TRAS un desarrollo de miles de años de historia, la gastronomía se ha convertido en una parte primordial de la herencia cultural de China y está de moda en todo el mundo. El gran líder chino, Mao Zedong, consideraba que la comida y la medicina tradicional china son las dos más importantes contribuciones de nuestro país para el mundo. En realidad, la comida, los lugares pintorescos y las reliquias culturales históricas constituyen los tres principales imanes que China tiene para atraer a los turistas extranjeros.

Poniendo los platos calientes y los alimentos cocidos en primer lugar, las comidas chinas de diferentes lugares cuentan con sabores muy distintos, que abarcan ocho escuelas culinarias con innumerables platos y refrigerios típicos. A diferencia de los occidentales quienes prestan mayor atención a la nutrición, los chinos damos importancia, además, al color y al sabor. A la hora de servir la comida, en la mesa occidental, se sirve una porción individual para cada comensal, mientras que en China se sirven varios platos para que todos compartan. Por eso, el momento de la comida es muy apropiado para el intercambio social, de allí que se imponga una serie de protocolos al comer.

La cultura gastronómica china ha tenido influencia directa en países vecinos como Japón, Mongolia, Corea del Sur, Corea del Norte, Tailandia y Singapur, y poco a poco, se ha propagado por Europa, América, África y Oceanía, fusionándose con la comida local. La comida vegetariana de China, la cultura del té, productos chinos como la salsa de soja, el vinagre, los alimentos hechos con harina de trigo, los platos con función terapéutica, los cubiertos de cerámica, la soja y el queso de soja, empiezan a ser conocidos por todo el mundo y acogidos cada vez por más gente.