La economía china en 2016
11 de enero de 2016. Trabajadores de la Compañía de Nuevas Energías Shenzhou de Jiangsu fabrican productos para la exportación. Cnsphoto
COMO indica Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía mundial está pasando de una “nueva normalidad” a una “normalidad a secas”. La funcionaria ha señalado que las principales economías del globo presentan una débil recuperación, un lento crecimiento, bajos índices de empleo y un elevado riesgo.
Ante estas circunstancias, nuestro país no puede ser una excepción. La economía china, que ha entrado en una fase de nueva normalidad, encontró muchos desafíos en 2015. A nivel macroeconómico, se ralentizó el crecimiento económico y los ingresos y gastos de Hacienda local no fueron satisfactorios. A nivel microeconómico, la producción y gestión de las empresas industriales tradicionales sufrieron una mayor presión, en lugar de mejorar. Asimismo, los sectores reales, representados por el inmobiliario, afrontaron grandes dificultades para la liquidación de excedentes.
Afortunadamente, el Gobierno chino no ha vacilado en impulsar la reforma en todos los aspectos. Según el reconocido economista Li Yang, ex vicepresidente de la Academia China de Ciencias Sociales (CASS, siglas en inglés), ahora que el mundo entra en un “competitivo periodo de reformas”, solo el país que tenga la mayor conciencia de la urgencia de estas reformas, que tenga la política más apropiada, que tome las mayores decisiones y que alcance los mejores resultados podrá liderar la competencia global. Sin duda, China está tomando la delantera.
2015, un año de preocupación y esperanza
La economía mundial continúa sufriendo las consecuencias de la crisis originada en 2007 y no ha registrado una mejora notable en estos últimos 8 años. El 16 de diciembre pasado, durante la presentación del Libro azul sobre la economía de 2016 en la sede de la CASS, Li Yang sostuvo que aunque todos los países habían adoptado diversas medidas, el crecimiento económico no había sido el esperado, por lo que muchas instituciones internacionales proyectaron que el ritmo de crecimiento de 2015 sería el más bajo desde el primer año de la crisis. En especial, el crecimiento de los países emergentes comenzó a caer por debajo del ritmo promedio, mientras que su comercio registró un mayor descenso. El mundo había depositado sus esperanzas de crecimiento en las economías emergentes, pero su situación en conjunto no da para el optimismo. Si bien China y la India lograron mantener cierto ritmo de crecimiento, este también se había reducido notablemente. Todo ello constituye un peligro para la economía global.
“Ante la incierta recuperación de la economía mundial, China afronta mayores desafíos en vista de que el dinamismo de su crecimiento no se ha logrado mantener sino que ha descendido, lo que aumenta las dificultades para alcanzar un crecimiento sostenido y eliminar el exceso de capacidad productiva”, afirmó Li.
Por esta razón, el libro azul de la CASS estimó que el crecimiento económico de China en 2015 sería de alrededor del 7 %, mientras que la presión del crecimiento descendente seguía en aumento. Li Xuesong, subdirector del Instituto de Economía Cuantitativa y Tecnológica de la CASS, analizó el descenso económico chino y sostuvo que se debe a tres aspectos.
En primer lugar, el país está desconcertado por la desaparición gradual del dividendo demográfico, la gran caída del crecimiento de las inversiones y el lento progreso tecnológico, lo que ha determinado un menor ritmo de crecimiento.
En segundo lugar, la proporción del sector manufacturero en el PIB se acerca a un punto de saturación y el número de trabajadores comienza a trasladarse al sector terciario. Mientras más gente y recursos pasen del sector manufacturero al de servicios, donde se registra una productividad laboral relativamente baja, la economía china verá caer inexorablemente su propia productividad, así como su ritmo de crecimiento.
Por último, la actual capacidad innovadora del país no es suficiente para impulsar un crecimiento económico. Por ejemplo, China tuvo el mayor número de solicitudes de patentes en el mundo en 2014, pero su transferencia se situó en una mediana posición. Por ello, es necesario que las innovaciones fomenten realmente la actividad industrial.
Li indicó que si bien el índice de crecimiento económico de China fue estimado en un 7 %, se vislumbra una tendencia de aceleramiento del reajuste estructural y de acumulación de nuevas fuerzas motrices.
2016, una economía razonable
“En comparación con 2015, estimamos que el crecimiento económico de 2016 continuará descendiendo y manteniéndose dentro de unos límites razonables. El empleo y los precios permanecerán en general estables. La economía china no buscará un ‘aterrizaje forzoso’”, mencionó Li Yang.
El libro azul pronostica que en 2016, la tasa de crecimiento del país se situará entre el 6,6 % y el 6,8 %, sobre la base de los siguientes elementos. En primer lugar, la economía china ha entrado ya en nueva normalidad de desarrollo, su reajuste estructural se viene acelerando y su crecimiento potencial tiende a reducirse. En segundo lugar, el comercio mundial aumentará a un ritmo lento y la demanda externa continuará siendo débil. Debido a la enorme inversión interna, el ritmo de crecimiento en esta materia volverá a un estado normal, mientras que el consumo se mantendrá en general estable. Finalmente, en tercer lugar, China intensificará la aplicación de una política fiscal activa y reforzará la implementación de una política monetaria prudente, flexible y de cara al futuro. Bajo la influencia de estas condiciones y factores, China podrá alcanzar un sano crecimiento del 6,6 % o 6,8 %, el cual, de todos modos, no será fácil de lograr.
Teniendo en cuenta esta situación, Li Yang sugirió que en 2016 se intensifique una activa política fiscal, sobre todo para que aumente la demanda, y se refuerce la inversión gubernamental, lo cual hará que los fondos fiscales desempeñen un papel rector en la inversión en infraestructura y un rol impulsor para la inversión privada.
Este 2016 es el primer año del XIII Plan Quinquenal de Desarrollo. Además de ampliar la demanda general, el Gobierno chino estará atento al exceso de la capacidad productiva, a la reducción de los costos, a la liquidación de excedentes y a la prevención de riesgos.
*You Shanshan es periodista de la revista China Pictorial.