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2017-June-8 14:12

La fiebre del chino en Asia Central

 

Por YOU SHANSHAN*

 

Instituto Confucio de Taskent, en Uzbekistán. Zou Hong

 

A los estudiantes de los Institutos Confucio les gusta mucho el taijiquan. Zou Hong

 

A la sede del Instituto Confucio de la Universidad de Euroasia (Kazajistán), Bibizada acude todos los días después de las cuatro de la tarde. Esta maestra jubilada, de más de 70 años de edad, no asiste porque desee volver a trabajar, sino porque quiere aprender chino.

Bibizada cumple con hacer las tareas con afán y nunca llega tarde a clase. La historia de esta simpática anciana es fascinante y por eso decidimos reunirnos con ella.

Al preguntarle los motivos por los cuales insistía en estudiar chino a tan avanzada edad, respondió que no tenía ninguna razón específica, sino que era sencillamente por gusto.

De hecho, “gustar” se volvió un verbo recurrente en nuestras visitas a los Institutos Confucio de Asia Central: “nos gusta la caligrafía china”, “nos gustan las canciones y las danzas chinas”, “nos gustan las artes marciales chinas”, “nos gustan los estudios sobre China”, nos mencionaron muchos estudiantes.

“La puerta de nuestro Instituto Confucio está abierta para todo el mundo”, sostuvo Li Xichang, director del Instituto Confucio de la Universidad de Euroasia. “Siempre y cuando haya interés, nos complace recibir a las personas para que aprendan chino y conozcan la cultura del país”.

 

Plataforma para intercambios culturales

 

Como aseguró el director Li, en los Institutos Confucio de Kazajistán y Uzbekistán es posible toparse con alumnos de todas las edades, desde niños de 7 años hasta adultos mayores de 60 o 70 años de edad.

Desde tiempos antiguos, la zona de Asia Central ha mantenido contactos estrechos con China. Hace más de 2000 años, la antigua Ruta de la Seda, que conectaba a la civilización de Oriente con la de Occidente, pasaba por allí. Hoy en día, a medida que se vuelven más cercanos los lazos entre China y dicha región, los centroasiáticos están cada vez más interesados en el idioma y la cultura de nuestro país. Cuando visitamos ciudades como Almaty (Kazajistán), Taskent (Uzbekistán) y otras, nos hemos encontrado con personas que nos recibían con un fuerte ¡Nihao! (¡Hola!).

Ante la gran demanda que existe en Asia Central, la Oficina Nacional de Promoción Internacional de la Lengua China (Hanban), en conjunto con universidades locales, ha fundado once Institutos Confucio. La cantidad de estudiantes crece cada año, como se puede comprobar con el caso del Instituto Confucio de la Universidad de Euroasia, donde en 2007, cuando se fundó, solo había 30 alumnos y ahora cuenta con 267. “El número de estudiantes aumentó de 150 a más de 260, especialmente después de la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Kazajistán”, dijo el director Li. “De repente, parece que no son suficientes ni las aulas ni el profesorado”.

Por el momento, al tiempo que el Instituto Confucio de la Universidad de Euroasia coordina con la universidad para proporcionar más salas, capacita a más profesores locales para satisfacer la creciente demanda de maestros. Además, las personas que estudian chino allí tienen la oportunidad de conocer el idioma y la cultura de China y viajar a nuestro país para adelantar sus estudios de mandarín.

Erlan, un alumno de la Universidad Mundial de Lenguas de Taskent (Uzbekistán), estudió chino durante cuatro años en el Instituto Confucio de su casa de estudios. A pesar de que este joven de 22 años considera que su nivel todavía no es “alto”, se desenvuelve con bastante fluidez. “Quisiera ir a China para cursar una maestría, pues los conocimientos que he aprendido aquí solo provienen de los libros”, manifestó Erlan. “Espero poder conocer la vida cotidiana de los chinos con mis propios ojos”.

No es difícil que Erlan cumpla su sueño, pues anualmente Hanban ofrece a cada Instituto Confucio entre 10 y 15 becas de estudio. De cumplir con los requisitos, los alumnos que soliciten la beca y sean aceptados tendrán sus gastos de educación y sostenimiento financiados por el Gobierno chino.

Alimjan, alumno del Centro Cultural de la Universidad de Relaciones Internacionales y Lenguas de Abraham (Kazajistán), obtuvo el segundo premio en el concurso Puente Chino 2013 Universitarios. Tendrá la oportunidad de viajar a China para cursar la maestría de Comercio Internacional en la Universidad Renmin de China en septiembre de este año. “Además de cubrir los gastos educativos, el Gobierno chino me entregará 1700 yuanes mensuales para gastos cotidianos, que considero son suficientes para el día a día”, expresó Alimjan con satisfacción.

 

Unos alumnos del Instituto Confucio de Taskent aprenden caligrafía china. Zou Hong

 

Buenas perspectivas

 

Cuando le preguntamos a Ella, alumna del Centro Cultural de la Universidad de Relaciones Internacionales y Lenguas de Abraham, sobre sus razones para estudiar chino, nos dio una respuesta particular: “Se debe a mi padre”.

“Mi padre trabajó allá, le encanta ese país y tiene confianza de que en el futuro China tendrá un acelerado desarrollo”, señaló. “Él me sugirió estudiar chino, dado que se me facilitaría la búsqueda de trabajo”.

Después de un año de aprendizaje, Ella ama el idioma. De hecho, el chino es la carrera que escogió y que actualmente cursa en la universidad.

El padre de Ella acertó. El comercio entre China y Kazajistán se está desarrollando velozmente y, según datos de la embajada china en este país, con un comercio bilateral de 28.600 millones de dólares en 2016, China es ya el primer socio comercial de Kazajistán. Cabe agregar que las inversiones chinas en distintos sectores de Kazajistán han superado los 25.000 millones de dólares, lo que convierte a China en un importante inversionista extranjero en ese país.

“Cada vez más empresas chinas están invirtiendo en nuestro país, y tras la visita del presidente chino, Xi Jinping, el año pasado y la propuesta de la Franja Económica de la Ruta de la Seda, con seguridad más entidades chinas se interesarán en Kazajistán”, agregó Ella. “Además, para aquellas personas que estudiamos chino, todo esto significará más empleos”. La joven kazaja, quien se graduará este año, ya está en contacto con PetroChina para la posibilidad de trabajar allá como intérprete una vez culmine sus estudios.

Los profesores del Instituto Confucio de la Universidad de Euroasia ven con buenos ojos las oportunidades de los estudiantes kazajos que hablan chino, pues muchas compañías chinas están invirtiendo y estableciendo fábricas en Kazajistán, el comercio bilateral se está desarrollando rápidamente y los alumnos tienen la oportunidad de ir a China para seguir cursando sus carreras.

El director Li Xichang aseguró que muchas empresas chinas contratan como empleados a los kazajos graduados de los Institutos Confucio.

“Antes considerábamos la Ruta de la Seda como una historia pasada y distante. Sin embargo, ahora se habla mucho de la Franja Económica de la Ruta de la Seda”, concluyó en un chino fluido Ainura, del Instituto Confucio de la Universidad de Euroasia. “Esta iniciativa está muy cerca de mí ahora porque tenemos más oportunidades de aprender chino, de ir a China o de encontrar un buen puesto en Kazajistán. Me parece que es una ganancia compartida”.

 

* You Shanshan es periodista de China Pictorial.

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