“La meta es mantener el flujo de préstamos e inversiones de China en Ecuador”
ACORTAR la brecha del gran déficit comercial y ser el eslabón que facilite el flujo de las inversiones chinas en Ecuador son los desafíos que marcarán la brújula del nuevo embajador del país sudamericano en China, José María Borja.
El desafío de José Borja es grande porque la economía ecuatoriana necesita de los préstamos chinos. Rafael Valdez Mera
CH: Queda claro lo que puede aprender Ecuador de China, pero, además, ¿qué puede aprender China de Ecuador?
JB: Yo creo que los dos países tenemos mucho éxito en varias áreas, obviamente tomando en cuenta las diferencias. Ecuador, por su población y economía, podría compararse con alguna provincia de China, que, en cambio, es casi un continente por sí misma. Sin embargo, se parecen en que ambos son países en desarrollo y cuando estos países tienen gobiernos que genuinamente se ocupan de resolver los problemas de pobreza en los que viven muchos de sus ciudadanos, como es el caso de Ecuador, entonces aprenden cómo hacerlo. China desde hace décadas ha logrado reducir enormemente sus niveles de pobreza. En Ecuador, igualmente, somos el país con mayores éxitos tanto en crecimiento del PIB como en términos de reducción de la pobreza. Tenemos logros comparables, guardando las diferencias, pero cada uno tiene su propio camino. Nuestra vía de desarrollo es diferente, pero exitosa.
CH: Durante la VI Cumbre Empresarial de Hangzhou, autoridades de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) enfatizaron que los países latinoamericanos deben negociar como bloque con un país de las dimensiones de China. ¿Qué opina usted?
JB: Pienso que podemos combinar ambas vías. Creo que hay áreas de la economía y la inversión que, por su naturaleza, son y seguirán siendo bilaterales, y eso está bien. Pero también creo que China nos ha propuesto una relación multilateral. Lo hizo en el Foro de la CEPAL y a nosotros nos parece positivo. Afortunadamente tenemos muchas coincidencias. Somos países en desarrollo y esto es muy importante porque nos ubica a ambos pueblos en un mismo punto de vista sobre los problemas internacionales: compartimos el interés por defender la paz, por buscar el desarrollo, por el derecho a la autodeterminación de los pueblos, ambos estamos interesados en modernizar y reformar la Organización de las Naciones Unidas (ONU), coincidimos en la necesidad de que el desarrollo debe servir fundamentalmente para elevar el nivel de vida de las personas y que para esto es indispensable mejorar el nivel de educación, ciencia y tecnología.
CH: Pero, embajador, negociar como bloque para Ecuador tiene el agravante de que no cuenta con moneda propia. ¿La dolarización sería, entonces, un obstáculo para integrar un bloque regional y negociar con China?
JB: Cuando nosotros mencionamos lo de “bloque”, más bien nos referimos a las relaciones políticas multilaterales. En cuanto a las relaciones económicas, nuestra mayor dificultad, así lo ha señalado el presidente Rafael Correa, es la ausencia de una moneda nacional. El hecho de que no hayamos podido incorporarnos plenamente al Mercado Común del Sur (Mercosur), digo plenamente porque somos parte en unos 11 acuerdos, pero no somos miembros plenos, se debe a que no tenemos una moneda nacional que lo permita. En la Comunidad Andina eso lo hemos sorteado de alguna manera poniendo algunos mecanismos compensatorios, sobre todo para evitar la salida de capitales, pero ciertamente es una de las mayores dificultades que tiene nuestro país.
CH: 2012 significó un año de frecuentes visitas de funcionarios y artistas ecuatorianos a China. Hubo compromisos de cooperación con la Secretaría del Agua, la Asamblea Nacional, el Ministerio de Cultura, el de Salud, el de Productividad y hasta la Superintendencia de Control de Mercado. ¿En 2013 se profundizarán esos lazos?
JB: Por supuesto que sí. La relación bilateral siempre estará creciendo. La fluidez de las visitas muestra la profundidad de las relaciones. Este año esperamos algunas visitas del más alto nivel.
CH: Se prevé que este año se concretará el financiamiento de la Refinería del Pacífico, uno de los más importantes proyectos de la historia para Ecuador, y por el que justamente algunas empresas chinas han mostrado interés.
JB: Ese sería nuestro deseo. En Ecuador estamos explotando petróleo desde los años 70. La refinería más grande que tenemos, que es la de Esmeraldas, al norte del país, resulta absolutamente insuficiente. Por eso, todas las embajadas ecuatorianas se empeñan en lograr nuevos socios comerciales. Lo que sí puedo comentar es que China tiene tanta importancia para Ecuador que en marzo próximo se realizará en Beijing una ronda petrolera que sería la XI Ronda Petrolera del Ecuador. Se están licitando 13 bloques del suroriente ecuatoriano y en esa ronda vamos a invitar a empresas chinas en Beijing para que participen en estos proyectos. Cabe destacar que Ecuador vuelve a hacer una ronda petrolera después de 10 años.
CH: Justamente es el petróleo el principal protagonista de la balanza comercial entre ambos países, la misma que tiene un déficit de unos 1.200 millones de dólares. ¿Qué se está haciendo para corregir ese desequilibrio?
JB: Efectivamente es el mayor déficit comercial que tiene Ecuador con cualquier país del mundo. Nosotros estamos convencidos de que debemos esforzarnos para exportar más productos ecuatorianos a China. No obstante, hay que señalar que buena parte de ese déficit se compensa con las inversiones chinas en Ecuador. Desde luego, esa no es una respuesta que nos deje satisfechos y seguiremos esforzándonos para incrementar las exportaciones. Ya estamos vendiendo banano, nos gustaría incrementar las exportaciones de flores, pero en Ecuador también tenemos que diversificar nuestra oferta exportable.
CH: Dicho esto, ¿cuál es su principal meta como nuevo embajador de Ecuador en China?
JB: Nuestra primera meta es mantener el nivel del flujo de los préstamos y de las inversiones de China en Ecuador. Para la economía ecuatoriana, esas inversiones y préstamos son muy importantes. El segundo propósito es lograr una relación más igualitaria en nuestra balanza comercial. El tercero tiene que ver con el turismo. Tenemos estrategias para atraer al turista chino. Sabemos que China tiene un importante porcentaje de población que ya está en posibilidades de recorrer el mundo y queremos que vayan a Ecuador. Una cuarta meta es difundir la cultura. Somos dos pueblos con culturas fascinantes, desgraciadamente poco conocidas por ambas partes.
Finalmente, el quinto propósito tiene que ver con ciencia y tecnología. En Ecuador buscamos cooperación en aquello que no podemos desarrollar por nosotros mismos y eso es ciencia y tecnología. Es importante la cooperación de China para el proyecto de la “Ciudad del conocimiento Yachay” que se construirá al norte del país. Allí quisiéramos la presencia del Instituto Confucio para que nuestros jóvenes aprendan chino, pero también para que China nos ayude en investigación y desarrollo científico. Esa es nuestra prioridad.