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2016-November-4 14:11

La Cumbre del G20 y el futuro de la economía mundial

Por HE YAFEI*

4 de septiembre de 2016. El presidente de China, Xi Jinping, y su esposa Peng Liyuan celebran un banquete en honor de los asistentes a la Cumbre del G20 en Hangzhou. Agencia Xinhua

 

BAJO la presidencia de China, la última Cumbre del G20 realizada en Hangzhou alcanzó numerosos logros. Esta fructífera reunión ha fijado el curso, la estrategia y el rumbo para el mundo en cuanto al crecimiento económico, la respuesta a los desafíos globales y la reforma del sistema de gobernación mundial.

La economía mundial sigue viviendo una encrucijada, luego del estallido de la crisis financiera en 2008. China, mediante el aporte de su sabiduría y sus propuestas, ha cumplido con las expectativas y ha animado a los líderes de los países miembros del G20 a que alcancen un consenso en cinco aspectos. Es indudable que los logros de esta Cumbre del G20 influirán en la economía y la gobernación del mundo de una manera significativa.

El G20 lleva años dedicado a la promoción de la economía mundial, con la finalidad de tener un crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e incluyente. No obstante, durante los últimos ocho años, la sombra de la crisis financiera se ha cernido sobre el mundo. Las nuevas tecnologías y revoluciones industriales van sustituyendo a las antiguas, pero no han librado al mundo de la recesión económica. Por otra parte, las principales economías se enfrentan a poblaciones que envejecen. Las oleadas de antiglobalización y la tendencia del proteccionismo vienen aumentando en algunos países desarrollados, lo cual afecta a la globalización económica, al sistema multilateral del comercio, y a la inversión y comercio libres. Además, riesgos financieros, como el exceso de apalancamiento y las burbujas económicas, vienen incrementándose a nivel mundial.

Conceptos propuestos por China

En la Cumbre de Hangzhou, los líderes acordaron continuar mejorando la comunicación y coordinación de la macropolítica del G-20. Además, en la cita se aprobó el Proyecto del G20 sobre Crecimiento Innovador, que busca apoyar la innovación en los conceptos de desarrollo, sistemas y mecanismos, y modalidades comerciales que se lleven a cabo sobre la base de las innovaciones tecnológicas. Se reiteró también el compromiso de rechazar el proteccionismo y se elaboró la Estrategia del G20 para el Crecimiento del Comercio Mundial y una Guía del G20 para la Política de Inversión Global.

La adopción de estos consensos y planes de acción no puede estar desligada de los esfuerzos de China. Los nuevos conceptos de desarrollo, propuestos por el país en los últimos años y que radican en la innovación, la coordinación, el desarrollo verde, la apertura y la compartición, se han visto reflejados en el contenido de los consensos alcanzados en la Cumbre de Hangzhou, y se cree que jugarán el papel de motor que impulse la economía global. El mundo ha sido testigo de la participación de China y de su rol fundamental en el mecanismo del G20 y la administración global.

Más aún, gracias a los esfuerzos de China, el tema del desarrollo fue por primera vez incluido en la agenda de la Cumbre. Los líderes están decididos a promover un desarrollo inclusivo e interconectado, por lo que la cooperación resultante del G20 ofrecerá beneficios a todo el mundo. Para ser más específicos, por primera vez una Cumbre del G20 concedió máxima importancia a la cuestión del desarrollo dentro del marco macroeconómico mundial y formuló un plan de acción centrado en la aplicación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.

En las últimas décadas, la globalización económica no ha generado beneficios para muchos países en desarrollo. Peor aún, estos se han convertido en víctimas del neoliberalismo y del Consenso de Washington. Desde que el G20 adoptó como mecanismo la cumbre de líderes, China ha buscado siempre que esta organización se enfocase en las cuestiones de desarrollo. Basada en su exitosa experiencia, China ha presentado nuevos conceptos y proyectos –como la iniciativa de “Una Franja y Una Ruta”– destinados a promover el progreso conjunto de los países en desarrollo. China no solo se define como un país en vías de desarrollo, sino que permanece invariablemente al lado de estos. Representantes de varios países en desarrollo fueron invitados a la Cumbre de Hangzhou para participar en la discusión sobre las perspectivas económicas mundiales. Los planes de acción y los resultados prácticos contribuyen a reducir la desigualdad y el desequilibrio en el desarrollo global, y a ofrecer beneficios tangibles a las naciones en desarrollo.

Asimismo, se tomaron decisiones para promover la reforma del sistema de la administración global. Por ejemplo, transformar el G20 para que deje de ser un mecanismo de reacción frente a la crisis y se convierta en un mecanismo de gestión a largo plazo; del mismo modo, ampliar su enfoque en la política a corto plazo y llevarlo hacia una combinación de políticas de corto, mediano y largo plazo.

Los líderes mostraron su determinación en mejorar la gobernanza económica y financiera mundial para elevar así la capacidad de recuperación de la economía mundial. Además, acordaron impulsar la reforma de las cuotas y la estructura administrativa de instituciones financieras internacionales –como el FMI–, ampliar el uso de los derechos especiales de giro, reforzar la cooperación internacional en materia de impuestos, recursos energéticos y lucha contra la corrupción, así como unir esfuerzos para hacer frente a los problemas globales, como el cambio climático.

China ha practicado con seriedad lo que defiende y ha jugado un papel destacado en este sentido. Antes de la reunión, China y EE. UU. presentaron conjuntamente ante el secretario general de la ONU los documentos oficiales para llevar a la práctica el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

4 de septiembre de 2016. Periodistas contemplan la transmisión en directo de la ceremonia de inauguración de la Cumbre del G20. Agencia Xinhua
 

Nuevo punto de partida

La mayor participación de China en el mecanismo del G20 y en la gobernanza global revela que el país va teniendo cada vez una mayor responsabilidad como gran nación, y que sus relaciones con el mundo vienen experimentando cambios de histórico significado. En la Cumbre, el presidente Xi Jinping señaló que China se encuentra en un nuevo punto de partida histórico, desde donde el país profundizará la reforma en todos los ámbitos, fomentará nuevos motores de desarrollo económico y social, adaptará su economía a esta etapa de “nueva normalidad”, transformará su modelo de crecimiento y promoverá una mayor interacción con el mundo y una mayor apertura hacia los demás países.

En 2013, el presidente Xi planteó por primera vez la iniciativa de “Una Franja y Una Ruta”, que ha tenido una respuesta muy positiva en más de 100 países. Bajo el principio de “construir de forma conjunta y a través de consultas para satisfacer los intereses de todos”, China ha firmado acuerdos de cooperación con más de 30 países ubicados a lo largo de las rutas, así como acuerdos de cooperación en materia de capacidad de producción con más de 20 países. Muchos de ellos se han beneficiado de la cooperación con China.

La iniciativa de “Una Franja y Una Ruta” pone de relieve la mayor apertura de China al exterior, tanto con los países desarrollados como con los que están en desarrollo (aún más con estos últimos). Además, China ha liderado el establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) y el Fondo de la Ruta de la Seda, que buscan ser nuevas fuentes de financiación para los países en desarrollo en el área de infraestructura.

Los nuevos mecanismos e iniciativas propuestos por China no intentan afectar el actual sistema, sino que buscan promover la cooperación y el beneficio mutuos. China no tiene el propósito de construir su propio “patio trasero”, sino un jardín que compartan todos los países. En el campo de la gestión económica y financiera mundial, China está desempeñando un papel principal con pasos firmes y seguros.

La cooperación internacional en la capacidad productiva ha sido distorsionada por algunos críticos occidentales, quienes señalan que es una forma de “exportar los problemas internos” de China. Pero los hechos hablan por sí mismos. La iniciativa de “Una Franja y Una Ruta” ha sido ampliamente acogida. El pensamiento de China a favor de la cooperación, el beneficio mutuo y el desarrollo común tuvo eco en la Cumbre de Hangzhou. En diferentes ocasiones los líderes chinos han expresado que todos los países están invitados a subirse al tren del desarrollo de China y compartir el fruto de su progreso.

A nivel internacional, la Cumbre de Hangzhou fue calificada de exitosa. Además de los numerosos logros tangibles, ha traído también la gran esperanza de que la economía mundial crezca de manera vigorosa, sostenible, equilibrada e incluyente, y ha marcado la dirección de la reforma del sistema de gobernación global. Sin embargo, aunque el neoliberalismo ha sido cuestionado ampliamente después de la crisis financiera, este está arraigado todavía en muchos terrenos y se requieren más esfuerzo para disipar su influencia y llevar así a la economía mundial hacia una forma más equitativa, con el fin de hacer que el sistema de gobernanza económica mundial sea más justo, equitativo y razonable.

*He Yafei es el primer coordinador del G20 sobre asuntos de China. Ha sido vicecanciller chino y director adjunto de la Oficina de Asuntos de Chinos de Ultramar del Consejo de Estado del país.