Jiangsu y el camino hacia la “nueva normalidad”
Por MATEO HERRERA
Hace algunos años era impensable que los casi 900 km que separan a Beijing de Nanjing se pudiesen cubrir por tierra en tan solo cuatro horas. Sin embargo, gracias al avanzado sistema de trenes rápidos de China, ahora es posible completar el viaje entre la actual y la antigua capital del país, que tomaría alrededor de 15 horas en tren convencional, en tan solo una fracción del tiempo, viajando a una velocidad promedio de 300 km/h.
Los trenes rápidos de China nunca dejan de sorprenderme, sobre todo cuando caigo en la cuenta de que la mayoría de regiones del país, que abarcan un inmenso territorio de más de 9 millones de km², están conectadas por las vías rápidas. También me llama la atención que esta proeza haya sido lograda en un lapso de tan solo diez años. A pesar de que he perdido la cuenta de las veces que he viajado en tren rápido en China, era la primera vez que visitaba la provincia de Jiangsu.
Junto con tres periodistas más, fui invitado por la Universidad Normal de Beijing (UNB) para acompañar a un grupo de estudiantes extranjeros y cubrir las diferentes actividades en las que participaron durante la semana del 10 al 14 de abril, entre las que destacaron visitas a importantes compañías, como Suning y CRRC, y conferencias ofrecidas por académicos y altos funcionarios del gobierno local en Nanjing y Kunshan.
El viaje forma parte del programa anual de MBA que ofrece el Instituto de Mercados Emergentes de la UNB, y pretende que los alumnos, provenientes de naciones en vías de desarrollo, conozcan de primera mano la economía actual de Jiangsu, así como los procesos económicos adelantados durante casi 40 años que la tornaron en una de las provincias más prósperas del país.
Tuve la oportunidad de conversar con varios estudiantes, no solo sobre el programa del Instituto de Mercados Emergentes (IME), sino también sobre su percepción de China en general. Felipe Gómez, un colombiano que antes de tomar la decisión de hacer el máster trabajó en Bogotá durante ocho años en ventas, aseguró que le impactaba el hecho de que el PIB de Jiangsu doblara al de su país. “Y ni siquiera cuenta con la mitad de los recursos económicos”, dijo.
Este es quizás el caso de la mayoría de los estudiantes del IME, y uno de los motivos por los cuales se justifica el viaje. A pesar de contar con la participación de un puñado de jóvenes que apenas terminaron sus estudios universitarios de pregrado, la maestría está realmente dirigida a académicos, funcionarios públicos, emprendedores, diplomáticos y otros profesionales con experiencia en el sector público o privado. En esta ocasión, el viaje reunió a 17 estudiantes de 15 países de Asia, África y Suramérica.
Un motor en el delta del río Yangtsé
La primera parada del recorrido fue en Nanjing. Entre diciembre de 1937 y enero de 1938, la antigua capital china sufrió una de las más terribles masacres en la historia de la humanidad. Durante seis semanas, invasores japoneses llevaron a cabo saqueos, torturas y violaciones, y realizaron un genocidio que dejó al menos 300.000 víctimas. Ochenta años después, sin embargo, la ciudad que fue destruida parcialmente por las tropas niponas es una de las urbes más desarrolladas y prósperas del país.
Conocida como la “antigua capital de las seis dinastías”, Nanjing ha tenido un enorme avance económico gracias a su rica cultura ancestral y su ubicación estratégica, en la intersección entre el Canal Dorado del Río Yangtsé y el Ferrocarril Beijing-Shanghai. Con un área de 6600 km², una población de 8,2 millones de habitantes y un PIB regional de 161.000 millones de dólares (2016), esta ciudad de montañas, agua y bosques ha sido calificada como la única megalópolis de China.
Al ser la primera ciudad en Jiangsu capaz de coordinar el desarrollo conjunto entre los sectores primario, secundario y terciario, Nanjing ha contribuido enormemente al progreso de la región de la Franja Económica del Río Yangtsé. A pesar de que históricamente su economía ha estado basada en las manufacturas, en 2016 el sector de servicios (finanzas, turismo, salud, etc.) representó un 58 % del PIB local, un giro que se está comenzando a ver en otras regiones de China a medida que el país cambia su modelo económico.
Durante una conferencia presidida por Liu Liya, vicedirectora de la Comisión para la Promoción de Inversiones Municipales de Nanjing, y a la que asistieron además directivos de reconocidas empresas chinas, se explicó que la ciudad también le está apostando a una fuerte globalización. Además de contar con la presencia de más de 1000 compañías extranjeras de 104 países, entidades locales, como China Jiangsu International (CJI), también están dejando su huella en el exterior, sobre todo en naciones emergentes.
“La política going global alienta a las empresas chinas a invertir en el extranjero para asegurar recursos naturales y adquirir tecnología avanzada”, dijo María Osterloh, una peruana que antes de realizar el MBA trabajó como investigadora para la Comunidad de Estudios Chinos-Latinoamericanos (CECLA). “Las empresas chinas globales son un punto clave para reequilibrar la economía nacional, ya que, de invertir en los sectores de recursos y energía, ahora buscan invertir a través de fusiones y adquisiciones de empresas de alta tecnología y a través de empresas industriales y químicas. Las firmas chinas han pasado de exportar manufactura a exportar alta tecnología e I+D”.
El pequeño gigante
Después de visitar Nanjing, tomamos otro tren rápido con dirección a Kunshan, una pequeña ciudad de poco más de 2,5 millones de habitantes, ubicada entre Shanghai y Suzhou. A pesar de haber sido una región agrícola pobre hasta la década de 1970, hoy en día Kunshan ocupa el primer puesto en el ranking de las top 100 ciudades chinas a nivel de condado en términos de fuerza económica integral.
Desde que Deng Xiaoping puso en marcha la política de reforma y apertura al exterior, en 1978, la ciudad ha vivido cinco etapas de desarrollo diferentes, como pudimos ver en una visita al Centro de Exposiciones de Ciencia y Tecnología de Kunshan. Quizás una de las fases más importantes por las que ha pasado la ciudad ocurrió después de 1992, cuando se comenzaron a construir las zonas de desarrollo económico (ZDE) para atraer la inversión extranjera. Las ZDE representan dos tercios del PIB local.
A pesar de solo tener un área de 931 km², gracias a su economía innovadora, fabricación de productos informáticos de alta gama y moderna industria de servicios, que desde 2011 supera a las manufacturas, actualmente Kunshan aporta un 0,5 % del PIB total de China. Este desarrollo ejemplar ha logrado, incluso, que el PIB per cápita local alcance una cifra cercana a los 30.000 dólares.
“Una de las cosas que aprendí del viaje a Kunshan es que las reformas y la apertura son clave para el crecimiento económico y el desarrollo de una nación, dado que atraen una gran cantidad de inversión extranjera directa”, dijo Erasto Mapundula, otro de los estudiantes del MBA internacional, dedicado a la promoción comercial en Malawi.
A pesar de ser una ciudad exitosa, cuyo modelo de desarrollo es un claro ejemplo de la transición económica que busca alcanzar el país hacia la “nueva normalidad”, hoy en día Kunshan enfrenta diferentes desafíos, como una fuerte dependencia de las exportaciones, falta de innovación, imposición de políticas medioambientales más severas y limitación de recursos. No obstante, el gobierno local confía en su capacidad para superar estos obstáculos.
Las economías emergentes también se han topado con retos similares, otro de los motivos por los cuales es valiosa la visita a Kunshan y en general a la provincia de Jiangsu. Mapundula, quien asegura que en Malawi aún no hay mucha inversión extranjera directa debido a ciertas políticas del gobierno local, dijo que la relación de su país con China ya está dando frutos en términos de que están tomando relevancia algunas de las áreas que requieren atención en el país africano. “Como funcionarios del Gobierno, formamos parte del equipo que mejorará estas políticas”, sostuvo.
Mila Choychoo, funcionaria del Ministerio de Trabajo, Relaciones Industriales, Empleo y Formación de la República de Mauricio, tiene una visión muy positiva sobre esta etapa del MBA: “Realizar una excursión a la provincia de Jiangsu ha ampliado mi conocimiento teórico obtenido en la universidad en términos de hacer negocios e invertir mucho en capital humano, infraestructura y tecnología, factores que sin duda contribuyen para que un país progrese rápidamente. Además, conocer la forma como China ha enfrentado los desafíos para convertirse en la segunda economía mundial es inspirador, y me hace caer en la cuenta de que el trabajo duro siempre encuentra una recompensa al final”.
El próximo año, Jiangsu recibirá a otro grupo de estudiantes del Instituto de Mercados Emergentes de la UNB. De este modo, nuevos talentos recibirán una valiosa lección que no solo nutrirá su desarrollo profesional, sino que también servirá para estrechar aún más los lazos y la cooperación económica entre China y otras economías emergentes en el resto del mundo.