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2015-September-1 16:13

La contribución de China no debe ser ignorada

Por YU WEIMIN*
 
LA Segunda Guerra Mundial fue una lucha cruenta entre los pueblos de todo el mundo y los invasores fascistas. Este conflicto determinó el destino de la humanidad y la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa, que fue un importante frente de batalla en Oriente, tuvo una gran contribución en la victoria final.

El VIII Ejército celebra un triunfo en la antigua Gran Muralla en 1937.

 

Principal frente contra el fascismo

De las guerras regionales al conflicto en pleno, la Segunda Guerra Mundial experimentó varias etapas. La agresión japonesa contra China en 1931 fue el inicio de las guerras regionales. En aquel entonces, los demás países pudieron haber frenado la situación, pero el hecho de no enfrentar una amenaza directa en su propio territorio hizo que no demostraran una firme respuesta contra dicha agresión, dejando a China en una aislada y difícil posición de defensa.

La lucha de China fue ardua. Debido a su inferior condición militar, China adoptó una táctica dilatoria a costa de la pérdida de una parte de su territorio. Sin embargo, dicho sacrificio nacional afectó la disposición de las líneas enemigas y dificultó el logro de sus objetivos.

Desde el 18 de septiembre de 1931 (cuando las fuerzas japonesas comenzaron a ocupar gradualmente las tres provincias del noreste de China) al 7 de julio de 1937 (el inicio de la guerra en pleno contra la agresión japonesa), los chinos lucharon ardorosamente contra los invasores, quienes contaban con superioridad militar. Como el accionar de las fuerzas terrestres japonesas logró ser detenido en China, Japón tuvo que abandonar su plan de “Marcha al norte”, que buscaba atacar la Unión Soviética. De este modo, la U.R.S.S. pudo concentrarse en su lucha contra la Alemania nazi en Europa, sin tener dos frentes de combate. Lo sucedido en China retrasó también el plan de “Marcha al sur” de los japoneses, y ello sirvió para que el Reino Unido y EE. UU. ganaran un tiempo valioso, lo que finalmente frustró el plan japonés de dirigirse a Australia y al océano Índico. Por eso, durante la etapa de las guerras regionales, China fue realmente el principal campo de batalla contra el fascismo, lo que tuvo una importante contribución en la guerra antifascista en el mundo.

Después de estallar la Guerra del Pacífico, y con la fundación de la alianza antifascista, el conflicto que libraba China contra la invasión japonesa experimentó también un gran cambio. Como importante miembro de la alianza, China no solo se encargó de seguir combatiendo a las principales fuerzas del ejército japonés, sino que envió también un ejército a la India y a Birmania, en cooperación con los aliados, lo que frustró el intento estratégico de Japón en el sudeste asiático y significó una garantía para la estrategia “Europa primero” de EE. UU. en la etapa de la contraofensiva. Al mismo tiempo, la lucha de las fuerzas chinas contra el ejército japonés supuso también un indispensable apoyo para los soviéticos en su guerra contra la Alemania nazi. Por supuesto, la alianza antifascista creó un entorno exterior favorable a la victoria china, y la asistencia de los aliados mejoró las condiciones de combate en China.

Construcción de la paz

26 de junio de 1945. Dong Biwu, representante de China, pone su firma en la Carta de las Naciones Unidas.

 

Con el viraje en los frentes de la Unión Soviética-Alemania, del Pacífico y del norte de África, la prolongada batalla de China tuvo un cambio brusco, pasó de la defensa a la contraofensiva estratégica y junto con los aliados se logró el triunfo final. China se volvió un país clave en la alianza antifascista y participó en el planeamiento del mundo de la posguerra en su calidad de miembro fundador de la ONU y miembro permanente del Consejo de Seguridad.

El accionar de China impulsó la fundación de la alianza antifascista. El 1 de enero de 1942, representantes de 26 países antifascistas, como Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Soviética, China, entre otros, suscribieron la Declaración de las Naciones Unidas. Posteriormente, China planteó sugerencias en torno a la construcción de un nuevo orden internacional de la posguerra y participó en la discusión, redacción y firma de la Declaración sobre la Seguridad General, la Declaración de El Cairo y la Declaración de Potsdam, además de contribuir en el diseño de la Carta de las Naciones Unidas.

El Gobierno chino transmitió sus propuestas a través de la presentación del Resumen de los puntos básicos sobre la Carta de la Organización Internacional, que trata de los principios generales, órganos, procedimiento, fideicomiso y fondos de la ONU. Muchas de sus recomendaciones fueron adoptadas en las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, debido a la influencia de la Guerra Fría y a la teoría del “centrismo occidental”, la posición y la contribución de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa fueron ignoradas o comentadas parcialmente.

Foto grupal de unos pilotos estadounidenses, en Yan’an, en 1945.

Luego de la Guerra Fría, gracias al desarrollo de China, al crecimiento de su influencia internacional y a una gran cantidad de material histórico, los círculos académicos vienen prestando más atención a lo ocurrido en nuestro país durante la Segunda Guerra Mundial. Cada vez más especialistas están de acuerdo con que la Guerra de Resistencia de China fue el inicio y una fase importante de la lucha contra el fascismo. En el libro El aliado olvidado: la Segunda Guerra Mundial de China, 1937-1945, publicado por el profesor de la Universidad de Oxford Rana Mitter, se señala que sin la resistencia de China, el final de la Segunda Guerra Mundial habría sido completamente distinto. Priyadarsi Mukherji, profesor de la Universidad Jawaharlal Nehru de la India, se ha dedicado también a investigar los crímenes de guerra cometidos por los japoneses. Durante las celebraciones de este año en Rusia por la Gran Guerra Patriótica, los especialistas de ese país valoraron la resistencia china, pues evitó que la Unión Soviética combatiera en dos frentes y le permitió concentrarse en la lucha contra la Alemania nazi.

*Yu Weimin es profesor de la Facultad de Historia de la Universidad Normal del Este de China.