La Segunda Guerra Mundial estalló en 1931
15 de agosto de 2014. Mucha gente se presentó en el Museo del Incidente de Mukden en Shenyang para conocer la historia y conmemorar a las víctimas chinas en el día del 69 aniversario de la victoria de la guerra antifascista mundial. CFP
EN febrero de 2014, 38 periodistas provenientes de diferentes países y regiones se dieron cita en el Museo de la Historia del Incidente de Mukden (Shenyang) para conocer la situación del campo de batalla oriental en la Segunda Guerra Mundial. “Muchos periodistas extranjeros conocen el Campo de Concentración de Auschwitz pero no saben del Incidente del 18 de Septiembre”, señaló con sorpresa Wang Jianxue, director del Instituto del Incidente de Mukden de Liaoning.
Japón encendió la Segunda Guerra Mundial
En la noche del 18 de septiembre de 1931, el ejército japonés acantonado en el noreste de China voló un tramo del ferrocarril junto al lago Liutiao de Shenyang y responsabilizó a los chinos. Este acontecimiento fue llamado Incidente de Mukden. Con este pretexto, Japón conquistó rápidamente las tres provincias del noreste de China y estableció el gobierno títere de Manchukuo, con el que comenzó su dominio colonial de 14 años sobre el territorio del noreste de China.
Según Wang Jianxue, el Incidente de Mukden de 1931 es el punto de partida de la guerra antijaponesa del pueblo chino, e inaugura la cortina de la guerra antifascista del mundo.
Wang preconiza el estudio de la Segunda Guerra Mundial desde la visión mundial. Ayudó a los periodistas a pasar revista a algunas de las batallas más importantes en la Segunda Guerra Mundial. En el campo de batalla europeo, Alemania atacó Polonia el 3 de septiembre de 1939 y conquistó Rusia el 22 de junio de 1941. Y Japón lanzó un ataque sorpresivo a Pearl Harbor, base de EE.UU., el 7 de diciembre de 1941. Así que para esos países, la Segunda Guerra Mundial estalló en diferente fecha y año. Sin embargo, esta conflagración tenía dos campos de batalla, uno en Europa y otro en Asia, y el pueblo del mundo enfrentaba tres enemigos en común: Alemania, Italia y Japón, quienes conformaban la alianza de las “Potencias del Eje”. Como Japón fue miembro del bando beligerante contra los Aliados (Reino Unido, EE.UU., Francia, Rusia y China), el Incidente del 18 de Septiembre que provocó la invasión a China, por supuesto, debe ser considerado como el punto de partida de la Segunda Guerra Mundial y de la guerra antifascista del mundo.
De hecho, la ambición de Japón no se limitaba a las tres provincias del noreste de China, sino que buscaba la hegemonía mundial.
A partir de 1863, sobre todo después de la Restauración Meiji, Japón empezó a anunciar su ambición de “extender su frontera marítima y ostentar su poderío nacional por cuatro lados”. Estos “cuatro lados” no solo se referían a China y Corea del Norte. En 1927, el Gobierno japonés de Kakuei Tanaka elaboró los lineamientos generales sobre la invasión a China y determinó los objetivos estratégicos del militarismo japonés en diferentes etapas: primero, Corea del Norte; luego, Manchuria y Mongolia; más tarde, toda China; y finalmente, Asia y el mundo. La Guerra de Jiawu (la I Guerra Sino-Japonesa) de 1894 tuvo como resultado que Corea del Norte se convirtiera en una colonia de Japón. Y el Tratado de Shimonoseki ayudó a Japón a lograr de China una indemnización de 200 millones de taeles de plata, con los que desarrolló su industria pesada y militar, así como materializó acumulación originaria capitalista. Después de expulsar el poder de la Unión Soviética del noreste de China, monopolizar el ferrocarril más importante de la región y matar a Zhang Zuolin, el mayor caudillo militar chino de Manchuria, Japón percibió más profundamente la debilidad de China y se decidió a conquistar todo el país. La ocupación de Shenyang, base de la industria pesada del noreste de China, contribuyó a que Japón continuara con sus ambiciosos pasos de invasión a China y Asia, y luego, el ataque a Pearl Harbor.
“Antes de declarar la guerra contra EE.UU., Japón había combatido con más de 20 países, y en su cárcel en Shenyang apresó a soldados de siete países. Además, sus armas bacteriológicas también apuntaban a EE.UU., una de las entonces potencias hegemónicas del mundo. Todo eso significa que Japón estaba diseñando concienzudamente una guerra mundial”, señaló Wang Xuejian.
2 de septiembre de 2014. Yang Xiangfei, coleccionista de Henan, exhibe dos ejemplares de más de 2000 revistas pictóricas en japonés sobre la guerra invasora a China.
Crímenes fascistas de Japón
Un periodista extranjero preguntó a Wang Xuejian: “¿Se puede comparar la crueldad de la invasión japonesa a China con la de los fascistas alemanes?” Wang dijo que sí e, incluso, en varios aspectos, fue mucho más excesiva.
“Si evaluamos de acuerdo con la opinión occidental acerca de los derechos humanos, lo sucedido en el campo de batalla oriental fue más cruel que en el occidental”, dijo Wang, “al igual que los fascistas alemanes, quienes pregonaban la discriminación racial y masacraron a la población judía en Europa, los fascistas japoneses también cometieron atrocidades tremendas en China, por ejemplo, en la ciudad de Lüshun mataron a 20.000 personas, y en Nanjing a 300.000 habitantes, y no les importaba si eran ancianos o niños”.
18 de septiembre de 1931. El ejército japonés, acantonado en Shenyang, tramó con esmero el asombroso Incidente de Mukden. Xinhua
Los invasores japoneses aplicaban la política de los “Tres Todos”, que significaba “matar todo, saquear todo y destruir todo”, la que condujo directamente a que más de 35 millones de chinos perdieran la vida y que más de 100 millones se vieran obligados a dejar su hogar y vagar, es decir, para una China de 400 millones de habitantes en aquella época, por cada familia de cuatro personas, murió una.
Durante 14 años, el gobierno colonial ejercido por Japón en el noreste de China, aparte de impulsar una educación esclavizadora, cometió depredaciones económicas a más no poder, por ejemplo, con el carbón, oro, hierro, acero, madera, soya, etc. causando a China una pérdida económica directa de 100.000 millones de dólares y una indirecta de 500.ooo millones de dólares.
Japón también plantó y vendió opio en China, y realizó experimentos bacteriológicos y utilizó armas químicas. Aun después de 1949, más de 200 habitantes en Heilongjiang (una de las tres provincias del noreste de China) murieron o fueron afectados por haber tenido contacto con armas químicas dejadas por el ejército japonés.
En los juicios sobre crímenes de guerra de Jabárovsk, algunas cifras también revelaron claramente las atrocidades cometidas por los fascistas japoneses: en el campo de prisioneros de Japón en Shenyang, donde estaban encarcelados también generales de categoría más elevada de los Aliados, la tasa de mortalidad, solo de los estadounidenses y británicos, alcanzó el 16 %, mucho más elevado que el 4 % de los campos establecidos por los fascistas alemanes en Europa.
15 de agosto de 2014. Una esquina del Museo de la Historia del Incidente de Mukden en Shenyang. CFP
Estado real de la historia
En el Museo de la Historia del Incidente de Mukden en Shenyang se exhibe gran cantidad de objetos y archivos que reflejan los hechos del Incidente: el libro Conocer más temprano los incidentes en Manchuria, publicado por el Ministerio de la Guerra de Japón, La verdad (Colección de pruebas de crímenes cometidos por Japón en China), tarjetas postales de fotos tomadas por periodistas japoneses, etc.
La verdad, fue recopilado y arreglado por las “Nueve Personalidades Virtuosas de Shenyang”, quienes lo entregaron a la misión de investigación enviada por la Sociedad de Naciones, convirtiéndose en una prueba vigorosa que revelaba el crimen de la invasión de Japón a China.
En aquel entonces, 41 de los 42 países votaron afirmativamente de que Japón sí cometió el crimen y le obligaron a retirarse de la Sociedad de Naciones.
De las tarjetas postales podemos saber que, en aquella noche del Incidente, no es cierto que el ejército chino no se defendió como nos han dicho. El hecho fue que muchos oficiales y soldados se sacrificaron en la batalla contra la invasión japonesa. Fueron ellos quienes lanzaron el primer disparo de la guerra antijaponesa.
Para que más gente en el mundo conozca el hecho del Incidente de Mukden, China ha solicitado la inclusión de estos archivos históricos junto con los de la Masacre de Nanjing y los que describen que el ejército japonés obligó a reclutar mujeres de confort en la lista del Registro de la Memoria del Mundo.