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2015-March-19 15:49

Tongren es mucho más que la montaña Fanjing

Por WU MEILING
 

“Tongren es la ciudad con la belleza más pura de la actual China”, comentó Jia Ping´ao, reconocido escritor chino, después de su visita a la ciudad de Tongren, provincia de Guizhou.

Wu Xiaoli, reconocida periodista y conductora de televisión, quien es la imagen de la campaña de promoción cultural de la montaña Fanjing, ubicada en Tong-ren, describió a la montaña como un “santuario budista” y a la ciudad como un “oasis de paz”.

Vista nocturna de la ciudad de Tongren.

Montaña Fanjing y ciudad de Tongren

En el mapa de China se ve una cordillera denominada Wuling, cuya extensión es de alrededor de 100 mil km2, que atraviesa tres provincias y una ciudad subordinada directamente al Gobierno central. Estas son las provincias de Guizhou, Hunan y Hubei, y la ciudad de Chongqing, respectivamente. La montaña Fanjing es el pico principal de la cordillera Wuling. Junto a la montaña Zhangjiajie, ubicada también en la cordillera, pero en la provincia de Hunan, constituyen dos famosos puntos de interés que, se cree, sirvieron como dos alojamientos de los dioses inmortales durante su estancia temporal en el mundo humano. A los dos lados de la montaña Fanjing están los distritos y poblados bajo la jurisdicción de Tongren, una de las ciudades más jóvenes de China.

No es de extrañar que se hable más sobre la montaña Fanjing que sobre la ciudad de Tongren. En realidad, el río Jinjiang, el principal de Tongren, nace en el fondo de la selva de la montaña Fanjing, compuesto por dos corrientes que al comienzo zigzaguean por los montes elevados y luego, convergen dándole a Tongren un paisaje de espléndida hermosura.

Conocida como la puerta oriental de la provincia de Guizhou, Tongren ocupa desde la antigüedad el núcleo de comunicación que conecta la zona del suroeste con la región central de China. Según documentos históricos, un grupo de bárbaros que se trasladaban desde la cuenca del río Amarillo fueron los primeros habitantes de aquí, que después de haber intentado invadir el sur del río Yangtsé, fueron derrotados. Así que se retiraron primero al lago Dongting, situado en la provincia de Hunan, luego siguieron escapando hasta establecerse en la actual Tongren. A partir de entonces, esta tierra, aún habitada, se mantuvo cerrada a la influencia foránea. Con el transcurso del tiempo, en el régimen administrativo nacional, este lugar siempre quedaba en un nivel inferior y de dominio variado, que a veces estaba subordinado a la provincia de Hubei y, en otras, se encontraba bajo el control de la ciudad de Chongqing. En los registros oficiales, fue una tierra salvaje y solitaria que disponía de una fisonomía geográfica primitiva y costumbres locales misteriosas.

La dinastía Ming (1368-1644) es una época que merece ser recordada para Tongren porque en aquel entonces, o más exactamente en el año 1413, el Gobierno Ming decidió instituir un municipio aquí, embrión de la actual ciudad de Tongren.

El nombre de Tongren viene de una leyenda. Se dice que, años antes de la fundación de la dinastía Ming, un pescador buceó una vez hasta el fondo del río Jinjiang, y al pie de una gigantesca roca erguida en la confluencia de dos corrientes encontró tres estatuas de cobre que eran las de Confucio, Shakyamuni y Lao Zi, es decir, los fundadores del confucionismo, el budismo y el taoísmo, respectivamente. Cuando Tian Zai, primer alcalde nombrado por el Gobierno Ming para que dirigiera este lugar, se enteró de la anécdota, consideró que era una bendición celestial ya que la educación en las doctrinas confucionista, budista y taoísta iba a cambiar esta tierra marginal y hacer dócil al pueblo. Por eso, le puso el nombre de “Tongren” a su nueva jurisdicción –Tong significa ‘cobre’ y Ren, ‘benevolencia’-. Desde entonces, esta tierra bárbara se transformó hasta ser el “municipio de miles de familias” y un “puesto estratégico del este de Guizhou”. En los documentos históricos se enfatiza, sobre todo, que es una localidad con “una belleza predominante entre todos los pueblos de la provincia de Guizhou”.

Hoy en día, sigue en pie esa gigantesca roca, parecida a un sabio viejo que ha testimoniado los cambios en Tongren, narrando a los visitantes el pasado de este paraje idílico.

La ciudad de Tongren ha promovido varias rutas turísticas como, por ejemplo, la peregrinación a la montaña Fanjing, la visita al bosque de piedra y el baño en fuentes termales, etc. La montaña Fanjing y el río Wujiang se han convertido en los iconos de la ciudad de Tongren.

Rocas de la Seta cubiertas por nubes y neblina.
 

El río Wujiang, una obra de arte

Nacido en la cordillera Wumeng, el río Wujiang granjeó así su nombre. Pero según otra leyenda, un anciano de apellido Wu salvó a un dragón negro y éste, en reciprocidad por su bondad, excavó un río. Tras un recorrido de 1050 km, el río Wujiang converge con el río Yangtsé en Fuling, ciudad de Chongqing. Con un caudal sólo inferior al del río Yangtsé y el río Amarillo, el Wujiang es el principal río de la provincia de Guizhou y la cuna de las diversas culturas folclóricas a sus dos orillas.

El río Wujiang se caracteriza por tener un estrecho lecho durante todo su curso. El tramo más ancho mide 300 m y, el más angosto, 50 m. Además, el fondo del río experimenta altibajos frecuentes, con una diferencia de altura que llega a 2223,5 m. Desde su origen en la cordillera de Wumeng, el río Wujiang recorre un curso tambaleante y lleno de vicisitudes, pero en el transcurso de miles de años en los que ha habido tiempos de paz y de guerra, siempre ha hidratado y mantenido a los pueblos que habitan en su curso. Sobre todo, al pueblo de la etnia tujia que vivía en las montañas a orillas del río. Este pueblo logró crear y conservar su civilización intacta.

Por eso, además de un río natural, Wujiang funciona más como el símbolo espiritual de la localidad. Su significado para Guizhou puede competir con el del río Amarillo para China, y el del Nilo para Egipto. En la historia más cercana, la victoria lograda por el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos de China al cruzar forzosamente su corriente impetuosa hace que el río Wujiang haya ganado fama a nivel nacional. Hoy las dos orillas del río son conocidas como la galería de pinturas de la naturaleza, gracias a su paisaje, pero también por la historia y la civilización que allí se desenvolvieron.

En el territorio de la provincia de Guizhou, el tramo del río Wujiang mide 745 km, y en el distrito de Yanhe, es de 132 km. En ese trayecto, el río recorre cinco valles y cada uno presenta un paisaje muy peculiar.

La provincia de Guizhou pertenece a la región montañosa, por eso en su territorio el paso del río es muy irregular, pero especialmente hermoso. El tramo del río considerado el más bello es aquel que pasa por el valle Lizhixia que está a 10 km del distrito de Yanhe. El valle se caracteriza por la corriente zigzagueante y violenta, por los picos y rocas en formas extrañas, el denso bosque de bambú, las caídas del agua y, sobre todo, por la antigua pasarela de madera que asciende y desciende según el río, muy parecida a un pentagrama que flota sobre el agua.

Garganta del río Wujiang.

Sinan, urbe construida sobre escaleras

En su recorrido turístico por el río Wujiang, uno no puede dejar de ir a Sinan, antigua y hermosa urbe montañosa que el río lleva en su seno, al igual que a las misteriosas y brillantes civilizaciones Ba, Chu y Yelang que nacieron aquí. El poblado se construyó según la montaña situada a la orilla del río, por eso tiene la forma de terrazas de seis niveles, lo que la hizo ganarse la reputación de “ciudad de escaleras”. Gracias a un diseño que guarda armonía con la condición geográfica y las antiguas arquitecturas bien distribuidas, la urbe siempre proporciona una vista estupenda, aunque sea observada desde ángulos diferentes.

Es un poblado con más de 1800 años de historia. En la calle Anhua, la más vieja de Sinan, están los principales edificios antiguos como el templo Yong-xiang, el almacén salinero de la familia Zhou, el templo Wang-ye, etc. Según Zhou Yehong, dueño de la sexta generación del almacén salinero de la familia Zhou, había en total más de 70 comercios de sal durante las dinastías Ming y Qing, pero sólo el de su familia ha logrado conservar la fisonomía original.

Un bosque de piedras que se extiende por tres colinas es otro famoso punto de interés de Sinan. A lo largo de 4,9 km2, las formaciones de rocas karst continuas resultan muy valiosas tanto para los turistas como para los científicos. Las piedras tienen formas muy diversas, por ejemplo, algunas se parecen a agujas, espadas, castillos, entre otras, revelando los diferentes estados de erosión de las rocas y testimoniando las transformaciones geológicas que han ocurrido en la cuenca del río Wujiang. La roca más sorprendente es una muy similar a cinco flores de loto pegadas.

Peregrinación por la montaña Fanjing

Hace unos 1000 o 1400 millones de años, por efecto de un proceso de alteración de la corteza terrestre, se elevó una montaña con una extensión de más de 350 km. Más tarde, y debido a una serie de movimientos de la corteza en la era mesozoica y la cenozoica, finalmente apareció la actual montaña Fanjing, que es la altura máxima de la provincia de Guizhou y el pico principal de la cordillera Wuling. Dotada de un extraordinario ambiente ecológico, la montaña es hábitat y refugio de muchas especies raras de fauna como el mono dorado, el tigre del sur de China, el gato de algalia; y también de flora como el gingko, el tejo chino, la davidia, etc.

Arroyo Yamu de la montaña Fanjing.

 

A partir de la dinastía Song del Sur hace 1000 años atrás, en la cima de la montaña se comenzó a edificar un conjunto arquitectónico de templos para el buda Maitreya. En la cima de la montaña coronada por la niebla, en medio de una atmósfera divina, los visitantes se sienten más cerca al mundo budista.

Al pie de la montaña, siempre hay vendedores de impermeables. Aunque haya lluvia o no, los lugareños siempre van a recomendar a los turistas que lleven uno consigo. Puede ser que recién al bajar del funicular, el turista se de cuenta de que hay niebla y llovizna. Con una visión que no alcanza más allá de un metro, la subida es escalofriante y estimulante, y generalmente es necesario usar las manos y los pies. De vez en cuando, si uno mira hacia sus pies, entre la fisura de las nubes, se ve el precipicio tan profundo que la vista no alcanza el fondo.

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