De la “gran estancia” al gigante de Asia
Por MATEO HERRERA
Hace unos meses, el uruguayo Daniel Castiglioni se encontraba en una reunión casual con un grupo de chinos. En esas se le acercó uno de ellos y, aplicando una típica forma para romper el hielo, le preguntó a qué se dedicaba en Beijing. Castiglioni le explicó que trabajaba en la importación y venta de carne vacuna uruguaya en China. “Yo de tu país sabía que jugaban al futbol, no que producían carne”, respondió el chino sorprendido.
En efecto, con dos mundiales, el mismo número de Torneos Olímpicos y 15 Copas América, “La Celeste” ha sido una de las selecciones nacionales de balompié más exitosas de toda la historia del deporte. Sin embargo, lo que pocos en China saben es que Uruguay, que cuenta con cuatro cabezas de ganado por cada habitante, es uno de los tres mayores exportadores de carne de res a nivel mundial.
Con una producción de carne vacuna tan vasta en Uruguay y la posibilidad de penetrar en un mercado potencial de 1300 millones de personas, hasta hoy poco conocedor en el tema de la carne, Castiglioni un día decidió dejar todo en su país y probar suerte en China, donde a pesar de que la población ha consumido carne vacuna durante varias décadas, solo hasta ahora se está empezando a sentir el voraz apetito de un dragón deseoso por consumir carne de res jugosa proveniente del exterior.
Un mercado del siglo XXI
Hace unos 20 o 25 años, China estaba cerrada a la importación de carne vacuna extranjera, y el consumo interno se limitaba a la producción que se diera al norte del país, en regiones como Ningxia y Mongolia Interior, donde hay mucho espacio para la crianza del ganado, pero las condiciones no son las más óptimas para garantizar una buena calidad en el producto. Sin embargo, con la llegada del siglo XXI también hubo una mayor apertura comercial y se abrieron las puertas para que otras naciones pudieran exportar carne de excelencia hacia China.
En Uruguay, cada cabeza de ganado cuenta con un espacio personal al aire libre equivalente a dos campos de fútbol.
Al ser los principales productores de carne vacuna a nivel mundial, y dada la proximidad geográfica con China, a principios de este siglo Australia y Nueva Zelanda fueron los primeros países en exportar esta carne al país asiático. A las naciones oceánicas pronto se les sumaron otros países, y fue entonces que millones de chinos comenzaron a desarrollar un gusto por la carne de res “occidental”, consolidando una cultura cárnica y un competitivo mercado local.
“Con el aumento de recursos en China y el incremento del poder adquisitivo de las familias, la gente logró acceder a productos de mayor calidad, como la carne vacuna, que contiene una gran cantidad de proteínas y vitaminas”, asegura Castiglioni. “Aquí en China el crecimiento ha sido impresionante, y de un año a otro he visto que su consumo se ha duplicado, triplicado e incluso quintuplicado”.
Uruguay, una nación con una larga tradición cárnica, fue de los primeros países suramericanos en exportar carne de res a China, razón por la cual Castiglioni lo considera como un “abanderado” en el negocio. Además de que la carne uruguaya es alimentada 100 % a punta de pasto, sin ningún contenido de hormonas ni de antibióticos, cabe destacar que para la nación del Cono Sur fue sencillo obtener los permisos y certificaciones fitosanitarias para la exportación. Esto se dio no solo debido a la alta calidad del producto, sino también al hecho de que ambos países han tenido excelentes relaciones comerciales desde principios de la década de 1980, incluso antes de que Uruguay estableciera lazos diplomáticos con China en 1988.
“Uruguay lleva 10 o 12 años de corrido exportando carne sin ningún tipo de interrupción, y es uno de los únicos países habilitados para exportar tanto carne con hueso como carne sin hueso”, dice Castiglioni. “Hoy, a pesar de que no vive el crecimiento frenético de los primeros años, aún sigue teniendo un incremento interanual de entre 5 y 8 %”.
La carne vacuna de Uruguay recibe buena acogida en China.
Con tan enormes posibilidades de crecimiento en un mercado que hasta ahora solo deja ver la punta del iceberg, no sorprende que el 40 % de la producción cárnica de Uruguay esté destinada a China. De hecho, según cifras de China Meat Association, las 82.698 toneladas que el país suramericano exportó a China en los primeros cinco meses del año lo posicionaron como el principal exportador a nivel mundial de carne de res a China, superando a Brasil (77.641 toneladas) y muy por encima de Australia (47.759 toneladas). “Casi estamos duplicando a Australia”, menciona Castiglioni con emoción. “¡Es una locura!”.
Castibeef: del campo a la mesa
Coincidiendo con la llegada del Año del Gallo, fue precisamente la “locura” que ha estado viviendo China lo que llevó a Castiglioni a establecer un nuevo negocio propio de venta de carne en China con sede en Beijing. A pesar de que durante tres años el montevideano había trabajado como trader de carne de res entre su país y clientes estatales chinos, no podía dejar pasar la oportunidad de montar su propia marca y tienda en un país donde asegura que, a diferencia de la Unión Europea o Estados Unidos, “la máquina es todo el año y cada vez mayor”.
“Castibeef surgió como un intento por traer productos de alta calidad, directamente elegidos por nosotros, tal y como los tenemos en Uruguay, a la mesa del consumidor chino”, sostiene. “Al mismo tiempo, queríamos apuntarle a educar a los consumidores chinos, con miras a que entiendan cuál es la diferencia entre un producto de calidad y un producto regular”.
Daniel Castiglioni posa junto a sus socios Santiago Tobón y Tina Wang. Fotos cortesía de Castibeef
Lo que había comenzado como una prueba surtió efecto y Castiglioni, asociándose con el colombiano Santiago Tobón y la china Tina Wang, pronto montó una oficina y un centro de distribución en la capital china. Así, el producto, que después de 45 días de despacho arriba por flete marítimo al puerto de Tianjin, no pasa por ningún intermediario que pueda comprometer la cadena de frío, poner en riesgo su calidad, o de alguna manera evitar que se cumplan los requisitos sanitarios.
Gracias a la efectividad de las redes sociales, pero sobre todo a la comunicación boca a boca, en los cinco meses de su puesta en marcha la pequeña empresa ha tenido un alto crecimiento mes a mes, sobre todo gracias a las generaciones más jóvenes de chinos. Además, hace un par de meses las ventas se extendieron a restaurantes y ahora incluso es posible realizar pedidos a través de tiendas virtuales en WeChat y Taobao.
“La gente está en una faceta de conocimiento, pero lo más importante ha sido que los clientes que prueban el producto repiten la compra, que es lo que a nosotros nos interesa”, asegura Castiglioni. “Asimismo, tratamos de que el crecimiento sea controlado, para que no se pierdan ni el servicio de atención al cliente ni la calidad del producto”.
Lograr que toda China consuma carne es un objetivo muy difícil de alcanzar, especialmente si se trata de carne extranjera. Pero poco a poco se ha visto que la población está conociendo los productos cárnicos de ultramar y volviéndose más exigente con la calidad de estos. En este sentido, Daniel Castiglioni y sus socios quieren posicionarse como una marca uruguaya referente en este proceso y lograr que, con la misma pasión con la que animan a Diego Forlán y a Luis Suárez en las canchas, los chinos griten con gusto: “¡Esta es la mejor carne que he probado en mi vida!”.