Las zonas de libre comercio aceleran la apertura
Por LI GANG
A medida que la globalización económica toma fuerza y el libre comercio internacional afronta distintos desafíos, se ha vuelto común que los países recurran a la firma de tratados de libre comercio bilaterales o multilaterales con el fin de eliminar las barreras comerciales y de inversión, y fomentar la economía regional. Buscando adaptarse a las nuevas tendencias económicas globales e impulsar la nueva etapa de apertura hacia el exterior, China ha hecho especial énfasis en la creación de zonas de libre comercio. De conformidad con el principio básico de mutuo beneficio y el “todos ganan”, el país viene desarrollando estas zonas con miras a promover el crecimiento mutuo con el resto de países y regiones del mundo.
¿Quiénes son los socios de libre comercio de China?
Hasta la fecha, China ha firmado formalmente 14 Tratados de Libre Comercio (TLC) con 22 países y regiones. El primero de ellos fue el Acuerdo de Asociación Económica Más Estrecha (CEPA, por sus siglas en inglés), suscrito entre la parte continental de China, Hong Kong y Macao, como tres economías arancelarias independientes. China también ha firmado TLC con Chile, Pakistán, Perú, Costa Rica y Corea del Sur, países en vías de desarrollo y economías emergentes, y con Nueva Zelanda, Singapur, Islandia, Suiza y Australia, naciones desarrolladas. Nueva Zelanda fue el primer país desarrollado en firmar un TLC con China, e Islandia, el primer europeo. Actualmente, el Tratado China-ANSEA es el único TLC multilateral al que pertenece China, y el Acuerdo Marco de Cooperación Económica (ECFA, por sus siglas en inglés) trazó la línea bajo la cual China y Taiwan, como dos economías distintas, llevarán a cabo sus negociaciones sobre el TLC.
Además de los tratados mencionados, China también está impulsando negociaciones para fundar nuevas zonas de libre comercio, incluidas la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) y las zonas de libre comercio con el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), con Noruega, con Japón y Corea del Sur, con Sri Lanka, con Maldivas y con Georgia. Además, en octubre de 2007, China concluyó los estudios de cooperación con India sobre la suscripción de un acuerdo comercial regional y, en mayo de 2012, octubre de 2014 y marzo de 2016, comenzaron los estudios de factibilidad para un TLC con Colombia, Moldavia y Nepal, respectivamente.
Beneficiar a los consumidores
Con los TLC, los aranceles aduaneros se reducen en gran escala, incluso hasta llegar a cero. Los bajos precios, además de sus beneficios prácticos, significan un ahorro para los compradores en China, que pueden adquirir productos extranjeros de alta calidad a precios más económicos. Por ejemplo, con la fundación de la Zona de Libre Comercio entre China y Australia, productos como langostas, bistecs y vinos australianos, que usualmente se consumen en hoteles de lujo, pueden servirse en las mesas de familias chinas comunes y corrientes. Los productos lácteos de alta calidad provenientes de Nueva Zelanda también han tenido una disminución arancelaria año tras año, volviéndose más accesibles para el pueblo chino. El TLC entre Beijing y Wellington estableció que China reduciría progresivamente los aranceles sobre los productos lácteos neozelandeses a partir de octubre de 2008, y que, para enero de 2019, eliminará totalmente los impuestos sobre la leche en polvo.
Gracias al TLC China-ANSEA, ahora los consumidores chinos pueden disfrutar de frutas y aperitivos provenientes de los países de la ANSEA. Algunas de estas son los mangostinos, las pitayas y el arroz de Tailandia, la torta de frijol verde de Vietnam, el mango seco de Filipinas, la torta de color dorado de Indonesia y el café de Vietnam y Malasia.
El TLC entre China y Suiza estipula que nuestro país reducirá progresivamente los aranceles sobre relojes de lujo y dispositivos médicos, así como los derechos de importación de los primeros en 60 % durante 10 años. En 2014, cuando entró en vigor dicho acuerdo, los derechos de importación sobre los relojes suizos se redujeron en 18 %, y, posteriormente, cerca de 5 % anual.
Los consumidores extranjeros en países y regiones suscritas a un TLC con China también gozan de los beneficios prácticos de poder adquirir productos procedentes de China a precios más bajos.
Impulsar el comercio
Una vez establecidas las zonas francas, los Estados miembros deben también reducir los aranceles de importación. Por ende, tanto productores como consumidores tienen la oportunidad de comprar bienes provenientes de los países socios a precios más accesibles, lo cual amplía el comercio entre ellos.
Este efecto se desprende de la zona franca China-ANSEA, la más grande en la que China tiene participación. Según estadísticas del Ministerio de Comercio chino, el volumen del comercio bilateral entre China y los países de la ANSEA durante los últimos doce años ha aumentado casi nueve veces: de 54.800 millones de dólares en 2002 a 480.400 millones en 2014. Por su parte, la inversión mutua creció de 3370 millones de dólares en 2003 a 12.200 millones en 2014, un aumento cercano al 400 %. China es el mayor socio comercial de la ANSEA, y dicho organismo regional es el tercer mayor socio comercial de China.
La firma del Acuerdo de Libre Comercio entre China y Chile, en 2005, ha estrechado significativamente las relaciones comerciales bilaterales. El volumen comercial entre los dos países aumentó alrededor de 4,8 veces, pasando de 7100 millones de dólares en 2005 a 34.100 millones en 2014.
Las economías de China y Suiza son complementarias y mantienen una base sólida para el comercio bilateral. Su TLC incluye un gran número de mercancías con cero aranceles; 99,7 % de las exportaciones chinas a Suiza, y 84,2 % de las exportaciones suizas a China, para ser exactos. Este factor añade un impulso significativo al comercio bilateral. Según estudios de Swiss Global Enterprise (SGE), agencia oficial promotora del comercio exterior suizo, anualmente se registra un crecimiento promedio del 5 % con respecto a las exportaciones de Suiza a China. La SGE prevé que para 2028 el ahorro que se habrá generado gracias a la reducción y eliminación de derechos aduaneros será de 5800 millones de francos suizos (alrededor de 4800 millones de euros).
Promoción de la inversión
Las zonas de libre comercio no solo impulsan el crecimiento económico, sino también facilitan la gestión para las inversiones empresariales. Los amplios TLC que China ha firmado con más de una decena de países y organizaciones no solo contienen las normativas sobre la eliminación de los aranceles y las barreras no arancelarias, sino que también comprenden las reglas para estimular el libre comercio y la inversión. Además, impulsan políticas de competencia sana, protegiendo los derechos de propiedad intelectual y las cuestiones ambientales, y fomentan los intercambios de personal, sentando las bases para ampliar las inversiones mutuas. A medida que los TLC entran en vigor, la eliminación de barreras impulsa tanto la inversión como el comercio bilateral.
Cuando China y Australia suscribieron su TLC, por ejemplo, acordaron un trato de nación más favorecida (NMF) en materia de inversión. Esto supone el mismo tratamiento preferencial del que gozan los demás socios comerciales, con la única excepción de que en el futuro Australia no obtendrá los mismos beneficios especiales otorgados por China a los inversores de Hong Kong, Macao y Taiwan. El trato de Australia hacia China en términos de inversión también es de alto nivel, similar al que les ofrece a EE. UU., Corea del Sur y Japón.
Por otro lado, Australia ha reducido drásticamente el umbral para el acceso de las inversiones chinas en el país, con un aumento de 248 a 1078 millones de dólares australianos en la norma de exención del examen de inversión. Con el fin de proteger los derechos e intereses legítimos de los inversores en ambas partes, el TLC incluye un mecanismo de solución de disputas. En caso de que se presenten controversias entre el país anfitrión y la parte inversora, existen remedios y herramientas para garantizar los derechos legales de la última. Este sistema de gran alcance eleva la confianza y alivia las preocupaciones de los inversores.
Según el Ministerio de Comercio de China, a finales de 2014 las empresas chinas habían invertido 74.94o millones de dólares estadounidenses en Australia, incluida una inversión directa de 19.950 millones. Fue así que la isla se convirtió en el segundo mayor destino de inversión de China, después de Hong Kong. A finales de abril de 2014, Australia había establecido 10.428 empresas en China, con un capital extranjero real de 7595 millones de dólares. El TLC China-Australia implica una promesa de un alto grado de apertura de sus mercados, compromiso que mantendrá la actual tendencia de desarrollo de las inversiones bilaterales y creará nuevos campos de inversión.