México celebra el Año Nuevo Chino
El Buda de las mil manos, el número más esperado por el público.
UNA discapacidad no es sinónimo de una vida gris, triste, vacía. Por el contrario, puede ser la llave para encontrar y transmitir el arte, la magia y la felicidad.
Así lo demostraron 30 artistas chinos, todos con alguna discapacidad, que lograron conmover hasta las lágrimas a cientos de mexicanos los días 5 y 6 de febrero, cuando presentaron el espectáculo Mi sueño en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris de la capital del país, como parte del festejo internacional denominado “Feliz Año Nuevo Chino” 2016.
Y lo lograron no solo por sus bellas ejecuciones en el escenario, sino también por su voluntad para superar sus limitaciones físicas, a tal grado que el público pocas veces las notó.
El espectáculo comenzó con un número de ballet, en el que espigadas bailarinas con sordera se balanceaban al ritmo que, a lo lejos, marcaba su instructora con las manos. Su sincronía y sus delicados movimientos eran solo el preámbulo de lo que vendría después.
Músicos invidentes deleitaron a los asistentes al tocar el jinghu (violín chino de una cuerda), el erhu (violín de dos cuerdas) y el saxofón. Dos de ellos lograron un atronador aplauso y la ovación en pie del público al interpretar, en perfecto español y con voces de ópera, “México lindo y querido”.
Músicos invidentes interpretaron clásicos chinos con el erhu.
Los artistas chinos se habían ganado ya la voluntad de los mexicanos que asistieron al Teatro de la Ciudad, inaugurado a principios del siglo XX. Pero aún faltaba lo mejor.
Músicos invidentes y actores sordos se unieron para interpretar un fragmento de la Ópera de Beijing, lleno de comedia y acrobacias; dos bailarines representaron, con vestuario e iluminación de ensueño, el clásico Los amantes mariposa, considerado el Romeo y Julieta de Oriente; una grácil joven encantó al público con su vestuario de ave y sus delicados movimientos de brazos al ejecutar El alma del pavorreal; y parejas de bailarines derrocharon sensualidad en el escenario al interpretar danzas latinas de salón.
Pero, sin duda, el clímax del espectáculo llegó con el número principal de la noche, El Buda de las mil manos, en el que hombres y mujeres representan al Buda de la compasión, que con sus mil manos logra llevar su amor a un sinnúmero de personas.
Este número, ejecutado por 20 artistas, guiados por una instructora que les da indicaciones con las manos, hizo brillar el Teatro de la Ciudad, no solo por la vestimenta dorada de los bailarines, sino también por su perfecta sincronía.
La historia de Los amantes mariposa provocó lágrimas a parte del público.
No por nada, el Buda de las mil manos se ha convertido en un número representativo de las personas con discapacidad a nivel mundial y se ha presentado en más de 80 países a lo largo de 30 años.
Y aunque el espectáculo Mi sueño fue el evento de gala de “Feliz Año Nuevo Chino” 2016, no fue el único. También hubo manifestaciones culturales en la Cámara de Senadores de México, donde la Comisión de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico acogió exposiciones fotográficas, danzas chinas, ceremonias tradicionales como la del té y las del incienso, una muestra de papel recortado, música tradicional china y un ciclo de conferencias.
Al Senado de México asistieron cientos de personas. Algunas de ellas presenciaron por vez primera una muestra de la cultura china, por lo que quedaron encantados. Hubo quien se tomó fotos con los exponentes e, incluso, aprendieron algunas frases en chino para poder expresar su emoción y alegría por compartir los festejos por el Año Nuevo Chino.
La marca cultural “Feliz Año Nuevo”, impulsada por el Gobierno chino, lleva siempre espectáculos y actividades de calidad a todo el mundo. Y en 2016, los mexicanos sintieron en carne propia la alegría que emana de la fiesta más importante para el pueblo chino.