CHINAHOY

HOME

2017-October-30 16:40

Cumbre de Negocios de México propone mayor acercamiento a China

Breve encuentro con el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo.
 

Por AMAPOLA GRIJALVA*

El 24 de octubre pasado concluyó la Cumbre de Negocios de México, celebrada en la ciudad de San Luis Potosí. Sin duda, es el evento de más alto nivel en su tipo y al que acuden los emprendedores más importantes del país, incluyendo empresas nacionales y extranjeras, en diálogo con think tanks y los políticos del momento.

El tema de la reunión fue “Opciones para México”, mientras que la preocupación central en todos los corrillos fue la incertidumbre que se ha generado por las últimas noticias sobre los avances en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés).

La situación de México preocupa por la alta dependencia que el país ha tenido en sus intercambios económicos con Estados Unidos y porque la inversión extranjera directa, en general, es atraída por las ventajas que las empresas han disfrutado al exportar con aranceles reducidos al mercado más grande del mundo.

Fue notable que los líderes y especialistas de Rusia, Canadá, India, Japón, Corea del Sur y Hong Kong (China), participantes en los 5 paneles dedicados a los temas del comercio y las relaciones internacionales, afirmaran coincidentemente que el presidente Donald Trump es “el mejor promotor de Asia”, pues con su política altamente proteccionista ha impulsado a países como México –ahora sí– a buscar con seriedad mercados alternativos.

El secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, nos dejó en la sesión de apertura su certeza de que los intercambios intensos y las visitas de Estado de los presidentes de México y China han sentado las bases para un mayor comercio e inversiones. Al respecto, destacan el reciente acuerdo con Alibaba para comerciar productos y las operaciones de las empresas petroleras chinas en la cuenca del Golfo de México.

China –se dijo con insistencia– debe ser estudiado como el país más atractivo para el destino de las exportaciones y también como una fuente de inversión para México. En particular, Nicholas Kwan, economista director de investigación del Consejo para el Desarrollo Comercial de Hong Kong (HKTDC, siglas en inglés), comentó que no hay mejor momento para China que el actual, en el que las iniciativas de comercio e inversión son de una envergadura global. Kwan recalcó que China es hoy el segundo más grande inversionista en el mundo, después de Estados Unidos.

Por su parte, Ronnie Chan, uno de los más influyentes líderes empresariales de Hong Kong, declaró: “China es un gran reto y muchas empresas se sienten amenazadas por la agresividad de sus empresas fabricantes. Sin embargo, China ya ha cambiado y ustedes tienen que cambiar su perspectiva. China es hoy un país con un enorme mercado, con una oferta altamente innovadora y ahora va a jugar un papel en la economía mundial sin precedentes en la historia”.

Después vinieron los talleres en petit comité, uno de ellos dedicados específicamente a China, el cual me tocó conducir junto con Claude Smadja, consultor de Suiza y especialista en los temas de Asia y China. Fue entonces que pudimos captar lo que los empresarios tenían en su corazón. Algunos preguntaban: “¿Qué puedo hacer para invertir en China, dado que las barreras de entrada son bastante grandes y la cultura es tan distante a la nuestra?”. Otro decía: “China tiene una gran capacidad para invertir y puede sacarme de mi propio mercado. Me gustaría que no entrara a México”. Y otro preguntaba: “¿Cómo atraemos inversión para que traiga prosperidad y desarrollo a México?”. Estas preocupaciones merecen respuestas concretas, pero aquí quiero proponer una reflexión como punto de partida.

Es innegable que existe un temor ante la magnitud de los emprendimientos chinos. Sin embargo, hoy es impensable intentar negocios internacionales sin tener claro, incluso como contexto, lo que pasa en esa economía. Por ello, es importantísimo insistir en que México requiere tener una agenda muy desarrollada y mucho más concreta y detallada con China, a fin de promover sus negocios tanto de importación como de exportación de bienes, capitales y servicios de todo tipo.

Para empezar, leamos cuidadosamente el planteamiento estratégico del presidente Xi Jinping cuando se refiere al “socialismo con peculiaridades chinas para una nueva época”, y vincularlo con lo que ha declarado ante los jefes de Estado y los empresarios del mundo en la reunión del Foro de Davos de enero de este año.

Dicho planteamiento estratégico ha sido incorporado a la Constitución aprobada en el reciente Congreso del Partido Comunista, y constituye una resolución histórica que solo se equipara a los tiempos en los que líderes como Mao y Deng inspiraban a la nación más poblada del mundo a vivir bajo un sistema socialista.

“Una nueva época” significa, en el área económica, cambiar los enfoques productivistas a otros en donde se ponga el acento en la innovación y el desarrollo tecnológico, a partir del impulso a la investigación, el desarrollo y la transferencia tecnológica en absolutamente todas las áreas de producción de bienes y servicios, lo cual, a su vez, cambiará el modo en que una sociedad moderna consume, vive, se divierte, trabaja, procura su salud, se educa, se comunica, se relaciona con su hábitat, produce y genera ingresos.

 

Con Claude Smadja, miembro del Comité Organizador de la Cumbre y reconocido experto en asuntos de China.
 

Esta perspectiva es mucho más integradora y holística que aquella de pasar del “Hecho en China” al “Creado en China”, pero la incluye.

El Partido Comunista de China ha establecido incluso los tiempos y movimientos para llegar a ser, en una primera etapa, un “país socialista moderno” hacia el año 2035, basado en la construcción de una sociedad modestamente acomodada; y, en una segunda etapa hacia 2049, alcanzar el sueño de ser un “gran país socialista moderno”.

Estos principios operan como verdaderos motores y guías de todas las políticas e incluso en los programas y proyectos concretos de empresas, escuelas, centros de investigación y toda clase de instituciones sociales. Este alineamiento del quehacer económico y social de China forma la ruta sobre la que transita toda su sociedad, rebasa los periodos quinquenales de la elección o reelección presidencial y también dan el marco a lo que China busca en sus relaciones internacionales en todos los órdenes.

La renovación de las cadenas productivas, la construcción de un modelo sustentable cuidando el medio ambiente y la innovación en toda actividad humana son los instrumentos de un renovado modelo de desarrollo –claro está– “con características chinas”. Y no tengamos ninguna duda de que los recursos, las voluntades y los esfuerzos estarán dispuestos y enfocados hacia estos propósitos.

El mundo entero está intentando llevar productos a esos anaqueles que se han ido sofisticando y que demandan productos de todo tipo. Sí, de todo tipo.

Comparto la visión de otros especialistas de que esto fortalecerá tremendamente el mercado interno de China, llevándolo a niveles que no hemos conocido aún. Por ello, los temores de lo que significa la interacción con el gigante de Asia deben ser superados para avanzar consistentemente en mayores intercambios en todos los órdenes.

Una y otra vez nos toca insistir en este punto, hasta lograr que los objetivos de desarrollo económico de México también sean comprendidos por los tomadores de decisiones en China y viceversa. No veo más que oportunidades y oportunidades que se abren a cada minuto, a cada hora.

En Davos, el presidente Xi planteó que los vínculos económicos globales sean la base de la prosperidad. El comercio es concebido como el corazón que impulsa el intercambio, mientras que la infraestructura para el transporte vendría a ser como las venas y arterias de un sistema económico mundial cada vez más interconectado e interdependiente.

Armonía, equilibrio y paz significan garantizar niveles básicos de bienestar para todos los seres humanos que habitamos este planeta. ¿Cómo alcanzar este propósito? El presidente Xi propone cooperación multilateral, coordinación para invertir en la infraestructura para el comercio en grande, pero muy rápido, muy barato y ultraeficiente. Esta iniciativa se la ha conocido como “la Franja y la Ruta”, una expresión multimodal y multinacional que movilizará el valor que agrega la acción humana, la inteligencia y la tecnología, sin barreras y a alta velocidad.

El retorno de esas inversiones está garantizado. Por ello, el análisis de cómo el mundo se incorpora a este proyecto de coinversión no debe retrasarnos más.

China y su líder se han puesto a la cabeza de un movimiento que tiene implicaciones globales; y a México le toca, de forma soberana e independiente, no quedarse al margen y utilizar su posición como gran potencia económica en ciernes y su privilegiada ubicación en la región más próspera del mundo hoy.

*Amapola Grijalva es economista del Grupo Mundial de Comercio e Inversión.

Comercio China-Iberoamérica

  • (Franja y Ruta) Presidente chino pronuncia discurso e...
  • (Franja y Ruta) China y Chile profundizarán asociaci...
  • (Franja y Ruta) China apoya rol de liderazgo de la ON...
  • (Franja y Ruta) Presidente chino espera mayor coopera...
  • (Franja y Ruta) Presidente chino elogia a Malasia por...