Por un crecimiento sostenible
EN septiembre de 2000, los jefes de Estado y de Gobierno de 189 países, reunidos en las Naciones Unidas, firmaron la Declaración del Milenio, en la cual se comprometieron a cumplir con ocho objetivos antes de 2015: reducir a la mitad la población en situación de pobreza, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre los géneros, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el sida, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
En vista de que el plazo para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) expirará este año, la ONU ha iniciado ya la agenda de desarrollo para después de 2015. El 2 de agosto pasado, los representantes de 193 países de las Naciones Unidas llegaron a un acuerdo y publicaron el documento final del programa Transformar nuestro mundo: Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. De este modo, se definieron 17 nuevos objetivos, tales como reducir la pobreza y el hambre, garantizar el derecho a la educación, promover la igualdad entre hombres y mujeres, promover el empleo, combatir el cambio climático, proteger los recursos marinos y el sistema ecológico de la tierra, reducir la violencia, fortalecer la asociación mundial para el desarrollo sostenible, entre otros. La agenda fue aprobada oficialmente en la Cumbre de la ONU en septiembre.
El Informe 2014: Objetivos de Desarrollo del Milenio, publicado por la ONU, evaluó los avances de los ODM. De hecho, se indicó que la meta de reducir a la mitad la población en situación de pobreza ha sido alcanzada antes de 2015, el año previsto. Además, el 90 % de los niños de zonas en desarrollo están gozando de una educación primaria, la disparidad en la matrícula de niños y niñas ha disminuido, el combate contra el paludismo y la tuberculosis pulmonar también ha registrado grandes logros y, en general, todos los indicadores en el campo de la salud han mejorado. En los últimos 20 años se ha reducido a la mitad la mortalidad en niños menores de 5 años, y la meta de reducir a la mitad la población sin acceso a fuentes de agua potable también ha sido cumplida. Gracias al esfuerzo de todas las partes, muchos objetivos han podido ser alcanzados. Se ha salvado la vida de muchas personas y se ha mejorado la vida de mucha gente. Sin embargo, a pesar de todo ello, la agenda general de los ODM no fue completamente cumplida. Por ejemplo, en todo el mundo continúa la tendencia al alza en las emisiones de gases de efecto invernadero: las de 2011 aumentaron un 50% en comparación con las de 1990. Más aún, en el mundo se pierden anualmente millones de hectáreas de bosques y muchas especies se encuentran en peligro de extinción. El agua es más escasa. Por eso es necesario trabajar más en el cumplimiento de todos los objetivos.
En estos 15 años, China ha sido un activo y fiel participante en cuanto al desarrollo sostenible, y el que ha cumplido mejor con los ODM de entre todos los países en desarrollo. De hecho, ha hecho importantes contribuciones al logro de los ODM.
La contribución china
Al ser el mayor país en vías de desarrollo, el desarrollo sostenible de China supone un importante factor para el cumplimiento de los ODM. En estos 15 años, gracias a los continuos esfuerzos del Gobierno, China ha logrado grandes progresos en la eliminación del hambre y la pobreza, en la promoción de la enseñanza primaria universal, en promover la igualdad de sexo, en garantizar la salud materna e infantil, en la prevención y control de enfermedades, y en la protección del medio ambiente. Los avances de China en cuanto a los ODM se reflejan en todas partes. En los últimos 15 años, la economía china ha mantenido un desarrollo estable y rápido. El PIB de China del año 2000 fue de 10 billones de yuanes, mientras que en 2014, la cifra aumentó hasta 63,6 billones de yuanes, el segundo mayor del mundo. China considera a la educación como una base para mantener el Estado y aplica plenamente la política de educación obligatoria de nueve años en las zonas urbanas y rurales. Desde 2008, la tasa neta de matrícula en educación primaria se ha mantenido en más del 99 %. La calidad de vida de la población ha mejorado y la tasa de analfabetismo descendió del 6,7% (2000) al 4,1 % (2014). La mortalidad en los niños menores de 5 años descendió del 61 al 12 por mil (2013). Del mismo modo, la tasa de mortalidad materna descendió del 88,8 por cada 100.000 mujeres (1990) a 23,2 por cada 100.000 mujeres (2013). En estos últimos 15 años, China ha alcanzado ya logros reconocidos a nivel internacional en cuanto a la mejora del entorno ecológico. Entre 2000 y 2013, China ha plantado bosques artificiales en 60,89 millones de hectáreas, la tasa de cobertura forestal creció del 18,21 % al 21,63% y la reserva forestal se incrementó de 12.456 millones de m3 a 15.137 millones de m3. El exitoso proceso de forestación en China ha contribuido a detener la pérdida de recursos forestales en el mundo.
Un agricultor trabaja en un campo de cultivo piloto en el distrito de Weining, provincia de Guizhou. CFP
Apoyo a otros países en desarrollo
“China ha apoyado siempre a los países en desarrollo, a los países más pobres. Cuando le presta ayuda a un país africano o asiático, desea sinceramente que este avance. China jugará un papel muy importante en el programa del desarrollo mundial”, ha dicho Saber Chowdhury, presidente de la Unión Interparlamentaria (UIP). Como país grande y responsable en el tema del desarrollo, China ha venido aumentando –dentro de su alcance– la intensidad de ayuda al exterior, especialmente la hecha a los países más necesitados y de bajos ingresos. La asistencia se presta en forma de financiamiento de proyectos de construcción, ofrecimiento de materiales, cooperación tecnológica y capacitación de personal cualificado, envío de equipos médicos y voluntarios al exterior, asistencia humanitaria y reducción de la deuda del país al cual se ayuda.
En los últimos 60 años, China ha suministrado una asistencia valorizada en casi 400.000 millones de yuanes y ha capacitado a más de 12 millones de personas de todos los sectores en los países receptores de ayuda. Al mismo tiempo, desde el 1 de enero de este año ha empezado a ofrecer oficialmente una preferencia tarifaria a los países más necesitados que tengan relaciones diplomáticas con China, sin imponerles un arancel aduanero para el 97 % de sus productos. Además, China ha liberado en seis ocasiones de deudas a los países más pobres, por una suma de 30.000 millones de yuanes.
Experiencia a ser tomada en cuenta
Las condiciones de China son similares a las de otros países en desarrollo, por lo que la experiencia de desarrollo de nuestro país es importante para ellos, en aras de conseguir nuevas propuestas en esta materia. Las medidas aplicadas por China para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio son un ejemplo para otros países. China considera al desarrollo como un factor clave para la resolución de todos los problemas del país, y por ello insiste en darle prioridad. En estos últimos 15 años, en medio de los cambios en la situación mundial y las condiciones del país, el Gobierno chino y el pueblo han ido profundizando su conocimiento sobre el desarrollo, y han lanzado políticas como la Concepción Científica del Desarrollo o los conceptos de “edificar de forma integral una sociedad modestamente acomodada” y de “fomentar la civilización en lo ecológico”. En los últimos años, China decidió incluir el fomento de la civilización en lo ecológico en la causa del socialismo con peculiaridades chinas, con la finalidad de construir una China más hermosa. Nuestro país ha establecido claramente sus metas y tareas en función de las distintas etapas del desarrollo económico y social, y ha insistido en elaborar planes quinquenales de desarrollo económico y social. Asimismo, China se esfuerza por poner en práctica sus planes y toma los resultados como un importante argumento a la hora de evaluar el éxito administrativo de los gobiernos de distintos niveles. Al mismo tiempo, a través de la dirección activa, la cooperación de todas las partes y la propaganda, China ha logrado formar un mecanismo de promoción en el que el Gobierno lleva la dirección y en el que todos los sectores sociales participan.
23 de julio de 2015. Nueva zona rural en la aldea de Changlong, región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi. CFP
Destacan servicios de bienestar como el Proyecto Esperanza, que apoya e incentiva a los niños pobres que abandonan sus estudios a regresar al colegio y que contribuye a la mejora de las escuelas rurales, y el Proyecto Brotes de Primavera, que hace lo mismo con las niñas de escasos recursos económicos. El Gobierno chino presta mucho interés a la innovación tecnológica y a su aplicación en el cumplimiento de los ODM. Más aún, nuestro país ha mantenido siempre una actitud abierta en cuanto al alcance de estos objetivos. En estos últimos 15 años, a través del fortalecimiento de los intercambios y la amplia cooperación con los órganos gubernamentales, las organizaciones internacionales, los centros de investigación y los organismos no gubernamentales, China ha podido compartir sus experiencias y lecciones para promover el avance de los ODM.
Si bien nuestro país ha conseguido logros notables, la brecha entre los países desarrollados y China no puede ser ignorada. El PIB per cápita de China sigue por debajo de la media mundial y no llega ni a la quinta parte del PIB medio de los países desarrollados. En 2011 había todavía 250 millones de pobres en China que vivían con menos de dos dólares al día. La misión de eliminar la pobreza sigue siendo ardua. China se encuentra aún en una etapa de rápido desarrollo de industrialización y urbanización, mientras que es evidente el desarrollo desequilibrado entre las regiones y entre las zonas urbana y rural del país. En líneas generales, China sigue siendo un país en desarrollo, una realidad que no podrá ser cambiada a corto y mediano plazo.
*Lin Minwang es profesor asociado del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Asuntos Exteriores de China, además de investigador invitado del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China.