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2014-March-14 16:03

Diqing, un lugar para admirar en la meseta

Por WU MEILING y LI ZHUOXI

Danzando al pie de la montaña nevada Meili.

 

EN lo más profundo de las montañas nevadas de la meseta Qinghai-Tíbet, hay un lugar de buen agüero, compuesto por terreros bajos y herbosos, montañas grandiosas y valles profundos, conocido mundialmente como Shangri-La, pero cuyo otro nombre es la prefectura autónoma de la etnia tibetana de Diqing (Dechen).

Diqing es la única prefectura autónoma de la etnia tibetana en la provincia de Yunnan. Muchos dicen que Diqing es un óleo de Dios pintado en la juntura de la meseta Yunnan-Guizhou y la meseta Qinghai-Tíbet, porque cuenta con una larga historia, peculiares formaciones terrestres, misteriosas religiones y diversas minorías étnicas.

Las reliquias de la edad neolítica de Gedeng, en el distrito de Weixi, dan testimonio de la vida humana hace 7000 años. Las pizarras inscritas de-senterradas en la región revelan una civilización floreciente que se remonta a 2400 años atrás.

Situada en la antigua Ruta del Té y los Caballos, también conocida como la Ruta de la Seda del Sur, Diqing es un punto de unión para los intercambios entre el este y oeste, y el norte y sur de China. Además de los tibetanos, que representan un tercio de la población local, es el hogar de más de 25 comunidades étnicas, incluidos los lisu, los naxi y los bai. Todos ellos viven en armonía, manteniendo cada uno sus respectivas culturas, que han convivido y se han desarrollado, conjuntamente, desde la antigüedad hasta estas últimas generaciones.

El Monasterio Ganden Sumtseling, el Monasterio Dondrup Ling y las pictografías de Dongba son algunas de las manifestaciones más representativas de las diversas y misteriosas tradiciones populares de Diqing, que añaden brillo al panorama de la región.

Diqing permaneció desconocida para el mundo hasta 1933, cuando el escritor inglés James Hilton escribió Horizontes perdidos (Lost Horizon), el cual describe un valle aislado pero placentero llamado Shangri-La, donde los residentes de diferentes orígenes étnicos viven en paz y disfrutan de la longevidad. La novela fue llevada al cine en 1937 y la canción titulada Bonito Shangri-La se popularizó por el mundo.


Se pensaba que Shangri-La en el libro era un lugar imaginario. La ubicación exacta no pudo ser identificada, aunque un número de países han afirmado que se encuentra en su territorio. Luego de 60 años de investigación, sin embargo, se han aportado pruebas suficientes de que Diqing no es otro que el mismo Shangri-La.

El inglés “Shangri-La” parece que tiene su origen en el dialecto tibetano hablado en Zhongdian, capital de Diqing. En la lengua tibetana, la palabra significa “la luna en el corazón”. Por otra parte, el folclore y el entorno natural representados en la novela tienen un gran parecido con Zhongdian. En 2001, la región cambió, oficialmente, su nombre por el de Shangri-La.

Diqing cuenta con una amplia diversidad de formaciones terrestres —montañas, lagos, glaciares, salinas, praderas— y zonas climáticas, debido a su situación geográfica peculiar, estructuras geológicas complejas y las diferencias en altitud. La región también es rica en biodiversidad. Casi todas las plantas que crecen en las zonas tropicales, templadas y frías del hemisferio norte se pueden encontrar aquí. La región es valorada, por lo tanto, como un banco de genes botánicos del país.

El Monasterio Ganden Sumtseling


Shangri-La está a unos 200 km de Lijiang, una antigua ciudad habitada por los naxi. Hacia el norte de Lijiang, el paisaje cambia drásticamente con el aumento de la altitud. La imagen de las flores silvestres bañadas por un sol glorioso y de las vacas y ovejas que pastan en los prados aligera el corazón.

Ningún visitante de Shangri-La puede perderse el Monasterio Ganden Sumtseling, el alma de Diqing. Construido en 1679 por orden del V Dalai Lama tras un augurio, es el mayor santuario budista tibetano en la provincia de Yunnan. A lo largo de una colina, este majestuoso complejo, con sus techos altísimos de tejas de bronce dorado que brillan bajo el sol, y sus paredes de color bermellón, ventanas y cortinas negras que contrastan con un claro cielo azul, evoca un aura celestial. Este diseño le ha valido el nombre de “pequeño Palacio Potala”.

Monasterio Ganden Sumtseling.

 

Ganden Sumtseling fue significativo para el VII Dalai Lama Kelzang Gyatso. Antes de su fallecimiento, el VI Dalai Lama Tsangyang Gyasto (1683-1708) predijo: “La grulla blanca no se quedará lejos. Algún día regresará desde Litang”. En efecto, se constató que su encarnado sucesor había nacido en Litang, ahora un condado de la provincia de Sichuan.

Por desgracia, la vida del niño se vio amenazada por un líder del clan mongol, que había fingido una reencarnación para obtener beneficios políticos. Los monjes tuvieron que refugiar al verdadero sucesor en el Monasterio Ganden Sumtseling. Al llegar a Shangri-La proclamó: “Esta es la tierra con la que he estado soñando, ciertamente he sido bendecido de ver esta tierra por mí mismo”. Años más tarde, fue reconocido por el emperador Kangxi de la dinastía Qing como la reencarnación genuina, y se convirtió, formalmente, en el VII Dalai Lama.

Las estatuas de bronce de los V y VII Dalai Lamas están consagradas en los pasillos delanteros y posteriores. Fueron sus contribuciones las que desarrollaron la lamasería en el más importante templo budista tibetano en Yunnan.

Ganden Sumtseling no solo cuenta con una arquitectura imponente, sino también con una gran colección de antigüedades, como las ocho figuras de oro chapado de Sakyamuni, realizadas en el período de los V y VII Dalai Lamas, manuscritos en hojas de palma y lámparas de mantequilla de oro.

Paisaje otoñal.

 

La montaña nevada Meili (Minling)


El libro Horizontes perdidos presenta un ambiente tranquilo donde los cañones son abrazados por las montañas nevadas y un pico nevado en forma de pirámide. Kawagarbo, la cumbre de la montaña nevada Meili, es aquel pico descrito en la novela.



Las montañas cubiertas de nieve son algunos de los principales atractivos de Diqing. Además de Meili, otras montañas nevadas conocidas en esta región son Baimang, Haba y Balagengzong. Kawagarbo, el pico más alto de Meili, es una de las ocho montañas sagradas del budismo tibetano y es el más misterioso y formidable. En los últimos años, muchos alpinistas y exploradores se han esforzado por alcanzar su cima, pero ninguno ha tenido éxito.

Feilaisi, un pueblo tranquilo al pie de la montaña, recibe ahora a visitantes de China y del extranjero. Desde el pueblo se puede observar la montaña, justo frente a uno. Con su pureza y magnificencia, la montaña parece la morada de los seres celestiales.


La montaña nevada Meili es también conocida como el Príncipe de la Montaña Nevada. El escritor francés Mader Davis fue el primero en utilizar el nombre de Meili en su libro Yunnan, de 1908. La imponente cadena montañosa se extiende de norte a sur. Meili es el nombre de la parte norte, mientras que la parte central y sur se llaman Príncipe y Biluo. Meili, sin embargo, se refiere, por lo general, a las secciones norte y central.

La cordillera se compone de más de 100 picos, de los cuales 27 se sitúan a más de 4000 msnm, 20 a más de 5000 msnm y 6 a más de 6000 msnm. Con una altura de 6740 msnm, Kawagarbo es el punto más alto de la provincia de Yunnan. Está rodeado de 12 picos menores, pero no menos imponentes. Forman un grupo de montañas llamado “Los 13 picos del príncipe”.

Kawagarbo significa “montaña blanca de nieve” en tibetano. Según dicen, es la transfiguración de un demonio con nueve cabezas y 18 brazos. Iluminado por Padmasambhava, el demonio se unió al budismo y se convirtió en uno de los guardianes del rey Gesar y la Tierra Pura.

Cada año, desde finales de otoño hasta principios de invierno, miles de peregrinos tibetanos caminan alrededor del pico para rendir un homenaje. Cantan escrituras, expresan su reverencia a los espíritus sagrados y manifiestan sus mejores deseos para toda la vida.

Meili se ve mejor desde el pueblo de Feilaisi. De pie, a la intemperie, “Los 13 picos del príncipe” se alinean frente a nuestros ojos. De todos ellos, la encantadora cima Miancimu es considerada como la esposa de Kawagarbo.

Debajo del pico Kawagarbo, los circos (huecos en forma de cuenco empinados en los extremos superiores de un valle de montañas) y los glaciares serpentean como enormes dragones blancos. El glaciar Mingyong, de 8 km de largo y 500 m de ancho, es el más espectacular, ondulando hacia abajo desde una altura de 5500 msnm hasta a la zona de bosque, en torno a los 2700 msnm. Es raro encontrar glaciares permanentes en tales latitudes bajas, donde el clima templado es comparativamente leve.

En el lado sur del Kawagarbo está la fabulosa cascada Yubeng, cuyas aguas son consideras sagradas por los tibetanos. Debido a la caída desde una impresionante altura de 1000 metros, la cascada produce un flujo torrencial de agua que salpica en la roca escarpada, lo que produce una niebla densa y espléndidos arcos iris en los días soleados.


El parque nacional Potatso


Potatso es el primer parque nacional de la parte continental de China. En tibetano, el nombre significa “lago que ayuda a todas las criaturas vivientes que sufren para llegar a la otra orilla del mar de la amargura”. Situado en el centro de los Tres Ríos Paralelos, patrimonio natural de la humanidad, el parque destaca por su paisaje sublime, su rica fauna y muchos lugares de interés cultural.

El parque nacional Potatso incluye el lago Shudu en el norte, el lago Bitahai en el sur, el pueblo de Luorong en el centro, y una gran extensión de prado alpino al lado de bosques primitivos. Estos cuatro espacios escénicos están unidos por una carretera ecológica con forma de número 8, de 69 km de largo.

Shudu es una palabra tibetana. “Shu” se refiere a yogur y queso, mientras que “du” significa recoger. Juntas indican que esta tierra es abundante en agua y pasto, que los residentes crían grandes manadas de animales y que, por tanto, gozan de una vida abundante.

Uno puede pasear a lo largo de un camino de 2,7 km alrededor del lago Shudu para disfrutar de los hermosos paisajes (agua clara por un lado, una densa selva virgen por el otro). Tan azul como un zafiro, el lago atrae a una gran variedad de patos silvestres. En el agua límpida, nada un pez de color dorado que se encuentra solo en Shangri-La. La abundante fauna habita en el bosque, incluyendo el ciervo almizclero, el oso, el leopardo, el gato dorado asiático y diversas especies de aves.

Bitahai en tibetano significa “un lugar cubierto de hojas de roble caídas”. El lago Bitahai es el lago de erosión glacial más famoso de la meseta Qinghai-Tíbet.

Los visitantes pueden pasear a lo largo del camino de 4,2 km por la costa o tomar un barco para hacer un tour marítimo. El lago posee una gran fauna y recursos pesqueros. Varias especies de plantas flotan en el agua, convirtiendo al lago en un jardín botánico acuático. Bancos de peces labio nadan alrededor de nuestro barco. Se trata de una especie primitiva que se remonta a la Edad de Hielo, hace 2,5 millones de años. Este pez con tres labios se encuentra solo en el lago Bitahai.

Pradera en primavera.

 

Baishuitai, una cascada congelada

Baishuitai, otra famosa atracción turística, se encuentra en la aldea de Baidi, a 100 km de Shangri-La. Desde lejos, Baishuitai parece una cascada de muchas capas. Al examinarlo más detalladamente, encontrará que se trata de una terraza de piedra caliza.

A través de la descomposición causada por la luz solar, el bicarbonato de calcio, en el agua, se descompone en carbonato de calcio. Mediante la deposición, la solidificación y la cristalización durante más de 200.000 a 300.000 años, los minerales en el agua se acumularon hasta formar una terraza, como el carburo con fisonomía de mármol blanco.

Baishuitai es la cuna de los naxi y de su religión dongba. Este grupo étnico minoritario ha vivido en la región hace 20.000 años, donde ha dejado pinturas rupestres que muestran la formación de los jeroglíficos dongba. La leyenda cuenta que el fundador de la religión dongba se sintió atraído por la belleza de Baishuitai, y se instaló aquí para predicar. También en una cueva de la montaña meditaba el líder religioso de segunda generación.

La Garganta del Salto del Tigre

El río Jinsha fluye abajo, al lado de los ríos Lancang y Nujiang, desde su fuente, el monte Tanggula, en la meseta Qinghai-Tíbet. En Lijiang (Yunnan), sin embargo, el Jinsha se desvía de los demás y se vuelve hacia el este. A continuación, pasa entre una pareja de enormes proporciones —las montañas nevadas Yulong y Haba— desatando toda su energía para crear uno de los cañones más profundos del mundo, la Garganta del Salto del Tigre.

El paisaje a ambos lados de la Garganta del Salto del Tigre es realmente impresionante. Picos escarpados se alinean en las cercanías, en ambas orillas, y en muchos puntos la imagen del cielo se reduce a una ranura estrecha.

La garganta se divide en tres segmentos: superior, medio e inferior. La primera sección es la más estrecha, con todo el río confinado a una anchura de 20 metros. En medio del agua se eleva un monolito de 13 metros de altura. La tradición señala que un tigre utiliza esta piedra como un trampolín para saltar al otro lado del río (así fue como el desfiladero obtuvo su nombre). En la época de lluvias, el río rebasa la roca y forma una cascada, mientras que en la estación seca la roca divide el agua que fluye.

El río Jinsha representa la parte alta del río Yangtsé, que atraviesa 11 provincias y municipalidades. El Yangtsé, el río más largo de China y tercero del mundo, es la cuna de la civilización china, junto con el río Amarillo.

Los visitantes no deben perderse la antigua ciudad de Dukezong antes de irse de Shangri-La. Establecida durante la dinastía Tang (618-907), la ciudad es el bloque arquitectónico de hogares tibetanos más grande y mejor conservado del Tíbet.



Más de mil casas se lucen desde el monte Tortuga en el centro. Muchas son de estilo tibetano distintivo, cuentan con paredes blancas, techos de madera y tallados de madera muy coloridos. El resto combina el estilo tibetano y elementos arquitectónicos de los naxi en diseños que recuerdan una carpa gigante. La ciudad es ideal para encontrar gangas de souvenirs en auténticas especialidades tibetanas.


Por desgracia, un incendio, en enero de este 2014, destruyó gran parte de las estructuras antiguas de la ciudad.