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2015-July-21 09:25

Persiguiendo un sueño en China

Por PETER MAURICIO LARREA PARRA*

Peter en la zona paisajística de Jiuzhaigou.

CADA ser humano busca alcanzar sus sueños como parte de su proyecto de realización personal. Uno de mis sueños me trajo a China.

A inicios de 2009 retornaba a mi país, Bolivia, con la intención de finalmente establecerme después de haber pasado desde 1997 en diferentes países de Latinoamérica por motivos de estudios y trabajo. Yo llegaba con el deseo de trabajar y con la espinita de, en algún momento, poder cursar un doctorado para completar mi sueño educativo.

Había conseguido una posición de catedrático en una universidad prestigiosa, me gustaba lo que hacía y mi madre se ilusionaba de tenerme a su lado por el resto de mi vida. Pero, como decimos en español, no se puede contra el destino o como dirían en China命运 (mìngyùn) y poco a poco mi historia se fue tejiendo. De repente, se publicaron las convocatorias a las becas del Gobierno Chino y me animé a aplicar sin pensar mucho en el posible resultado.

A finales de julio me informaron que había sido aceptado para cursar mi doctorado en Economía Ambiental en la prestigiosa Universidad de Beijing. Hoy en día, no dudaría en hacer maletas y salir corriendo, pero en aquel año, en lo personal, conocía del rápido desarrollo económico de China, pero no tenía idea de las universidades y mucho menos del sistema educativo. Ante esta situación decidí consultar con mis profesores de la Maestría en Costa Rica quienes muy amablemente respondieron que si aceptaba continuar mis estudios en China sacrificaría capital humano (en comparación con universidades europeas o estadounidenses), pero ganaba el entendimiento y el idioma de un país que será muy importante.

Aún está fresco en mi memoria el recuerdo de la conversación con mi madre antes de abordar el avión a China: “Hijo, no te vayas, yo te devuelvo el dinero del pasaje de avión, ¿qué vas a hacer en China? ni siquiera hablas el idioma…”. Día y medio después yo me reprochaba el no haber aceptado la oferta de mi madre y es que, sorprendentemente, casi nadie hablaba inglés, pasé cuatro horas bajo la lluvia tratando de encontrar la oficina de estudiantes internacionales de la universidad, fue un momento muy aterrador.

Pero, poco a poco, las cosas fueron mejorando y el miedo se convirtió en curiosidad. Mientras más chino aprendía, más cosas deseaba experimentar, pero siempre añorando mis propias costumbres. Mas no siento que sea un proceso que ocurre naturalmente, en uno mismo debe existir el deseo y la apertura de aprender y experimentar la cultura china.

Los estudios en China no son para nada fáciles, requieren invertir mucho tiempo y esfuerzo, primeramente en aprender el idioma y seguidamente los contenidos de la especialidad en chino. Seguirle el ritmo de estudio a mis compañeros en la Universidad de Beijing fue una tarea de titanes. Los estudiantes chinos son muy dedicados y, para ser parte del grupo, he tenido que contagiarme de su perseverancia.

El autor con sus compañeros de estudio en China. Fotos cortesía del autor

Adicionalmente, participar en actividades extracurriculares como: la Asociación de Estudiantes Latinos en la Universidad de Beijing, organizar a la Asociación de Estudiantes Bolivianos en China y apoyar a la Embajada de Bolivia en este país completan mi agenda personal. Pero estas actividades son parte de mi sueño que es apoyar a la construcción de puentes entre Latinoamérica y China.

La mayoría del tiempo vivo encantado de los sabores de la cocina china, donde mis platillos favoritos provienen de la provincia de Sichuan, la famosa y deliciosa olla mongola (hu gu 火锅), así como la dry pot (málàxi nggu 麻辣香锅).

Año tras año muchos más ciudadanos chinos visitan y comparten la cultura boliviana, conocen la majestuosidad del salar de Uyuni y el lago Titicaca (compartido con Perú). Mientras, a este lado del planeta llegan bolivianos con interés de disfrutar las maravillas del gigante asiático.

Falta muy poco para concluir mis estudios y cumplir mi sueño por el cual estoy muy agradecido con todas las instituciones y personas que lo construyeron conmigo. Ya comencé a imaginarme muchos sueños más, lo que se mantiene constante dentro de la ecuación es el seguir vinculado, de una u otra forma, con China y Bolivia.