Mantener el pulso en una economía global variable — Entrevista con Bert Hofman, director del Banco Mundial para China, Mongolia y Corea.
ESTE año se cumple el 35º aniversario del inicio de la cooperación entre China y el Banco Mundial, cuyo presidente, Jim Yong Kim, visitó China entre los días 15 y 17 de julio, durante los que se reunió con el primer ministro, Li Keqiang, y con otros líderes chinos, entre ellos el ministro de Hacienda, Lou Jiwei, y el gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan. Kim mantuvo debates de alcance con Li Keqiang sobre la economía global, el desarrollo financiero y las reformas de la asistencia sanitaria; y firmó un acuerdo con Lou Jiwei para establecer un fondo de 50 millones de dólares dirigido a la reducción de la pobreza. El presidente del Banco Mundial también se reunió con líderes de la Secretaría Multilateral para el Establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) para debatir acerca de una cooperación más estrecha. Estas iniciativas refuerzan la creciente colaboración con China, que ya es el tercer accionista del banco y un importante contribuyente de la Asociación Internacional de Desarrollo (AID), el fondo de la institución para los más necesitados, así como del Mecanismo Mundial de Financiamiento de la Infraestructura (GIF, siglas en inglés).
Para saber más cosas acerca de la potencial cooperación entre China y el Banco Mundial, China Hoy entrevistó en Beijing a Bert Hofman, el nuevo director del Banco Mundial para el Este de Asia y el Pacífico. Hofman lleva más de 22 años en el Banco Mundial y 16 en otros países del este de Asia. Entre otros puestos, Hofman ha sido economista en jefe del Banco Mundial para China, así como para Indonesia, y economista nacional para Mongolia y Namibia, respectivamente.
China Hoy (CH): Hace 35 años, el lanzamiento de la histórica iniciativa de la política de reforma y apertura por parte del Gobierno chino coincidió con el inicio de una asociación equitativa de colaboración entre China y el Banco Mundial. Como director de la Oficina del Banco Mundial en Beijing, ¿podría analizar brevemente estos 35 años de cooperación?
Bert Hofman (BH): Creo que la asociación China-Banco Mundial ha sido de las más eficaces que mi organización ha emprendido jamás con un estado miembro. Esta asociación nos ha permitido involucrarnos en el tremendo éxito en desarrollo que es la transformación económica de China desde finales de la década de 1970. Creo que la clave de este éxito ha sido nuestro apoyo al modo pragmático, de aprender con la práctica, con el que China se planteó la reforma económica, al tiempo que proporcionamos asistencia técnica en numerosos campos, a menudo a través de proyectos apoyados por el Banco. Un segundo elemento de este éxito ha sido su continua evolución de la mano del progreso de China. Cuando China ganó más experiencia, confianza y acceso a los mercados internacionales de capitales, nuestro rol financiero se redujo y China usa ahora el banco para innovaciones para el desarrollo y para abordar asuntos emergentes, nuevos.
CH: China es el mayor país en vías de desarrollo, mientras que el Banco Mundial es la mayor organización multilateral para la ayuda y el desarrollo. El famoso lema del Banco Mundial es “Trabajamos por un mundo sin pobreza”. A este respecto, ¿cuál es la importancia de estos 35 años de exitosa colaboración?
BH: Quizás, lo más trascendente es la contribución de China a la reducción mundial de la pobreza. En primer lugar, China ha conseguido 35 años de crecimiento y desarrollo récord a través de la apertura y las reformas que han sacado a 600 millones de personas de la pobreza. Estoy orgulloso de que esta asociación haya sido fundamental para conseguirlo. En segundo lugar, así como la importancia de China en el mundo ha aumentado, y su economía se ha abierto para estar más basada en los mercados, también ha aumentado la influencia que tiene en otros países a través del comercio, las finanzas y la difusión de ideas. Ha sido una fuerza positiva para otros países en vías de desarrollo y para la economía mundial: China ha estado contribuyendo con un tercio del crecimiento mundial en los últimos años y su demanda de materias primas ha impulsado las economías de todo el planeta. En tercer lugar, nosotros, en el Banco Mundial, estamos aprendiendo del modo en que China gestiona sus retos en desarrollo y estamos utilizando ese conocimiento para impulsar el desarrollo en otros países.
CH: ¿Han surgido obstáculos o malentendidos entre China y el Banco Mundial a lo largo de todos estos años? ¿Cómo han superado esas barreras para dar continuidad a la colaboración?
BH: Como en cualquier buena asociación, hemos pasado algunos momentos difíciles, pero cada vez que han sucedido, ambas partes hemos continuado convencidos del valor de la alianza, lo que nos ha permitido superarlos.
CH: En septiembre de 2010, durante el simposio de conmemoración del 30º aniversario del inicio de la cooperación entre China y el Banco Mundial, el entonces viceprimer ministro, Li Keqiang, declaró que durante tres décadas ambas partes habían colaborado de un modo innovador que les había aportado mutuos beneficios. Han pasado desde entonces cinco años. ¿Qué creativas ideas barajan ambas partes para crear un nuevo modelo de desarrollo? ¿Y cuáles son los resultados?
BH: La cooperación se ha intensificado verdaderamente desde entonces. En primer lugar, hemos fortalecido nuestra cooperación para el intercambio de conocimiento, principalmente a través de informes conjuntos del Banco Mundial y organizaciones chinas, como el Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado. Creo que “China 2030” y “Ciudades de China: Hacia una urbanización eficiente, inclusiva y sostenible” son hitos para el Banco Mundial y China, que han proporcionado algunas ideas útiles para la orientación de la política china en el XII Plan Quinquenal y en el venidero. También hemos comenzado a preparar operaciones en China con nuevas herramientas de financiación, como Programa por Resultados, entre otras, para abordar asuntos como la polución y la mejora de la asistencia sanitaria. Además, China, recientemente, aportó su primer fideicomiso al banco con el objetivo de mejorar la cooperación para el intercambio de conocimiento y la preparación de proyectos en otros países. Con relación a la última pregunta, China también es miembro fundador del Mecanismo Mundial de Financiamiento de la Infraestructura del Banco Mundial, el cual pretende aumentar el volumen de proyectos de infraestructuras rentables en el mundo en desarrollo. Así que, en resumen, hemos profundizado y ampliado nuestra relación en los últimos cinco años.
Un campesino, de los 500.000 hogares de agricultores beneficiados por el proyecto de agricultura ecológica apoyado por el Banco Mundial, enciende una lámpara de biogás.
CH: ¿Cómo ve el Banco Mundial la propuesta del Gobierno chino del BAII? ¿Existen ahí potenciales oportunidades de colaboración entre ambas partes?
BH: Las iniciativas chinas del BAII y el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) son más que bienvenidas, ya que pueden contribuir a rellenar el gran vacío en la financiación para el desarrollo, específicamente la financiación de infraestructuras. Estas necesidades son enormes y exceden con mucho lo que las fuentes de financiación existentes, incluido al Banco Mundial, pueden aportar. Por esa razón hemos estado apoyando desde el principio, ayudando a las nuevas organizaciones a que le saquen todo el jugo. También esperamos asociarnos con el BAII y el NBD en futuros proyectos de financiación que mitiguen la crítica situación en infraestructuras.
CH: Como economista jefe, ¿qué opina de la cooperación? ¿Y cuáles son sus expectativas?
BH: Este es mi tercer periodo trabajando en China, así que yo mismo he estado involucrado en el crecimiento de la colaboración entre China y el Banco Mundial. No sorprenderá a nadie que encuentre esta asociación única y enormemente valiosa para el Banco Mundial. Por lo tanto, espero contribuir a que evolucione de tal modo que siga siendo relevante y útil en un mundo siempre cambiante.