El reto de enseñar salsa en China
Por ABEL ROSALES GINARTE
Casa de David es una escuela que enseña ritmos latinos en China. La elevada técnica de su creador, Huo Yaofei (David en español), la ha convertido en una de las instituciones de referencia en el país cuando de cultura latina se trata. Teniendo en cuenta el desarrollo acelerado de China y en su búsqueda constante por perfeccionar y desarrollar la proyección internacional de su escuela, David ha contratado a dos bailarines profesionales.
La experiencia del cubano Greisier Machado antes de llegar a China le ayudó a enseñar y compartir sus experiencias con mayor facilidad en el dragón asiático. “Si bien en un primer momento parece que los chinos no van a aprender nada, poco a poco se van conectando con nuestra cultura. Luego se comunican más hasta el momento en el que todos quieren ir a Cuba y quieren bailar como nosotros”.
Machado estudió el nivel elemental de danza en la Escuela Vocacional de Arte Olga Alonso, en la central provincia cubana de Santa Clara. Luego continuó en la Escuela Nacional de Arte en La Habana. Se graduó en el curso 2007-2008. Luego trabajó cinco años en la compañía de danza contemporánea Danza del Alma impartiendo clases y bailando. La Compañía Danza del Alma fue creada por su director, Ernesto Alejo Sosa, el 15 de noviembre de 1995.
Los bailarines cubanos junto al fundador de Casa de David.
“Tan felices como los cubanos”
Casa de David es la única escuela de danza latina en China que ha recibido un reconocimiento de la Embajada de Cuba. Mantiene un profundo intercambio cultural con el Ministerio de Cultura y el Instituto Superior de Arte, la Universidad de las Artes en Cuba. Fue fundada en 2004 por Huo Yaofei, el primer asiático que ganó un campeonato internacional de salsa. “Al llegar a Cuba descubrí el verdadero atractivo de la salsa, como música y como baile. Visité otros países latinoamericanos también, pero a mí me parece que la raíz de la salsa está en Cuba”, explica David.
Después de 18 años de experiencia, David y su hermana Fengqiao lideran la enseñanza de los bailes latinos en China. En películas y series de televisión han supervisado la labor de los bailarines y han compartido sus conocimientos como invitados en concursos y representaciones artísticas en Estados Unidos, Cuba, México, Alemania, Corea del Sur, entre otros países.
Para mantener la esencia del baile latino, además de realizar profundas investigaciones sobre el tema, David ha estudiado danza folclórica cubana. De esos intercambios nació la necesidad de tener a bailarines cubanos en su escuela en Beijing. Más que dar clases de salsa, su escuela promueve la cultura latinoamericana en China.
“Me gusta la salsa y me gusta Cuba. A mucha gente le pasa igual, pero el amor depende de lo que haces y la salsa es toda mi vida. En el futuro seguiré promocionando la salsa en China. Cuba y China tienen diferentes culturas, pero para mí los cubanos son especiales. Hay cosas que ellos tienen que a los chinos les falta. Por eso quiero que los chinos aprendan a bailar salsa, hagan ejercicios, se sientan tan felices como los cubanos. En esta época lo necesitamos. Lo más importante no es ver, sino apropiarse de algo y por eso he aprendido a bailar salsa”, concluye David.
Casa de David enseña salsa a los niños chinos. Fotos cortesía de Casa de David.
“En otro planeta”
“No regresaría a mi trabajo anterior, pero seguir en la compañía de David siempre será una buena opción”, defiende Machado con una sonrisa. Después del impacto de los primeros tiempos en los que resultó difícil adaptarse a la geografía de Beijing y al metro de la ciudad, se ha comprado su propio medio de transporte que le permite moverse con facilidad.
La gastronomía china es una de las mejores sensaciones. “Me gusta todo lo que he probado de la comida china”. Pero el mayor impacto ha sido enseñar salsa a los niños: “Con los niños es más difícil porque quieren jugar. Hay que encontrar una motivación para que se concentren en las clases de salsa. Hay que hacer como magia para que ellos te hagan caso. Les enseñamos salsa, los instrumentos. Tenemos niños que han aprendido bien, especialmente a tocar la tumbadora”.
Casa David se diferencia de otras escuelas de salsa en China porque además de enseñar a bailar también trasmite conocimientos esenciales de la cultura y tradiciones musicales de América Latina. “Enseñamos a tocar las maracas, las tumbadoras para que sepan diferenciar los géneros musicales. Enseñamos la cultura porque esa es la vía para comprender el baile. Muchos chinos saben hacer perfectamente la clave cubana, por ejemplo”. Por cada 20 clases siempre hay niños que repiten. Igual pasa con los adultos. Conectarse con el primer paso de salsa es vital para el desenvolvimiento futuro. Pero la obra de un maestro es enseñar con dedicada pasión a sus pupilos.
Machado obtuvo el primer premio de interpretación masculina y el gran premio en el Concurso Internacional Solamente Sólo en 2009. Realizó giras por diferentes países como Italia, Venezuela, Francia y Colombia participando en eventos y festivales de danzas contemporáneas y folclóricas con excelentes resultados. “Mi última gira fue aquí en Beijing bailando en un grupo cubano”.
La nostalgia por su familia y su tierra no lo dominan, así que el joven cubano vuelca toda su pasión en los escenarios que se abren para él en China. “A veces yo digo que creo que estoy en otro planeta. Cuando voy a las provincias parece que uno es un extraterrestre o un alien”. Gretta Caballero llegó hace pocos meses a China. Es más tímida que Greisier, pero se atreve a decir: “Me gusta China. Antes había visitado Turquía, por eso aquí casi todo lo comparo con aquel país. Pero China es totalmente diferente”.
Juntos crean la combinación perfecta para que Casa de David siga siendo un centro de intercambio y de enseñanza entre China y Cuba. La responsabilidad es enorme, pero cada clase es también una forma de estar cerca de la tierra que los ha visto nacer. Con pasión asumen el reto de enseñar salsa cubana y ritmos latinos en China.