La cultura juvenil del Wenyi Qingnian
Por VERENA MENZEL
Llevar siempre una cámara es un rasgo del Wenyi Qingnian.
Una nueva generación de jóvenes, conocida como los "post 80" o "post 90", ha crecido y se hace sentir en China.
CHINA ha experimentado enormes cambios desde el inicio de la política de reforma y apertura en 1978. Pero no fue solo la influencia económica del exterior: la puerta también se abrió en la parte cultural. Súbitamente, una nueva y joven generación nacida entre las décadas de 1980 y 1990 comenzó a repiquetear en sus escritorios los sonidos de Michael Jackson, Madonna y Whitney Houston, mientras los profesores los presionaban con tareas de caligrafía y los padres los mandaban a clases de erhu (instrumento musical tradicional de China). Algunos años después, Coca Cola, Volkswagen y los primeros restaurantes McDonald’s desembarcaron en la República Popular China. Entonces, en zapatillas Nike y Adidas, los jóvenes chinos peregrinaban para ver las escenas de Titanic, uno de los primeros filmes exitosos de Hollywood que se mostraron oficialmente en los cines del país. Un suceso muy recordado por aquellos jóvenes.
Esta nueva generación, conocida como los “post 80” o “post 90”, ha crecido y los enormes baches que la separaban de las generaciones de sus padres y abuelos son cada vez más evidentes. Sin embargo, no es adecuado calificar este fenómeno como “americanización” u “occidentalización”. Tal como es ampliamente conocida en el campo de los estudios internacionales, la globalización no implica el reemplazo de las tradiciones locales por la influencia extranjera. Esa visión sería muy simplista. Por el contrario, la globalización promueve el desarrollo de nuevas cosas, aunque sin duda inspiradas por una significativa influencia del exterior.
Esta es también una verdad para China y sus ciudadanos nacidos en las décadas de 1980 y 1990. Ellos seguramente abrazaron muchas de las cosas que entraron a sus vidas a través de la puerta de la reforma y apertura, pero no necesariamente copiaron todo. El encuentro con el Western pop y la cultura del consumo se ha ido mostrando a partir de una nueva y verdadera cultura juvenil china en estos últimos años: los llamados Wenyi Qingnian.
Sin embargo, este concepto no es fácil de traducir en los idiomas occidentales. Pero demuestra, más que nada, que algo nuevo ha emergido en China como resultado del choque entre la cultura local y la globalización; y que no es simplemente una copia o una pobre imitación de la cultura de naciones más industrializadas.
El término Wenyi Qingnian puede ser traducido literalmente como “Juventud literaria y artística”; es decir, una juventud que comparte una pasión por el arte y la cultura en su sentido más amplio. En los últimos años, este concepto se ha vuelto muy habitual en el idioma chino.
Un Wenyi Qingnian es alguien que pasa la mayor parte de su tiempo libre escuchando música, mirando películas y leyendo libros. Por lo tanto, los Wenyi Qingnian son conocidos por sus preferencias hacia locales de cine europeo, la poesía y las profundas canciones líricas. Disfrutan de conciertos y obras de teatro, algunos escriben poesía, historias cortas o novelas, o publican sus propias melodías, filmes o comentarios de libros en Internet, caminan por las calles con sus cámaras, y comparten sus impresiones, pensamientos y sentimientos a través del microblog. Accesorios como las cámaras Lomo, las zapatillas de lona, las camisetas estilo marinero, la ropa vintage y el look retro, así como el obligatorio bolso de yute (el cual, por supuesto, cuelga de los hombros de los hipsters de todo el mundo) se han convertido en los más distintivos elementos de esta nueva cultura juvenil china.
La tienda de artesanía NagQu en el hutong Wudaoying, en Beijing. Yu Jie
El término Wenyi Qingnian no es nuevo en el idioma chino. Ha existido desde hace buen tiempo. Sin embargo, nunca estuvo tan presente como ahora. Wenyi Qingnian se ha convertido en un lema, una declaración y hasta un eslogan de marketing; un término al cual te comprometes o rechazas, pero sobre el cual tienes una opinión o asumes una postura inequívoca.
De este modo, el concepto Wenyi Qingnian ha quedado en la memoria lingüística como la consecuencia del desarrollo que comenzó en la década de 1980. Refleja el espíritu de toda una generación que nació después del inicio de la reforma y apertura. Se ha vuelto la etiqueta de una juventud que tiene más opciones que las que gozaron sus padres y que ha logrado la libertad de seguir sus pasiones, de soñar, de buscar.
Al enfrentar nuevas oportunidades y horizontes, muchos de estos jóvenes han desarrollado una nueva autoestima. Están dispuestos a asumir más responsabilidades, así como a tomar más riesgos. Se alimentan de filmes occidentales, de música, de moda y de marcas de diseño. Y finalmente, aunque no es algo menor, se ven a sí mismos confrontados con los desafíos de la comercialización, que se ha infiltrado en casi todas las áreas de la vida del país.
Frente a la euforia de este nuevo desarrollo y la desesperación por lo material, que se respira especialmente en las más grandes ciudades de la costa este desde la década de 1980, estos jóvenes de áreas densamente pobladas (en una sociedad, de por sí, muy populosa) buscan una nueva identidad entre la tradición y la modernidad, el individualismo y lo colectivo. Silenciosamente expuestos en el arte y la literatura, parecen haber encontrado una salida importante.
Ante las escarpadas masas de la influencia occidental, la reacción de estos jóvenes ha sido la de un fuerte individualismo y un alejamiento del mainstream. Han elegido escapar del ocupado y ruidoso día a día de las grandes áreas metropolitanas, con el fin de encontrar sus propias respuestas en la música, las películas y la ficción. Muchos de ellos se han atrincherado en sus casas, un hecho que ha generado los términos de zhainan o zhainü (hombre o mujer hogareños). Otros manifiestan esta búsqueda en sus propias expresiones artísticas. Como resultado, la escena de la música juvenil ha florecido y muchos nuevos autores han surgido.
Además de todo ello, Internet ha jugado un rol importante en la difusión del fenómeno Wenyi Qingnian, al extremo de haberse convertido en la más importante plataforma de intercambio para estos jóvenes creativos. Ellos, además, han contribuido significativamente en el desarrollo de Internet en los últimos años. Estos jóvenes entusiastas no solo intercambian opiniones y sentimientos con gente que piensa como ellos a través de microblogs como Sina Weibo, sino que han facilitado también el advenimiento de nuevos y exitosos sitios web. Uno de los más influyentes es Douban.com, una plataforma en la que los usuarios pueden publicar música, videos o comentarios de libros, unirse a varios grupos de interés y difundir información sobre eventos culturales en sus ciudades.
Otro ejemplo es el portal de música Xiami.com, que ha tenido un meteórico crecimiento en la cultura Wenyi Qingnian y que ha promovido el desarrollo de la música independiente en el país, especialmente del indie folk, el indie pop y el indie rock.
Sin embargo, el fenómeno ha dejado su espacio virtual y ha comenzado a aparecer en las imágenes urbanas de China. En los últimos años en Tianzifang (Shanghai), un área situada en el antiguo territorio de la concesión francesa, y también en las calles y hutongs que rodean la Torre del Tambor en Beijing han abierto creativas tiendas y boutiques.
Aquí se pueden encontrar locales de cupcakes y cafés temáticos de gatos, tiendas de segunda mano y boutiques artesanales. El marketing turístico de la calle Nanluoguxiang en Beijing marca la temperatura comercial de la cultura Wenyi Qingnian. El concepto Wenyi Qingnian ha encontrado su espacio entre las camisetas y souvenirs que se venden allí. Sin duda, el Wenyi Qingnian ha logrado imponerse en la cultura popular.
Debido a la creciente comercialización del término, muchos auténticos Wenyi Qingnian han comenzado a rechazar esta etiqueta. Muchos en Beijing se han refugiado en rincones menos frecuentados de la ciudad, como el hutong Wudaoying, situado al este del famoso Templo Lamaísta. En este espacio silencioso, los visitantes pueden hoy disfrutar de una gran cantidad de pequeños cafés y boutiques de marcas independientes y creativas.
Sin embargo, cada vez más turistas vienen descubriendo Wudaoying y cadenas occidentales como KFC o Costa Coffee han llegado hasta el extremo este de este hutong. A pesar de eso, lugares como Wudaoying siguen siendo una evidencia de que las preocupaciones de quienes se autodeclaran “guardianes de la cultura tradicional” (y que piensan que la total occidentalización de la juventud china es consecuencia de la reforma y la apertura) son infundadas.
Por el contrario, los jóvenes chinos nacidos entre las décadas de 1980 y 1990 se las han arreglado para acoger las nuevas influencias del mundo occidental en una forma más creativa y segura. Además, han creado una cultura joven y propia: uno de los resultados ha sido toda una nueva interpretación del siglo XXI hipster, que ha cambiado el paisaje de las ciudades del país. Por último, no son las influencias culturales de Occidente las que homogenizan a las jóvenes generaciones chinas o del mundo. Pero, como en el caso de Nanluoguxiang y Wudaoying, una constante e insidiosa comercialización se abre paso y viene transformando todos los rincones de la sociedad.