Por RAFAEL VALDEZ
El académico Wu Guoping tiene una basta experiencia
en el estudio de América Latina.
Dong Ning
EN China, los cambios no son de la noche a la mañana, pero nacen en las reuniones de la alta cúpula del Partido Comunista (PCCh). Justamente en noviembre pasado se efectuó la Tercera Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del Partido Comunista de China. Allí se marcó el rumbo que seguirá China en los próximos 10 años. Wu Guoping, académico del Instituto de Estudios de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales, conversó con China Hoy sobre lo que se viene: un cambio en la función del Estado que implica mayor participación del mercado.
China Hoy (CH): Recientemente culminó en Beijing la Tercera Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del PCCh. ¿Por qué es tan importante esta reunión y qué influencia tendrán en Latinoamérica las reformas planteadas?
Wu Guoping (WGP): Todos prestamos mucha atención porque allí se iban a aprobar las nuevas reformas económicas y políticas que determinarán hacia dónde va China en los próximos 10 años. Después de terminar el Pleno se publicó un comunicado con –a mi criterio- la segunda generación de reformas económicas. El comunicado nos presentó un panorama general, pero ya podemos vislumbrar algunas reformas. En cuanto a la economía, por ejemplo, ya podemos ver una profundización de reformas ya hechas anteriormente. Por ejemplo, ahora vamos a ver una relación más razonable entre el mercado y el Estado. Desde ahora, el mercado va a jugar un papel más importante en la economía china. Luego, también vamos a ver nuevas reformas para las finanzas y la apertura. Además, también vemos algunas medidas relacionadas con el sistema de administración del Gobierno. Hasta el momento, la economía de China ha logrado grandes éxitos gracias al papel del Estado, pero, por otro lado, vemos retos muy serios. Entonces, para superar esos retos, el Estado tiene que cambiar su función, ahora tiene que dejar lo que puede hacer el mercado. Ahora el Estado se va a enfocar en otras áreas más importantes como en lo social. En el Pleno también se presentaron reformas para la integración de las zonas rurales y urbanas.
CH: China, en cuanto a su desarrollo, ha optado por la calidad y no solo por la rapidez. Ese cambio podría implicar un periodo de desaceleración económica que ya estamos viendo. ¿Cómo debe asumir Latinoamérica ese cambio?
WGP: En agosto pasado estuve en Santiago de Chile y hablé sobre ese cambio que es muy importante para China, pero que también significa nuevas oportunidades para América Latina. Sin embargo, para captar esas oportunidades es necesario que haya una transformación estructural tanto en China como en América Latina. Aquí podemos poner un ejemplo. En China hemos prestado más atención a la tasa de crecimiento. En los últimos 30 años, la tasa de crecimiento económico de China ha mantenido un promedio anual de 9,8 %. El año pasado fue solamente de 7,8 % y este año creo que va a lograr el 7,5 %, entonces ya vemos una desaceleración. Lo que está ocurriendo es una transformación del modelo porque pasamos de buscar una alta tasa de crecimiento a la calidad del crecimiento. Eso significa que China va a prestar más atención a la demanda interna y va a importar más cosas para el consumo interno de los chinos. En ese caso, yo creo que América Latina puede buscar oportunidades para exportar nuevos productos a este mercado. La tarea de América Latina es ofrecer esos productos exportables tomando en cuenta que en los próximos 10 años vamos a ver una urbanización más acelerada en China y va a crecer su clase media.
CH: Acortar la brecha entre pobres y ricos es un desafío compartido entre China y los países latinoamericanos. ¿Qué experiencias se pueden compartir para afrontar ese reto?
WGP: Ese es un tema muy importante para China porque con el proceso de crecimiento económico también ha crecido la brecha entre ricos y pobres. El índice de Gini está cambiando. En Latinoamérica también vemos que este índice ha sido muy alto, pero ya está cayendo. Esos países, donde la situación está mejorando, pueden compartir sus experiencias con China. En ese sentido, China puede aprender de Latinoamérica. El Gobierno de China tendrá que prestar más atención sobre los servicios públicos como educación y salud. Además, nosotros como académicos tenemos que hacer más estudios sobre los casos concretos de América Latina para sacar experiencias valiosas para China.
3 de noviembre de 2013. (De izq. a der.): Wu Jianmin, vicedirector del Instituto para Estrategia de Innovación
y Desarrollo de China; Ernesto Zedillo, presidente del Consejo del Siglo XXI y ex presidente
mexicano y Nicolás Berggruen, presidente del Instituto de Berggruen, en la conferencia del Consejo del
Siglo XXI, celebrada en Beijing. CNSPHOTO
CH: China es hoy la nueva tierra de las oportunidades. Una de esas oportunidades es la nueva zona de libre comercio que se planea en Shanghai. ¿Cómo deben aprovechar los empresarios latinoamericanos esta iniciativa?
WGP: Esta pregunta es muy importante. Yo pienso que las empresas latinoamericanas que buscan oportunidades en China deben prestar más atención a las zonas francas de comercio. Según el comunicado del reciente plenario del PCCh, se van a ampliar este tipo de zonas. Eso significa que no solo será la zona de libre comercio de Shanghai, sino también en otras ciudades. Otro punto muy importante, particularmente en la zona de Shanghai, es que ya no habrá límites mínimos para las empresas, entonces las compañías latinoamericanas pequeñas y medianas también tendrán oportunidades de instalarse allí. Y no solamente estamos hablando de industrias, sino también de empresas dedicadas a la enseñanza, la consultoría, en general, de servicios. Latinoamérica debe aprovechar estas oportunidades.