Por ZHOU AIBING
Zona de Cooperación de la Industria de Servicios Modernos del Puerto de Qianhai, Shenzhen. CFP
Por ZHOU AIBING
Zona de Cooperación de la Industria de Servicios Modernos del Puerto de Qianhai, Shenzhen. CFP
La apertura del camino chino
Hace más de 170 años, el fuego de los cañones de la Guerra del Opio despertó al cerrado y estancado imperio de la dinastía Qing, obligando a este Estado, que se denominó a sí mismo como “país celestial y corte superior”, a enfrentar una serie de grandes imprevistos nunca antes observados en su milenaria historia. Cómo seguir el curso de la época y hacer realidad la modernización del país, se volvió un tema histórico recurrente, el cual debía ser contestado por el pueblo chino, sobre todo por sus representantes más ilustres.
La Guerra del Opio simboliza el momento en el que China se ve envuelta en el mundo moderno e inicia, de esta manera, la búsqueda asidua de su camino hacia la modernización. Esta búsqueda durará cerca de 200 años, hasta mediados del presente siglo, y podría ser dividida en dos etapas de 100 años cada una: la primera, desde el inicio de la historia moderna hasta la fundación de la República Popular China; y la segunda, de 1949 a 2049.
Los primeros cien años tuvieron al “socialismo” como dirección y meta. Frente a las invasiones extranjeras y la miseria de la vida del pueblo, innumerables patriotas invocaron a la prosperidad de China. Sin embargo, ¿cómo se debía alcanzar la meta de revitalización del país? Surgieron en el escenario chino múltiples “ismos” y pensamientos, caminos y maneras, organizaciones y partidos, pero la historia había demostrado que ni la monarquía constitucional, ni el sistema multipartidista, ni el presidencialismo eran aplicables en China. El pueblo chino escogió, finalmente, al Partido Comunista de China (PCCh) como el núcleo directivo. Fue el PCCh el que dirigió la victoria ante los invasores foráneos, el que hizo realidad la independencia y la liberación nacional, y el que sentó las bases sólidas para la fundación de una nueva nación socialista.
Los segundos cien años son aquellos en los que el socialismo chino pudo hallar y evidenciar sus propias características. Han pasado unos 60 años desde que se iniciara este proceso. Por varios motivos, debido a la errónea dirección de los pensamientos izquierdistas, China experimentó unos 30 años accidentados antes de la aplicación de la política de reforma y apertura, e incluso estalló la Gran Revolución Cultural, un caos interno que provocó grandes reveses en el tanteo del socialismo. En diciembre de 1978, se convocó la Tercera Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido Comunista de China, en la que se resumieron experiencias positivas y negativas, se cambió el enfoque de trabajo del Partido y del Estado hacia el desarrollo económico, y se tomó la decisión de aplicar la política de reforma y apertura. Esta reunión fue el comienzo de una reforma grandiosa y, desde entonces, empezaron una serie de creaciones teóricas y prácticas. En estos 35 años de reforma y apertura, el PCCh integró los principios fundamentales del socialismo científico con la situación real de nuestro país y las características de estos tiempos, y elaboró un conjunto completo de teorías, líneas, principios y políticas sobre la modernización de la nación.
El camino del socialismo con características chinas puede hallarse en la práctica de 35 años de reforma y apertura, en los continuos tanteos en los más de 60 años de fundación de la República Popular China, en las experiencias de más de 170 años de desarrollo del pueblo chino desde la época moderna, y en la herencia de más de 5000 años de civilización china. Como señala nuestro presidente Xi Jinping, el camino es el problema de mayor importancia, mientras que las tradiciones culturales, el destino histórico y las condiciones nacionales fundamentales determinan el camino de desarrollo que escogemos.
6 de septiembre de 2013. En el Financial Street Forum, más de 30 expertos chinos y extranjeros proporcionaron ideas y apoyo teórico para convertir a Beijing en un centro financiero con proyección internacional. CNSPHOTO
Un sistema sin precedentes
La práctica es el mejor modo de comprobar la verdad. En estos 35 años, el camino chino ha logrado un sobresaliente boletín de notas: China experimentó un cambio de significado histórico, denominado por los especialistas como el “mayor acontecimiento de la época”.
En primer lugar, materializó la “maravilla china” al hacer realidad un salto histórico: desde un país de ingresos bajos hasta uno de ingresos medianos altos. Un país como China, que cuenta con una población de más de 1000 millones de habitantes, ha mantenido un crecimiento medio del PIB del 9,8 % durante 35 años consecutivos, y su volumen económico global saltó del décimo al segundo puesto del mundo, algo sin precedentes en la historia económica mundial. El PIB per cápita subió de menos de 200 dólares en 1978, equivalente a un tercio del nivel medio de los países subsaharianos, a más de 6000 dólares en 2012, lo que contribuyó a que centenares de millones de personas salieran de la pobreza. El desarrollo y el progreso de China pueden verse en todos los aspectos, como en las fuerzas productivas, las relaciones de producción, la base económica, la superestructura, el entorno institucional y la estructura social. La fisonomía del pueblo chino, de la China socialista y del Partido Comunista de China ha tenido un cambio histórico.
De los más de 200 países del mundo, la mayoría son capitalistas, pero solo unos 20 de ellos son realmente desarrollados y ricos. Si un país de economía atrasada persiste en el camino de desarrollo correspondiente con sus condiciones nacionales, es probable que supere el abismo entre los países en vías de desarrollo y los desarrollados.
El rápido desarrollo de China y la obvia elevación de su fortaleza integral como nación han estimulado a personas perspicaces a estudiar nuevamente a este país y conocer así los motivos y las teorías que explican el éxito alcanzado por la nación asiática. Han aumentado las discusiones e investigaciones sobre la “experiencia china”, el “modelo chino”, etc. Cada vez más gobernantes, sobre todo los de países en desarrollo, son conscientes de que cada país puede encontrar un modelo de desarrollo correspondiente con sus características. En un reciente discurso en la Escuela del Partido del Comité Central del PCCh, el primer ministro de la India, Manmohan Singh, mencionó: “La reforma económica de China y sus éxitos vienen estimulando a todos los países en vías de desarrollo”. Muchos estudiosos extranjeros creen que el camino de desarrollo y la teoría de desarrollo de China han alcanzado un sentido mundial: han ensanchado la vía de los países hacia la modernización, han fomentado el desarrollo diversificado de la civilización humana y han despertado en el mundo una gran reflexión sobre los sistemas.
2 de octubre de 2013. En su tercer día, luego de inaugurada, la sala de servicios de la Zona Piloto de Libre Comercio de Shanghai recibe muchos visitantes. CFP
Angustias del crecimiento
Para obtener un comentario objetivo sobre el camino chino, hay que considerar los problemas que surgen y, a la vez, subrayar los éxitos. Si vemos los problemas bajo el enfoque de la reforma, son nada más que “las angustias del crecimiento” y se trata, más bien, de nuevas oportunidades para impulsar el progreso del país.
En primer lugar, la reforma se realiza debido al surgimiento de problemas y se profundiza como una manera de resolverlos. Hace 35 años, debido a la prolongada influencia de la inclinación izquierdista, sobre todo del caos interno generado por la Gran Revolución Cultural, la economía nacional estuvo al borde de la ruina y la vida del pueblo era, por lo general, difícil. Decidido a aliviar la severa situación y a abrirse un nuevo camino de desarrollo, el Partido Comunista de China escogió, estratégicamente, la aplicación de la política de reforma y apertura. De allí en adelante, la reforma, en medio de la resolución de uno y otro problema, abrió un camino sangrante. Desde la reforma en las zonas rurales hasta la reforma urbana, desde la reforma de las empresas estatales hasta la reforma del sistema de administración macroeconómica, desde la reforma del sistema económico hasta las reformas en otros ámbitos, en la incesante profundización de la reforma y apertura, hemos culminado con éxito un gran viraje histórico de un régimen de economía planificada altamente centralizada hacia uno de una economía de mercado socialista llena de vigor, y de un estado de cierre o semicierre a una apertura en todas las direcciones.
En segundo lugar, la reforma es una fuerza motriz de desarrollo del socialismo con características chinas. Gracias a la reforma y apertura, China ha logrado, en decenas de años, recorrer lo que a los países desarrollados les tomó centenares. Es muy natural el surgimiento de todo tipo de contradicciones y problemas. Apenas se resuelven viejos problemas, aparecen nuevos. Todo ello exige la profundización de la reforma y el reajuste constante de las relaciones productivas para que estas se adapten al desarrollo de las fuerzas productivas, así como el perfeccionamiento constante de la superestructura para que se adapte a la base económica y, de esta manera, impulse el desarrollo de las fuerzas productivas y el progreso de toda la sociedad. Las contradicciones fundamentales de la sociedad siempre cambian, lo que exige el reajuste de las relaciones productivas y que el perfeccionamiento de la superestructura se realice sin cesar. Por eso, la reforma es una acción que no culmina, sino que siempre está en funciones.
En tercer lugar, la reforma es una medida clave tomada por la nueva generación de dirigentes centrales respecto a la administración del Estado. De acuerdo con el XVIII Congreso Nacional del PCCh, nuestro país ha comenzado la batalla decisiva en cuanto a edificar de forma integral una sociedad modestamente acomodada. Nos encontramos en un nuevo punto de partida histórico, en el que experimentamos muchos desafíos llenos de novedades. Los problemas y dificultades que enfrentamos son complicados y duros.
“Profundizar la reforma y ampliar la apertura con firmeza y en todos los sentidos” es la respuesta que la nueva generación de dirigentes centrales ha dado frente a los retos.
El presidente Xi Jinping ha reiterado en muchas ocasiones que “no se deben frenar los pasos de la reforma y la apertura”, “se tienen que superar las barreras de la solidificación de intereses”, y que “se debe profundizar la reforma con mayor valor político y sabiduría”. La Tercera Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del PCCh, convocada en noviembre pasado, presentó una disposición global respecto a la profundización de las reformas económicas, políticas, culturales, sociales, ecológicas y la construcción del Partido, para lo cual ha bosquejado una hoja de ruta y una agenda de profundización de la reforma, en todos los aspectos, hasta el año 2020. En cuanto a la amplitud, la profundidad, la cantidad de medidas, la efectividad de las políticas y la influencia de las reformas dispuestas en esta reunión, los medios de comunicación internacionales comentaron: “China ha promovido una reforma ambiciosa y grandiosa, con una mayor aspiración”, “es la reforma económica y social de mayor envergadura de las últimas décadas”, “traerá una reforma económica mundial de amplios efectos”.
El camino decide el destino, y el camino cambia el destino. El camino del socialismo con peculiaridades chinas llevará al pueblo chino a un brillante destino, con lo que hará realidad el sueño de la revitalización del país que China tuvo durante cien años.