La fórmula de las empresas chinas para crecer
Actualmente, los drones de Ehang sirven básicamente para hacer filmaciones y jugar, pero él le ve mucho potencial como una herramienta de apoyo en caso de desastres.
EL mundo sigue sorprendido sobre cómo China logró crecer tanto y tan rápido. La estrategia de sus empresas consistió en buscar aliados estratégicos, comprar empresas extranjeras con marcas ya establecidas y luego innovar. Hoy, la creatividad es la ruta a seguir.
La provincia de Guangdong, en el sur de China, fue la puerta que primero se abrió para la inversión extranjera en el gigante asiático cuando se instauró la política de Reforma y Apertura. Desde allí, el resto del país se fue contagiando del crecimiento económico que llevó a China a convertirse en la segunda economía mundial. Pero, la pregunta que se hacen muchos es cómo lograron crecer las empresas chinas en los últimos 30 años.
La fórmula de tres grandes empresas chinas, domiciliadas en la provincia de Guangdong, consistió en buscar aliados estratégicos, comprar empresas extranjeras con marcas ya establecidas y luego innovar. La empresa tecnológica TCL fue fundada en 1981 tras formar una pequeña joint venture para fabricar equipos de audio. Entre los años 2004 y 2008, TCL adquirió a las compañías Thomson TV y Alcatel Mobile Phones, con lo cual también absorbió su Know-How y se ahorró el esfuerzo de posicionar dichas marcas que ya eran conocidas en el mercado. Sin embargo, para crecer, esta compañía fue más allá. Se especializó en la categoría de paneles LCD y hoy ocupa el quinto lugar del mundo en esta categoría.
La historia de la empresa tecnológica Desay Automotive revela una ruta parecida hacia el éxito. Fue fundada en 1983 y en 1986 estableció más de 30 joint ventures con compañías internacionales como Sony, Philips, Toshiba y Hong Kong Gold Peak. Actualmente es una de las 500 mayores empresas manufactureras de China al facturar 10 billones de yuanes de ingresos por ventas anuales. La siguiente fase de su expansión consistió en la innovación. Hoy, su cartera de productos ya está diversificada: fabrica productos automotrices, baterías con nuevas energías, equipos de audio & video, equipos optoelectrónicos, LED, entre otros.
Por su lado, la firma Gestamp utilizó la estrategia de establecer joint ventures no desde un inicio, pero la usó para crecer 10 años después de haber comenzado sus operaciones. Este grupo internacional se dedica al diseño, desarrollo y fabricación de componentes para automóviles. Se especializa en fabricar productos con un diseño innovador para conseguir vehículos cada vez más seguros y ligeros. En 2010, Gestamp adquirió Edscha, grupo alemán líder mundial en sistemas de cierre para vehículos. Además, en 2011 adquirió la división de componentes metálicos de la firma alemana Thyssen Krupp, lo que le permitió consolidar su liderazgo en Europa occidental, incrementar su presencia en China y convertirse en un proveedor de referencia en chasis. Aprender de los grandes de la industria y desarrollar nuevos productos le ha servido para mantener su liderazgo mundial. Gestamp es un proveedor clave para firmas como Volkswagen, Renault-Nissan, General Motors, Ford y BMW.
La firma Gestamp se dedica al diseño, desarrollo y fabricación de componentes para automóviles.
Innovar o morir
A pesar de que la fórmula de crecimiento funcionó, hoy las empresas chinas deben innovar si quieren seguir creciendo. Después de más de 30 años de la Política de Reforma y Apertura, hace un par de años el crecimiento de la economía de China comenzó a desacelerarse. El modelo económico que tenía como motor las exportaciones y las inversiones extranjeras ya no es sostenible, y el Gobierno chino ha dejado claro que su objetivo es que el consumo doméstico sea el nuevo motor. Una de las tácticas para lograrlo es aprovechar las ventajas de Internet. En marzo de este año, el premier Li Keqiang, durante el informe de labores a la nación, planteó el concepto de Internet+, el mismo que consiste en integrar Internet con las industrias tradicionales como la manufactura, promover la banca en línea e impulsar a las compañías chinas de tecnología para que tengan mayor presencia internacional. Pero para lograrlo, Internet debe ser visto no solo como una herramienta, sino como una nueva forma de hacer las cosas, lo que implica un cambio de mentalidad.
La buena noticia es que la nueva generación de empresarios chinos demuestra ese cambio de “chip”. Derrick Xiong tiene 26 años y hace 1 año y medio lanzó, junto a un amigo, la startup llamada Ehang que desarrolló una aplicación para controlar drones desde el teléfono móvil. Derrick estudió la escuela secundaria en Singapur, la universidad en Estados Unidos y, si bien fabrica drones, “lo que nos hace distintos es el software, no el hardware”. Hace tan solo 18 meses no tenía capital ni empresa, pero sí una buena idea. Con eso bajo el brazo se presentó ante grandes inversionistas chinos para pedir su apoyo. La firma GGB, que también invirtió en la plataforma de ventas Alibaba, apostó por su idea. También lo hizo el emprendedor chino, Xu Xiaoping, quien ahora es célebre porque creó la empresa de enseñanza de inglés, New Oriental, que es vista como un caso de éxito e, incluso, inspiró la película “American dreams in China” (Zhongguo Hehuoren).
Gestamp es un proveedor clave para firmas como Volkswagen, Renault-Nissan, General Motors, Ford y BMW. Fotos de Rafael Valdez
Actualmente, los drones de Ehang sirven básicamente para hacer filmaciones y jugar, pero él les ve mucho potencial como herramienta de apoyo en caso de desastres, por ejemplo, terremotos, incendios o rescates de emergencia. Por ejemplo, “un dron puede conseguir información sobre el estado real de una fábrica después de un incendio, lo que sería de utilidad para una compañía aseguradora”.
Derrick está convencido de que China es el mejor lugar para comenzar una startup, no solo por las facilidades que da el Gobierno en término de exenciones tributarias para quienes emprenden negocios relacionados con Internet, sino también porque la cadena de proveedores está muy desarrollada, lo que permite que las operaciones de las empresas sean más eficientes. “Los chinos que estudiamos en Occidente hemos aprendido lo positivo de esos países y volvemos para aprovechar las ventajas de nuestro propio país”, dijo.
Derrick sabe que China ya no es más un país atractivo por sus bajos costos. Él es parte de una nueva generación que sabe que hoy la creatividad debe ser la materia prima de los negocios.