Inmortal Zhangjiajie
Por WU MEILING
Los visitantes de Zhangjiajie, en la provincia de Hunan, acuden a menudo a sus terrenos montañosos en búsqueda de una belleza extraordinaria comparable con la divina. El paisaje es muy impresionante para ser algo del mundo terrestre. Algunas personas atribuyen sus bellísimos paisajes a su localización oculta en el centro de China, por donde cruzan los 110° de longitud este y los 30° de latitud norte, las demarcaciones del este y oeste, norte y sur de China, respectivamente.
Estas dos líneas invisibles enlazan una serie de misterios y también algunas de las maravillas del mundo. La famosa Ruta Meridiana construida en la dinastía Qin (221-206 a.C.) parte de los 110° de longitud este, y a lo largo de los 30° de latitud norte se encuentran las pirámides de Egipto, el Triángulo de las Bermudas, el Desierto del Sahara, el Cañón del Yarlung Zangbo, las montañas nevadas Meili y las ruinas de la civilización perdida de Sanxingdui.
En esta caminata de estrellas, el esplendor histórico e importancia científica de Zhangjiajie, con su paisaje peculiar, está bien justificado.
Congelados en las rocas
Zhangjiajie se hizo famoso en julio de 1970, cuando un equipo de arqueólogos de la Academia China de Ciencias desenterró dos fósiles de una nueva especie de dinosaurios perfectamente conservados. Se trataba del lotosaurus adcentus zhang, una especie de tecodontes que vivieron hace más de 200 millones de años. Son pequeños -3,2 m de largo y 1,3 m de alto- y “sin dientes” -sus dientes estaban, en realidad, insertados en alvéolos de las mandíbulas. Además de estos dinosaurios, hay un enorme depósito de otras criaturas fosilizadas en Zhangjiajie, incluidos pandas gigantes, stegodon, rinocerontes y tapires gigantes. Los fósiles constituyen también un espectáculo en común de las montañas y los ríos locales, demostrando un período de drásticos movimientos de las placas tectónicas que reconfiguraron los continentes de nuestro planeta.
En noviembre de 2010, más de 40 científicos de China y de siete países se reunieron en Zhangjiajie para un seminario internacional sobre la geomorfología e investigación del ecoturismo y eco-parque. Después de realizar estudios en el campo, denominaron a la formación de cuarcita en la región de Zhangjiajie como “relieve de arenisca” y coincidieron en que tiene gran valor turístico y científico.
El encanto de la soledad
La vida de algunos personajes célebres en la historia de China los llevó a Zhangjiajie, sea por las fuerzas externas, por su voluntad, o simplemente atraídos por la belleza y la soledad del lugar. Entre ellos se encuentra Zhang Liang (250-186 a.C.), un estratega que dirigió varias victorias militares para el emperador fundador de la dinastía Han del Oeste (206 a.C.-25). Después de que el régimen se estableció, el emperador hizo una purga para consolidar su poder. Alarmado por la muerte del general Han Xin, Zhang Liang renunció a su cargo y se retiró a un pico en Zhangjiajie para practicar el taoísmo. Allí vivió hasta su muerte. La región se convirtió más tarde en un feudo de su familia y de allí ha tomado el nombre de Zhangjiajie, o ‘Territorio de la Familia Zhang”.
Las leyendas sobre Zhangjiajie se remontan mucho más atrás, hasta la era antediluviana. Aquí se encuentra el cementerio de Huan Dou, un líder de la minoría étnica que se exilió en la región después de ser derrotado por el héroe prehistórico Shun. Huan Dou fue considerado el antepasado de los miao, un grupo étnico que vive actualmente en el sur de China, principalmente en la provincia de Hunan.
Un francés aficionado al patinaje en su aventura por la carretera de Tianmen.
Wang Wei (701-761), de la dinastía Tang, escribió una poesía triste sobre la tumba del rey Nanwang (¿?-256 a.C.) erguida sola en el desierto durante miles de años sin el paso de ninguna ave. Las exuberantes montañas de Zhangjiajie fueron el lugar de descanso final del rey Nanwang, quien fue el último gobernante de la dinastía Zhou del Este (770-256 a.C.). Aunque estuvo en el trono durante 59 años, no logró revertir la decadencia de su dinastía y China se vio inmersa en un periodo de división y guerra.
Otra figura asociada con la región es Gui Guzi, un legendario estratega militar, educador y pensador, cuya vida pasó el Período de Primavera y Otoño (770-476 a.C.) y el Período de los Estados Combatientes (475-221 a.C.). Dicen que se retiró a vivir en una cueva tras la cascada en la cumbre Tianmen para estudiar en secreto el Libro de los Cambios. Siglos más tarde, un descubrimiento realizado por un oficial militar retirado agregó otra capa de misterio a Gui Guzi y su estancia en Zhangjiajie. En las décadas de 1980 y 1990, el oficial hizo seis viajes a la cueva y durante una visita vio en una pared de roca un perfil de la cabeza de Gui Guzi, como si el antiguo erudito se hubiese convertido poco a poco en piedra mientras leía.
Aunque no es tan conocido como Confucio, Gui Guzi es muy venerado por su excelencia en la enseñanza en China. Dicen que Confucio tenía 3.000 discípulos, pero pocos se hicieron conocidos por sí mismos. Por el contrario, muchos de los seguidores de Gui Guzi pasaron a determinar el curso de la historia china.
Paisaje urbano de Zhangjiajie. Zhu Jun Las fotos no firmadas son una cortesía del Departamento de Propaganda al Exterior de Zhangjiajie
Entre ellos se encontraban Su Qin (¿?-317 a.C.), un estadista retórico que convenció a seis reinos para formar una coalición a fin de enfrentar el poderoso reino Qin; Zhang Yi (¿?-309 a.C.), un diplomático talentoso que fue primer ministro de Qin durante 11 años; y Sun Bin (¿?-316 a.C.) y Pang Juan (¿?-342 a.C.), buenos amigos quienes se convirtieron en enemigos por la envidia. Según la historia, por envidiar el talento militar de Sun y tener miedo a que su señor lo reemplazara por él, Pang persiguió y encarceló a su amigo y ex compañero de estudio. Después de lograr la liberación, Sun se hizo jefe militar de otro reino y tomó la revancha al emboscar y matar a Pang.
Durante las dinastías Ming y Qing muchos estudiosos llegaron a Zhang-jiajie para buscar una vida retirada siguiendo los ejemplos de Zhang Liang y Gui Guzi.
Piedra y agua
Tomé el ascensor, construido por la ladera de un acantilado vertical, para llegar al punto más alto de la zona paisajística de Wulingyuan, en la ciudad de Zhangjiajie. Al salir del ascensor y pisar tierra firme, me encontré en un lugar de las maravillas salpicadas con picos extraños que penetran en el cielo azul. Las nubes blancas los envuelven como humo y los pinos y cipreses verdes los adornaban como jade.
Compré un billete de tres días de validez. Dudaba si realmente necesitaba tanto tiempo para recorrer la zona, pero cuando cayó la noche en el tercer día me di cuenta de que no había sido suficiente para apreciar sus magníficos paisajes. Con sus singulares formaciones naturales, Zhangjiajie merece absolutamente su fama como destino turístico internacional.
Wulingyuan es más conocido por su gran volumen y variedad de pilares de piedra arenisca de cuarzo, que se ven diferentes desde distintos ángulos. Si anhelas apreciar panoramas magníficos, puedes subir más alto para llegar a lugares de interés turístico como Huangshizhai y Yuanjiajie. Si andas buscando una caminata tranquila, puedes serpentear a la orilla del río Jinbian y el valle Shadao. Si buscas emociones fuertes y aventuras, puedes ir a Yaozizhai, donde los altos acantilados te ofrecen vistas aterradoras pero excitantes.
Por la preferencia a las actividades más relajadas, opté por hacer un viaje tranquilo a la orilla del río Jinbian. Este río cruza por el bosque, con algunos trayectos suaves, silenciosos y otros rápidos cuya corriente choca contra las rocas y hace que el agua salte al aire. No hay arroyo subterráneo ni depósito para complementar el río, pero nunca se seca ni se ve turbio durante la estación lluviosa. Esto se debe a las plantaciones cercanas que sostienen la fuente de agua. La montaña nutre los árboles y los árboles alimentan el río. Oculto en el bosque, el río Jinbian está bajo el cuidado de la madre naturaleza.
Aunque las cumbres que penetran en el cielo constituyen paisajes más representativos de Zhangjiajie, también abundan hermosas aguas como el río Jinbian. Allí se puede tomar un barco para hacer una excursión siguiendo la corriente o pasear en bote por uno de sus lagos plácidos, donde el azul profundo, el verde cristal y el amarillo pálido se pintan armoniosamente y te ofrecen un magnífico banquete visual.
La puerta celestial
Si se pusiera de pie, Tianmen, de 1518,6 m, sería la cumbre más alta de Zhangjiajie. Es conocida por la Cueva Tianmen que perfora todo el cuerpo de la montaña. El agujero se formó cuando una enorme porción de la roca cayó en el año 263 durante el Período de los Tres Reinos. Fue entonces cuando se dio a conocer como montaña Tianmen, literalmente Puerta Celestial, nombre otorgado por Sun Xiu, gobernador del reino Wu, ya que creía que el fenómeno era muy auspicioso.
La belleza de la montaña Tianmen no reside solo en sus paisajes únicos sino que contiene varios misterios que fascinan a los visitantes. Los lugareños afirman que la Puerta Celestial cambia gradualmente su dirección con el tiempo. Además, la pared izquierda de la cueva permanece seca incluso en días de tormentas de lluvia, pero en la estación seca pueden de repente salir torrentes de agua hasta formar una cascada magnífica y sonora, cuya caída puede ser mayor que el Salto del Ángel, en Venezuela. Esta maravilla es rara y sólo dura entre 15 y 45 minutos, por lo que cada vez que aparece toda la ciudad se agolpa en la montaña para verla.
Una maravilla permanente de la Puerta Celestial es la fuente Ling-quan, cuya agua se estremece y el viento rocía cuando cae desde la cima oriental de la cueva. Según dicen, si coges en tu boca 48 gotas de agua de la cascada de la fuente Lingquan, tomarás el primer lugar en el examen imperial.
A la Puerta Celestial se puede llegar por una carretera recién construida, que asciende desde una altitud de 200 m hasta el pico de 1.300 m de alto, después de hacer 99 vueltas, o, alternativamente, por un teleférico de 7.455 m de longitud y 1.279 m de altura.
La belleza natural de la montaña Tianmen atrajo la atención de Mei Shuaiyuan, pionero de espectáculos al aire libre con paisajes naturales como escenarios para mostrar la cultura y las tradiciones locales. En menos de dos años, creó el drama de gran envergadura de cantos y danzas La Hada Zorra de la Puerta Celestial. Usando extrañas formaciones rocosas y pintorescos valles de la montaña como telón de fondo, el espectáculo da vida a un cuento popular local sobre el amor prohibido entre la hada zorra y un leñador.