Leyenda de los pasteles de la luna
Los pasteles de la luna simbolizan la reunión entre amigos y la familia y representan una parte indispensable de las ofrendas al Dios de la Tierra, Tu Ti Kung. De acuerdo con la creencia popular, la costumbre de comer pasteles de la luna comenzó a finales de la dinastía Yuan. Según la historia, el pueblo han de esa época estaba molesto con el gobierno mongol de la dinastía Yuan y los revolucionarios, liderados por Chu Yuan-chang, iniciaron una conspiración dirigida a usurpar el trono. Chu necesitaba encontrar una manera de unir al pueblo y revelarse en el mismo día sin que los gobernantes mongoles lograran descubrir el plan. El consejero más cercano de Chu, Liu Po-wen, tuvo una gran idea. Se divulgó el rumor de que una plaga mortal arrasaba con la tierra y que el desastre solo podría prevenirse comiendo un tipo de pastel de la luna especial distribuido por los revolucionarios. Los pasteles de la luna se distribuyeron únicamente entre los hans, quienes recibieron, al cortarlo, el mensaje de “revuelta el decimoquinto día del octavo mes lunar”. Tras ser informado, el pueblo se levantó unido el día indicado para derrocar a la dinastía Yuan, y desde entonces los pasteles de la luna se han convertido en una parte integral de la Fiesta del Medio Otoño.
Existen cuatro tipos de pasteles de la luna: ping, su, kuang y tai. El estilo ping se originó en Beijing y representa a los pasteles de sésamo, con una cubierta crujiente. El estilo su es dulce con una capa exterior fina y delicada que se juzga según su ternura y blancura. El estilo kuang aparece envuelto en una corteza de masa y es famoso por sus rellenos meticulosamente preparados. Por último, el estilo tai se come tradicionalmente en Taiwán y se le conoce también como “Pastel de la Luz de la Luna”. Para la preparación de estos pasteles se emplean batatas para su relleno y son dulces, tiernos y sabrosos, y para nada aceitosos.