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2016-March-2 10:43

Contribuciones de China a la gobernanza económica

Por LI GANG*

16 de enero de 2016. Inauguración del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura en Beijing. Cnsphoto

 

EL presidente de China, Xi Jinping, ha señalado que a medida que crezca la fuerza nacional del país, China asumirá gradualmente más responsabilidades internacionales dentro de sus posibilidades, aportando su sabiduría y fortalezas para el crecimiento económico mundial y el perfeccionamiento de la gobernanza global. Como el mayor país en desarrollo del mundo y locomotora importante del crecimiento económico mundial, China se presenta como un puente que comunica el este y el oeste y que conecta el norte y el sur, promoviendo una gobernanza económica mundial más justa y racional.

En la reforma de la gobernanza financiera mundial

El actual sistema financiero mundial se estableció en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial bajo la dirección de los países desarrollados, pero ya no es capaz de adaptarse a los cambios de la situación política y económica actual debido a sus carencias, como la falta de la representatividad de los países emergentes, la falta de coordinación y supervisión financiera y la desequilibrada gestión de divisas. En tales circunstancias, China ha estado explorando en los últimos años un nuevo modelo de gestión del sistema financiero global y ha logrado progresos significativos.

En primer lugar, China ha hecho propuestas y participado de manera activa en instituciones financieras internacionales multilaterales con el fin de encontrar un nuevo modelo de gestión del sistema financiero global. El 16 de enero de 2016, se inauguró en Beijing el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), la primera institución financiera multilateral impulsada por China.

El 21 de julio de 2015, entró en vigor el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, con la misión de financiar la construcción de infraestructuras de estos países y otros en desarrollo, lo cual no solo acelera la construcción infraestructural de los BRICS, sino que también promueve la conectividad y la cooperación financiera entre ellos.

En segundo lugar, China busca firmemente que la voz del mundo en desarrollo tenga una mayor influencia en el actual sistema financiero internacional. Varias monedas nacionales han sido seleccionadas para funcionar como monedas globales, pero la composición de esta selección no es razonable. El dólar estadounidense predomina en una gestión global de divisas gravemente desequilibrada. Como resultado, los países en desarrollo están subrepresentados en el sistema de gobernanza financiera global. Para cambiar esta situación, China ha estado trabajando en la internacionalización del RMB y está promoviendo aún más la reforma de las instituciones financieras internacionales existentes.

El 1 de diciembre de 2015, el Fondo Monetario Internacional (FMI) resolvió incluir el RMB en la cesta de Derechos Especiales de Giro (DEG) a partir del 1 de octubre de 2016, lo que significa que se convertirá en la quinta moneda de reserva internacional junto con el dólar estadounidense, el euro, el yen japonés y la libra esterlina. Su porcentaje en la nueva cesta de divisas será del 10,92 %, mientras que el del dólar estadounidense será del 41,73 %, el del euro del 30,93 %, el del yen japonés del 8,33 % y el de la libra esterlina del 8,09 %, según el FMI. La cuota de China en el FMI se incrementará del 4 % al 6,4 %, y su poder de voto pasará del 3,8 % al 6,1 %. El mundo en desarrollo, en general, verá incrementada su cuota y su poder de voto, lo que aumentará la influencia de su voz y representará mejor sus intereses.

En tercer lugar, China participa activamente en las organizaciones financieras multilaterales del mundo desarrollado existentes, y está tratando de encontrar un nuevo modelo de cooperación financiera entre los países desarrollados y en desarrollo. Una falla en la gestión financiera mundial actual es la falta de un mecanismo de supervisión y seguimiento efectivo entre naciones. Una muestra de este problema es la crisis de las hipotecas en EE.UU., que desencadenó la crisis de la deuda europea y que luego afectó la economía mundial. Sin una coordinación efectiva entre las autoridades de supervisión financiera de varios países, los riesgos latentes en el mercado de capitales pueden fácilmente extenderse a la economía real y cruzar fronteras. El fortalecimiento de la supervisión del mercado financiero global a través de una mejor coordinación internacional se ha convertido en un asunto urgente para la gestión económica mundial.

Otro acontecimiento importante fue la adhesión de China, como accionista, al Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), el 14 de diciembre de 2015. La presencia de China en el BERD abrirá oportunidades para la cooperación económica entre China y Europa, y proporcionará un nuevo canal financiero para los proyectos de la iniciativa de “Una Franja y Una Ruta” de China.

En la reforma de la gobernanza comercial global

Como miembro clave del sistema del comercio mundial, China es un firme defensor del libre comercio y se opone enérgicamente a cualquier forma de proteccionismo comercial. Al promover activamente la reforma de la actual gestión del comercio mundial, se esfuerza por explorar nuevas vías para la cooperación económica regional.

Desde el estancamiento de la ronda de negociaciones de Doha, la reforma de la gobernanza del comercio mundial en el marco de la OMC ha avanzado a un ritmo muy lento, y el sistema del comercio multilateral de la OMC ha enfrentado muchos desafíos. China persiste en que la gobernanza del comercio mundial debería volver a la senda del marco comercial multilateral de la OMC. Gracias a sus esfuerzos por alcanzar un consenso, la X Conferencia Ministerial de la OMC celebrada en diciembre produjo varios acuerdos, incluyendo uno para cancelar integralmente subsidios a las exportaciones agrícolas, y la ampliación del Acuerdo sobre Tecnología de la Información.

La aplicación de la estrategia de la zona de libre comercio es un elemento clave del nuevo modelo de promoción de la cooperación internacional. El año pasado entraron en vigor los acuerdos de libre comercio con Australia y Corea del Sur. Ambos pactos son importantes para promover la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) y poner en marcha las negociaciones de la Zona de Libre Comercio Asia-Pacífico (FTAAP, por sus siglas en inglés). Hasta ahora, China ha firmado y aplicado 14 acuerdos de libre comercio, con la participación de 22 países y regiones de Asia, América Latina, Oceanía y Europa (véase gráfico). La creación de zonas de libre comercio busca fomentar el comercio y la inversión entre China y sus socios, fortalecer las relaciones de cooperación de beneficio mutuo entre las partes interesadas y acelerar la integración económica en Asia Oriental.

En su empeño por promocionar la conectividad y la cooperación en materia de capacidad de producción regional, la iniciativa de “Una Franja y Una Ruta” representa otro intento de China para explorar nuevos métodos de cooperación económica regional. En 2015, China dio a conocer el documento de las Perspectivas y Acciones Sobre la Construcción Conjunta de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI, el cual ha recibido una respuesta activa por parte de más de 60 países a lo largo de las dos rutas.

Desde la aplicación de la política de reforma y apertura, y paralelamente a su crecimiento económico, China ha mejorado sus principales índices de desarrollo social. Según los estándares del Banco Mundial, casi toda la población china vivía por debajo del umbral de la pobreza en 1980. En 2010, el porcentaje de población pobre había caído por debajo del 20 %, la mayor contribución de China al desarrollo mundial.

El 25 de septiembre de 2015, la Cumbre de las Naciones Unidas para el Desarrollo aprobó la Agenda de Desarrollo Post-2015, una continuación y actualización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en la que se revela la dirección que se tomará para impulsar el desarrollo de los diversos países y la cooperación internacional durante los próximos 15 años. China ha expresado su pleno apoyo a la agenda y se ha comprometido a tomar medidas sustantivas para promover el desarrollo común de la humanidad. Otras acciones son el establecimiento de un centro de conocimiento para el desarrollo internacional y el compromiso de que más de 70 millones de residentes rurales chinos salgan de la pobreza en los próximos cinco años.

*Li Gang es investigador en el Instituto de Estudios Europeos de la Academia China de Ciencias Sociales.