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2014-June-20 16:03

La amistad entre Cuba y China borró la distancia

Por ALBERTO BLANCO SILVA*

En septiembre de 1964, llegó a Cuba el primer gran grupo de jóvenes chinos que salió de su país para aprender español. Sus vidas quedaron marcadas por aquella experiencia que China Hoy comparte en esta serie de artículos, que hoy comenzamos.

Alberto Blanco Silva, embajador de Cuba en China.

EN el próximo mes de septiembre, conmemoraremos el aniversario 50 del arribo del primer grupo de jóvenes chinos que cursaron estudios de idioma español en Cuba. Esos primeros estudiantes han contribuido con su entrañable amistad a borrar la distancia geográfica entre Cuba y China.

Lo anterior fue posible porque cuatro años antes, el 2 de septiembre de 1960, el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, ante más de un millón de cubanos congregados en la histórica Plaza de la Revolución propuso reconocer al Gobierno de la República Popular China como su único representante legítimo y establecer relaciones diplomáticas entre ambos países. Se fundieron la voluntad política y popular que luego hicieron posible acoger a los estudiantes chinos en el primer país de América Latina y el Caribe que, como manifestación concreta de independencia en política exterior y un acto elemental de justicia histórica, se atrevió a tomar esa decisión.

Esa experiencia representó un punto de partida en la cooperación educativa entre ambos países y contribuyó, posteriormente, al fecundo desarrollo de las relaciones entre China, América Latina y el Caribe.

Debo añadir que los años en los que estudió en Cuba el primer grupo de jóvenes chinos se caracterizaron por el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo al gobierno revolucionario tras la adopción de importantes medidas de corte popular, mientras que por otra parte, el gobierno de Estados Unidos suprimió la cuota azucarera cubana, anunció unilateralmente el rompimiento de relaciones diplomáticas, agredió e impuso un bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba que se mantiene hasta la actualidad y que continúa siendo el principal obstáculo a nuestro desarrollo. En una coyuntura caracterizada por un amplio fervor patriótico, en septiembre de 1964, arribaron a Cuba, tras un largo viaje, 108 jóvenes chinos que hoy en día, consideran una suerte y un privilegio haber cursado estudios de idioma español y, además, haber tenido la vivencia de insertarse en el pueblo cubano y su cultura.

Con mucho cariño guardan esta foto que se formaron en la década del 60 junto a su profesora cubana Eva.

Ellos participaron voluntariamente en diferentes actividades, con entusiasmo aprendieron el béisbol, nuestro deporte nacional, tomaron parte en los cortes de caña durante las zafras azucareras, ocasiones en las que compartieron el trabajo y el hogar con campesinos cubanos. Realizaron, asimismo, guardias como milicianos e, incluso, colaboraron en acciones de recuperación tras los desastres causados por el paso de un ciclón, convirtiéndose de esa forma, en partícipes de la construcción de una nueva sociedad en Cuba.

Los entonces estudiantes chinos reconocen que esa experiencia singular contribuyó a inculcarles un espíritu basado en la amistad, la firmeza, la perseverancia y la solidaridad; cualidades y valores que dejaron para siempre una impronta en sus vidas personales y profesionales.

Los estudios cursados en Cuba permitieron a estos jóvenes adquirir los conocimientos y habilidades idiomáticas necesarias para servir a su país. Tras su regreso a China, desempeñaron diversas y relevantes tareas en áreas como la diplomacia, el periodismo, el comercio, la educación, el turismo, la traducción e interpretación, entre otras.

En la actualidad, se agrupan en la División Iberoamericana de la Asociación de Estudiantes Retornados de Occidente y durante sus vidas han demostrado la valía de su entrañable amistad hacia Cuba. Diversas áreas han experimentado la influencia de su labor, especialmente dándole continuidad al suceso que protagonizaron a través de la cooperación educativa entre ambos países.

Joven china graduada recientemente en la Universidad de La Habana.

La experiencia de aquellos jóvenes resurge en el año 2006 y ha ido in crescendo hasta nuestros días con la incorporación de nuevas generaciones de chinos al sistema educacional de Cuba a partir de un ofrecimiento realizado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, a la consejera de Estado, Chen Zhili, para que jóvenes bachilleres de las zonas menos desarrolladas estudiaran idioma español durante un año, a quienes posteriormente se les posibilitó que continuaran estudios universitarios en las carreras de Licenciatura en Enfermería, Lengua Española, Turismo, Pedagogía y Medicina. En octubre de 2007, se suscribe entre ambos países un Convenio Educativo que da lugar al surgimiento del Programa de Intercambio Educativo con beneficios recíprocos para los estudiantes de ambos países.

Cabe resaltar que, desde el año 2006 hasta septiembre de 2013, se han incorporado 3584 estudiantes chinos al mencionado Programa y graduado 3497, de los cuales 3083 son de cursos intensivos de enseñanza de idioma español, 414 de cursos de perfeccionamiento de idioma español y 988 son egresados de carreras universitarias, de los que 755 son en Español, 83 en Pedagogía, 45 en Turismo, 98 en Medicina y 7 en Enfermería. Además de ellos, el actual curso académico cuenta con una matrícula de 856 estudiantes chinos.

Por su parte, estudiantes cubanos se han formado en idioma chino y otras disciplinas en el país asiático apreciándose que, desde su implementación, el programa ha propiciado el intercambio y cooperación entre universidades de Cuba y China en el intercambio de profesores y estudiantes, así como en áreas de formación conjunta e investigación científica que hace que, en la actualidad, 11 profesores cubanos se encuentren laborando en China.

También como resultado del Convenio de Intercambio Educativo habría que añadir el trabajo desplegado por el Instituto Confucio de la Universidad de la Habana que, desde su constitución en el año 2010, ha acogido a más de 1700 estudiantes en su sede y desarrollado múltiples actividades como conferencias, exposiciones, concursos de conocimientos y festivales culturales para promover la lengua y la cultura chinas en nuestro país.

Estudiante china del Programa de Intercambio Educativo. Fotos cortesía de la Embajada de Cuba en China

Resulta oportuno destacar que el sistema de enseñanza cubano se ha extendido a nivel internacional y se prestigia con un Índice en el Desarrollo de la Educación clasificado como Alto, de 0.983, encabezando la región de América Latina y el Caribe, según señala el informe mundial de la UNESCO 2013-2014 “Enseñanza y aprendizaje: Lograr la calidad para todos”. Es importante además, hacer referencia a que aún cuando ya en 1999 Cuba había prácticamente alcanzado los objetivos de la Educación Para Todos, declarados por la UNESCO, continuó sus significativos avances y constituye el país en el mundo que dedica una mayor parte de su Producto Interno Bruto a la educación, con un 13 %.

Compartir la intensa y emotiva experiencia que vivieron esos jóvenes chinos que supieron reducir las enormes distancias geográficas para acercarse al corazón y al alma de los cubanos es un merecido homenaje a ellos y un reconocimiento a su trayectoria durante estos 50 años. No se puede hablar de las relaciones bilaterales sin mencionar el fértil intercambio educativo entre Cuba y China durante más de medio siglo.