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2016-February-17 10:25

Convicción ante la dificultad

Por MEI XINYU*

21 de diciembre de 2015. Feria de Cooperación Financiera e Industrial en Xiamen.

A pesar de los problemas económicos, China mantiene una economía relativamente buena de entre todos los países. Tiene la capacidad de estabilizar su propia economía y, al mismo tiempo, de impulsar a sus socios en la recuperación de sus ritmos de crecimiento. La población debe prepararse para superar esta difícil situación y pagar cierto precio por el futuro desarrollo sostenible.

LA tendencia de la economía china y las decisiones que se toman llaman cada vez más la atención debido a su peso e influencia en el mundo. ¿El made in China afrontará una crisis? La respuesta es negativa. Es cierto que China atraviesa muchas dificultades en la actualidad, como el continuo descenso en el crecimiento de su PIB, el cierre de algunos sectores, la alta presión de una bancarrota, la reducción del volumen absoluto de exportaciones, el aumento del déficit fiscal, la desaparición de enormes fondos financieros por la volatilidad del mercado de valores, entre otras. Además, la situación económica de China es parte importante de la mundial, por lo que los cambios en el entorno económico y político del exterior agudizarían posiblemente la presión económica china y las vicisitudes del país incrementarán en cierto grado las dificultades de la economía mundial.

No obstante, China mantiene una economía relativamente buena de entre todos los países. Tiene la capacidad de estabilizar su propia economía y, al mismo tiempo, de impulsar a sus socios en la recuperación de sus ritmos de crecimiento. Durante su proceso de ajuste económico, China debe descartar decisiones erróneas en boga, mientras que la población debe prepararse para superar esta difícil situación y pagar cierto precio por el futuro desarrollo sostenible.

En 2015 se registró una esperada ralentización de la economía china. En 2013, la tasa de crecimiento del PIB fue del 7,7 %, porcentaje que bajó a 7,3 % en 2014 y a 6,9 % en los primeros tres trimestres de 2015. Paralelamente, las exportaciones sufrieron una disminución interanual, hubo un crecimiento negativo del comercio exterior y se redujeron las inversiones en activos fijos y los ingresos fiscales nacionales. A todo ello se suma el deterioro de la estructura de los ingresos, la ampliación del déficit fiscal y la volatilidad del mercado accionario. Debido al inicio desfavorable del mercado de valores en 2016, muchos participantes de otros mercados y observadores han mostrado su desánimo respecto a la economía china.

No se debe dejar de considerar que la desaceleración del crecimiento chino ocurre mientras la economía global también se ralentiza. Viéndolo en un plano general, ha terminado el periodo de alto crecimiento mundial y ha comenzado uno de bajo que durará un buen tiempo. Como consecuencia de ello, las industrias globales padecen una depresión general con caídas del PIB.

El índice de la producción industrial mundial superó el 4 % en 2013 (hasta el mes de septiembre) y fue de entre 3 % y 4 % en 2014 (excepto en febrero y marzo). Sin embargo, la cifra no llegó al 3 % en 2015 y fue incluso inferior al 2 % en febrero, mayo y agosto. El Índice de Gestores de Compras (PMI) estuvo por encima de 53 en la mayoría de los meses de 2013 y de 52 en muchos meses de 2014, mientras que cayó de 51 a 50 en agosto y septiembre de 2015 (se recuperó apenas a 51,4 en octubre). Bajo esas circunstancias, las organizaciones internacionales redujeron el aumento previsto para el PIB mundial.

A la par de la caída en el ritmo de crecimiento mundial, se ha detenido también el crecimiento de diversos países y regiones. Por un lado, economías desarrolladas como Estados Unidos y Europa se han recuperado, aunque Japón sigue débil, y, por el otro, algunas economías emergentes padecen una crisis económica, la cual podría generar una crisis política. Si se toma en cuenta esta situación general, la economía china no anda tan mal, puede figurar entre las mejores y su peso continúa creciendo en el sistema económico mundial. En la década de 1930, Estados Unidos fue azotado por una crisis sin precedentes. Sin embargo, logró luego sustituir a Inglaterra como economía dominante en el mundo. No lo consiguió en la década de 1920, cuando su economía crecía de forma acelerada. Por ello, es una opción razonable apostar a largo plazo por la economía china.

Objetivos económicos para este 2016.
 

Si uno analiza los datos económicos, hay razones para un prudente optimismo, pues la economía y la base social de China están en mejor situación que las de la mayoría de países, aunque enfrenta una serie de presiones.

A pesar del descenso en la tasa de incremento del PIB, el crecimiento de las industrias emergentes del país viene contribuyendo a que el mercado doméstico de mano de obra no se deteriore. De 2011 a 2014, el número total de desempleados registrados en las zonas urbanas fue de 9,22 millones, 9,17 millones, 9,26 millones y 9,52 millones, lo que representó una tasa de desempleo del 4,1 %, 4,1%, 4,05% y 4,09 %, respectivamente. En el tercer trimestre de 2015, el número de desocupados llegó a 9,62 millones, con una tasa de desempleo del 4,05 %. En cuanto al salario, en el tercer y cuarto trimestres de 2012, el monto salarial de los empleados urbanos aumentó en 23,6 % y 18,3 %, en cada caso, mientras que en los primeros tres trimestres de 2013, los mismos índices fueron de 17,2 %, 17,3 % y 18,9 %, respectivamente. Incluso en el cuarto trimestre de 2014, en el que aparecieron notorios síntomas de decrecimiento, el volumen salarial acumulado de dichos empleados totalizó unos 10,28 billones de yuanes, con un aumento del 10,5 % interanual. Gracias a ello, el consumo del país se mantuvo sólido y alcanzó un gran aumento. En 2014, el volumen de ventas al por menor de los bienes de consumo en toda la sociedad sumó 26,24 billones de yuanes, con un incremento del 12 %, mientras que en los primeros diez meses de 2015, el aumento llegó al 10,6 % interanual.

Las exportaciones chinas también fueron mucho mejores que las de otros países, sobre todo de aquellos que son directos competidores. Aunque voces en Occidente aseguraron que la tasa de crecimiento de la India iba a superar la de China, hasta noviembre pasado sus exportaciones habían sufrido un descenso que lleva ya 12 meses consecutivos, con una caída de más del 24 %. China, por su parte, tiene la capacidad de estabilizar la macroeconomía de sus socios comerciales y asegurar su propia demanda exterior, por medio de iniciativas como la de “Una Franja y Una Ruta”.

Además, China tiene más opciones de crecimiento seguro que otros países, sin preocuparse por el conflicto por la contención de la inflación. La razón reside en que la estructura industrial y el gran superávit de las cuentas corrientes determinan que el país tenga una pequeña presión inflacionaria. Por otra parte, como el índice de precios al consumidor no puede llegar al 2 % y el índice de precios industriales permanece en un crecimiento negativo, ha surgido ya cierta presión de deflación. La Conferencia Central de Trabajo Económico, celebrada a finales de 2015, decidió relajar adecuadamente la política monetaria y promover la aplicación de una política financiera activa, sin necesidad de preocuparse por un descontrol de la inflación.

La decisión tomada en dicha conferencia de aumentar el déficit fiscal por etapas se adapta a la subida de los tipos de interés del Sistema de Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y al cambio del mecanismo de suministro de moneda base de China. Desde 1990, los fondos pendientes de divisas se han convertido en el canal principal de suministro de moneda base en nuestro país. En 1993, entre la moneda base de China, los créditos interiores ocuparon el 93 % y las divisas representaron el 7 %, porcentaje que se incrementó a más del 75 % después de 1994. Frente a la inversión de los flujos de capital causada por la subida de los tipos de interés de la FED y la disminución de las reservas de divisas, el mecanismo de suministro de moneda base de China está experimentando un cambio profundo y requiere más bonos del Estado.

21 de diciembre de 2015. Ciudadanos de Taiyuan, provincia de Shanxi, seleccionan viviendas en una actividad promocional.

 

Por esta razón, la clave para garantizar el desarrollo sostenible de China no radica en los factores objetivos, sino en que los responsables políticos chinos puedan mantener un juicio claro, a fin de que quienes participen en el mercado incrementen su confianza en el desarrollo económico del país.

Tomemos como ejemplo la inversión, causa importante de la ralentización económica de China. Entre 1982 y 2014, las inversiones en activos fijos de toda la sociedad registraron un aumento anual del 21,2 % (22,3 % entre 1991 y 2014, y 22,4 % entre 2001 y 2004), porcentaje que bajó a 15,7 % en 2014 y a 10,2% en los primeros diez meses de 2015. En otras palabras, desde 2014 el ritmo de crecimiento de dichas inversiones se redujo en un 50% sobre el promedio del crecimiento registrado en varios años, lo que impulsó naturalmente la caída del PIB. Por eso, la Conferencia Central de Trabajo Económico planteó eliminar las capacidades productivas obsoletas, apoyar a las empresas en su reconversión tecnológica y actualización de maquinarias, elevar la efectividad y la precisión de las inversiones, entre otras medidas, y las incluyó en el objetivo de ampliar la oferta con eficacia.

*Mei Xinyu es investigador de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica del Ministerio de Comercio.