Por XIE GANG
Por XIE GANG
Un pescador del período Taiyuan (dentro de la dinastía Jin del Este) es el personaje que inesperadamente descubre el lugar sobrenatural descrito en El manantial de los melocotoneros en flor. Tras remar más lejos que de costumbre a lo largo del río, llega a un bosque de melocotoneros en flor cuyos resplandecientes pétalos están esparcidos por las aterciopeladas orillas a lo largo de varios cientos de metros. Intrigado por saber a qué lugar ha ido a parar, sigue remando para ver dónde le lleva el río. Tras descubrir que la fuente del río se encuentra al final del bosque de melocotoneros, encuentra una cueva al pie de la montaña. La entrada es tan estrecha que apenas puede avanzar, pero poco después se ensancha para desvelar un amplio, vasto lugar de bellas casas, frondosos campos de cultivo, límpidas albercas y exuberantes moreras, bambúes y sauces. Los caminos atraviesan los campos en todas las direcciones y la cacofonía de pollos, perros y cerdos acompaña a los lugareños mientras trabajan felizmente y los abuelos y los nietos se hacen compañía en casa.
Desde entonces hay gente que ha buscado el lugar que Tao Yuanming describe en este poema, pero no existe consenso sobre dónde se encuentra. Algunos dicen que se trata de la cueva de los melocotoneros en flor de la provincia de Hunan, otros creen que se encuentra a los pies de la montaña Shangshan, cerca de la ciudad de Shangluo, provincia de Shaanxi. Otros lugares utópicos propuestos son el valle de Kangwang en el monte Lushan, provincia de Jiangxi, también Jiande, cerca de Hangzhou (provincia de Zhejiang), Yangshuo, cerca de Guilin (región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi), Huaiji, cerca de Zhaoqing (Guangdong) o la aldea de Bamei, en el distrito de Guangnan (Yunnan). Un hecho que une a todas estas propuestas es que una gruta con melocotoneros en flor es percibida generalmente como un ideal bucólico, particularmente desde la perspectiva contemporánea.
El cielo al final de un túnel de piedra caliza
Cuando visité la aldea de Bamei el año pasado, encontré un lugar bastante parecido al descrito en el poema de Tao Yuanming. El estado impoluto del lugar se debe a su aislamiento. Las formas kársticas del sur de Yunnan aparecen como junglas de bambú que actúan como una barrera entre él y el resto del mundo. El cristalino río Tuoniang, que enlaza la aldea a través de un túnel calcáreo con el pueblo de Fali (al norte) y el pueblo de Tangna (al sur), es la única vía de transporte para abandonar la zona. Rodeado por montañas, ninguna carretera conduce fuera de Bamei, por lo que los botes a remo son el único medio de transporte con el exterior.
El pueblo de Fali es una de las dos vías de acceso a Bamei a través del túnel calcáreo del pausado río Tuoniang. Al llegar a Fali me percaté de la imponente entrada de la gruta rocosa entre las formaciones kársticas, y los botes portando a los pobladores del lugar discurrían paralelamente a lo largo del río bordeado por macizos de bambú. Una vez todo el mundo hubo embarcado las barcazas se dirigieron hacia el túnel. Era un agradable y fresco paseo por el río, mientras avanzábamos iba oscureciendo y el único sonido era el golpeteo de las palas de los remos contra el agua. Conforme nos acercábamos al túnel rememoraba imágenes de El manantial de los melocotoneros en flor. Dos rayos de sol pasaban a través de las grietas de las montañas que había delante (a las cuales los habitantes del lugar llaman tragaluz y es mencionado en la obra de Tao Yuanming), los cuales me sacaron de mi ensoñación. Tuve la sensación de entrar en un túnel que me llevaría atrás en el tiempo, así como a Bamei.
Ante nosotros largas franjas de luz disipaban la oscuridad y entonces aparecieron a la vista las plantas que rodeaban los hogares. Desde la llanura donde se encuentra Bamei, las formaciones kársticas con forma de brotes de bambú parecían doblarse así como el río Tuoniang. Tras los árboles Banyan (más tarde descubrí que es el lugar favorito de los lugareños de todas las edades para sentarse, hablar, refugiarse del sol o solo para relajarse) habían funcionales y sencillas viviendas. Los lugareños trabajaban en los campos, las norias giraban entre los verdes bambúes y otras personas, mayores y jóvenes, caminaban de manera pausada. La escena me trajo a la mente la de la pintura de la dinastía Song El festival Qingming junto al río.
Pueblo Zhuang
Un aldeano llamado Viejo Huang me dijo que todos los habitantes de Bamei son de la minoría étnica zhuang. Durante mi corta estancia encontré que son amables, acogedores y que están por lo general satisfechos con sus vidas, quizás debido a que son autosuficientes y por lo tanto pueden seguir viviendo y trabajando en su pueblo. En otoño es cuando más ocupados están cosechando o recogiendo madera en la montaña. Al igual que muchas minorías étnicas, las mujeres zhuang son fundamentales para la organización y el mantenimiento de toda la familia.
El río Tuoniang es la fuente de la vida de los habitantes del lugar, suministrándoles agua potable, una fuente de irrigación a través de la pintoresca aunque funcional noria y un lugar para bañarse. El Viejo Huang nos contó la leyenda que dio nombre al río. Tuoniang significa “llevar a la madre a hombros”. Hace mucho tiempo, durante un período de guerras continuas, una madre y su hijo de 16 años decidieron tratar de escapar del caos. Al hijo se le ocurrió cargar a su madre en una cesta de bambú y sus pertenencias en otra hasta el lugar donde hoy en día está Bamei. Cuando el torrencial río se cruzó en su camino, la madre del chico le imploró que le dejara saltar al río y que él prosiguiera con la huida. Por supuesto él rehusó y continuó con su batalla a través de las bravas aguas cargando a su madre a hombros. En ese momento, una bella chica zhuang apareció en una barcaza cantando el melodioso estribillo “río verde, verdes montañas, el buen hijo cruza el río cargando a su madre...”. Ella les ayudó a cruzar el torrente y los condujo a un lugar habitado por inmortales. El río se calmó y se volvió cristalino al instante, y desde entonces se le llama Tuoniang.
El río Tuoniang es rico en peces. Los peces no son grandes porque el río se encuentra en una zona kárstica, pero son suculentos y sabrosos. Los aldeanos pescan docenas cada día usando trampas de bambú que disponen cada tarde. La forma preferida de cocinarlo en el lugar es: primero el pescado se deja en adobo y luego se hace un espetón que se pone cerca de las brasas. Otra es, mientras se atiende a la visita, se hierve el pescado fresco con col encurtido, lo cual resulta en una deliciosa sopa.
El ganado deambula libremente en Bamei. Ellos cumplen con una función vital como animales de tiro, ya que el estrecho, poco profundo y rocoso río Tuoniang no es adecuado para la instalación de equipos de generación eléctrica. Las plácidas pero fuertes cabras y los búfalos de agua aran los campos y arrastran los carros de madera, los cuales son el medio de transporte del lugar.
Las gentes de Bamei son diligentes pero saben disfrutar de la vida. Es habitual invitar a los vecinos o visitantes a compartir mesa tras la jornada laboral y compartir con ellos algún plato sabroso de pescado o de cerdo ahumado, alguna especialidad frita o soja regada con una copa de vino de arroz casero. Después de la cena disfrutan de una pipa de agua o toman una taza de té mientras escuchan el canto de los pájaros que están en las ramas de los árboles Banyan.
Consejos
Alojamiento:
Hay varios tipos de alojamientos disponibles, todos con baño. El coste de una habitación simple es de 50 yuanes por noche. Hay cobertura de teléfono móvil, pero no hay acceso a Internet.
Comida:
Hay que pagar un recargo por los platos en las casas de los aldeanos. Todos están hechos con verduras y frutas orgánicas, pollos, patos y cerdos criados libremente así como con pescado, cerdo ahumado y salchichas. Una copa de vino de arroz o de vino de maíz casero es un acompañamiento perfecto.
Transporte:
Se puede viajar por carretera desde el distrito de Guangnan, en la provincia de Yunnan, así como por la autovía Xiaofa desde el distrito de Xilin, en la provincia de Guangxi.
La ruta más cómoda a Bamei es de la autopista Nanning-Kunming al distrito de Guangnan. El pueblo de Fali tiene un centro de atención al turista con zona de aparcamiento y oficina para comprar las entradas. Cada entrada cuesta 30 yuanes. Un billete del autobús que diariamente une la terminal en el este de Kunming hasta Guangnan (en total 462 km) cuesta 104 yuanes. El precio del asiento de los autobuses fleteados que cubren los 43 km entre la sede del distrito de Guangnan hasta Bamei es negociable. También se puede tomar un autobús por 11 yuanes.