio electrónico son igual de importantes: la falta de infraestructura de Internet, el alto costo de Internet, la lenta velocidad de conexión, etc. Pero frente a aquellos “puntos débiles”, Ma opinó que, al contrario de lo que se pensaría, estos “pueden ser nuestra mejor oportunidad”. Basado en ello, Ma llegó a la conclusión de que el desarrollo del comercio electrónico de América Latina está en una “época crítica de oportunidades”, ya que el comercio electrónico se convertirá en un motor de gran alcance para el desarrollo económico de la región y la transformación social.
De hecho, los datos de AliExpress –un referente del comercio electrónico transfronterizo– también respaldaron esta visión. En México, Brasil, Chile y otros países, AliExpress ocupa el primer lugar como la mayor plataforma de Internet para realizar compras transfronterizas. Brasil es el quinto mercado más grande para AliExpress: el número de compras en línea ha llegado a 41,1 millones, lo que refleja la gran escala, el fuerte poder adquisitivo y el alto nivel de educación de los consumidores. Este impulso y su perspectiva han hecho que Ma Yun decidiese “redescubrir América Latina”.
En mayo pasado, Ma visitó América Latina. Primero fue a Buenos Aires, donde se reunió con el presidente argentino, Mauricio Macri, y firmó un acuerdo de cooperación estratégica. Luego fue a la Ciudad de México, donde discutió con el presidente Enrique Peña Nieto las posibilidades para ayudar a las pymes y a los jóvenes en el comercio transfronterizo. Por falta de tiempo, no pudo visitar Chile ni hablar con la presidenta Michelle Bachelet. Sin embargo, la mandataria chilena tiene la situación muy clara: “Normalmente, pensamos que una conexión implica el borde físico de la tierra, el mar y el aire. Desde esta perspectiva, Asia está muy lejos. Pero cuando pensamos en el punto digital, la distancia se vuelve muy cercana”.
Esta visión no está alejada de la política latinoamericana. A comienzos de agosto pasado, el embajador de Perú en China, Juan Carlos Capuñay, dijo que la Iniciativa de la Franja y la Ruta era difícil de implementar físicamente y lograr una “interconexión” entre América Latina y Asia. Pero, por otro lado, en cuanto a la “ruta blanda” –la construcción de la denominada “Ruta de la Seda Digital”–, China y América Latina tienen una amplia gama de perspectivas de cooperación y el comercio electrónico transfronterizo es una de las direcciones más prometedoras para la cooperación entre China y Perú. Esta también sería una buena forma de promover “la Franja y la Ruta” sino-latinoamericana.
El centro experimental de O2O Tianmao Internacional se establece en la Zona de Libre Comercio de Tianjin. Es la primera plataforma para comerciantes electrónicos transfronterizos de importación del país. VCG
Presencia en América Latina
Con esa misma visión de la política latinoamericana, especialmente ahora que América Latina es identificada como una extensión natural de la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI, Alibaba incluirá a esta región en su estrategia de desarrollo a largo plazo e insistirá en la inversión. “Esperamos que a través de los esfuerzos de una década, el comercio fluya hacia arriba y haya un intercambio cultural”, dijo Ma.
Quizás debido a esto, al referirse a las falencias del comercio electrónico en América Latina, Ma Yun advirtió que “el problema es la oportunidad”. Las reuniones con el presidente Macri –dos veces en dos años– y con el presidente Peña Nieto –tres veces– muestran la determinación de Alibaba de ingresar a Argentina y México, así como a todo el mercado latinoamericano. No es difícil imaginar cómo el acuerdo de cooperación estratégica de Alibaba con los gobiernos de Argentina y México aumentará considerablemente la capacidad de las pymes de los dos países y las ayudará a desarrollarse en el mercado internacional, especialmente en el mercado chino.
A largo plazo, el éxito del comercio electrónico transfronterizo traerá una revolución al comercio China-México, China-Argentina, e incluso China-América Latina. El comercio electrónico transfronterizo puede no solo traer la democratización del consumo, sino también democratizar las ventas, es decir, el 95 % de las pymes de ambas partes pueden participar y disfrutar los beneficios de la globalización. Tal vez este sea su mayor glamur: lograr una globalización y una popularización para crear un mundo en donde cada uno comparta conmigo y yo comparta el mundo de todos.
*Guo Cunhai es subdirector e investigador adjunto del Departamento de Investigación General del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales. Es también patrocinador y director de la Comunidad de Estudios Chinos y Latinoamericanos.