Chen Jiashun, siempre listo al llamado
ANTES de asumir el cargo de vicedirector de la Administración de Recursos Humanos y Seguridad Social de la ciudad de Qujing, provincia de Yunnan, Chen Jiashun había laborado en varias compañías como un trabajador rural migrante y su misión consistía en promover la contratación de campesinos en buenas empresas y mediar en las disputas laborales que surgían.
Chen Jiashun (izq.) enseña a una anciana que vive sola a usar el celular.
Experiencia personal
“Yo no tenía otra alternativa que trabajar en empresas”, menciona Chen. En 2004, debido a la carencia de canales de empleo, el gobierno del distrito de Zhanyi, de la ciudad de Qujing, consideró que la exportación de servicios laborales debía ser uno de sus sectores pilares. Chen Jiashun, entonces vicedirector de la Administración de Recursos Humanos y Seguridad Social del distrito de Zhanyi, llevó a varios grupos de personas a trabajar en el delta del río de la Perla, pero la tasa de retorno de estos trabajadores rurales migrantes a sus pueblos natales fue superior al 80 %.
Chen Jiashun trabajó en cinco empresas, donde pudo adquirir la experiencia necesaria para conocer cuáles eran las condiciones de alojamiento, alimentación, salario y horario laboral de los trabajadores campesinos. En septiembre de 2008 fue contratado por la mayor granja de Yiwu, en la provincia de Zhejiang, y su labor era cuidar a los cerdos enfermos. El primer asunto que se le encomendó fue la limpieza de las heces de los animales y ver todo lo relacionado con los que morían por enfermedad. A pesar de portar máscara en el trabajo, el olor desagradable le provocaba náuseas y no tenía ganas de comer. Aun así, jamás se le cruzó por la mente la idea de renunciar. “Ahora me doy cuenta de que el horario de trabajo en la granja no era excesivo, de que la intensidad laboral no era muy fuerte y de que el ingreso era estable”, dice Chen. “Resulta muy conveniente para los agricultores de mediana edad, que no tienen alguna habilidad ni un ingreso estable”. Con la ayuda de Chen, 14 parejas de campesinos de mediana edad pudieron encontrar trabajo en dicha granja.
En estos últimos cinco años, Chen ha ayudado a más de 10.000 agricultores a trabajar en más de 680 empresas, y la tasa de retorno a sus pueblos natales ha descendido del 80 % al 5 %.
Los derechos de los campesinos
Chen ayudó también a los campesinos de Yiwu a mediar en más de mil disputas laborales y recuperar 2 millones de yuanes de pérdidas económicas. En aquel momento se escuchaba mucho la siguiente frase: “Si necesitas ayuda busca a Chen Jiashun”, pues él ha estado siempre dispuesto a acudir al llamado de los campesinos.
Después de tres meses en una pequeña fábrica de vestidos, Feng Shui’e y Ding Donghua, dos mujeres de la aldea de Zhanyi, renunciaron a sus puestos de trabajo. Sin embargo, dicha fábrica retuvo una parte de sus salarios. Al oír eso, Chen Jiashun buscó al director de la fábrica, quien lo amenazó a través de un grupo de hombres. “Ese dinero ha sido ganado con el sudor de sus frentes, ellas se lo merecen”, insistió Chen. Finalmente la fábrica les entregó los 3700 yuanes retenidos.
Otro caso fue el de Hu Jiajiang, cuya mano izquierda resultó atrapada en una máquina. Una autoridad certificó que se había tratado de un daño laboral, pero la compensación económica no llegaba. Tras conocer este hecho, Chen Jiashun sostuvo dos reuniones con el responsable de la fábrica, e incluso se contactó con el gerente general, quien estaba de viaje en EE. UU. Al final, ambas partes llegaron a un acuerdo en torno a la compensación.
A pesar de asumir un nuevo cargo en marzo de 2014, Chen continúa ayudando a los campesinos. “La ley no la podemos hacer cumplir en todos los lugares y, por eso, nos es difícil encontrar pruebas que favorezcan la causa de los campesinos”, sostiene Chen. Para resolver este problema, y gracias a los esfuerzos de Chen Jiashun, la ciudad de Qujing firmó con seis administraciones locales de recursos humanos y de seguridad social un convenio de cooperación para defender los derechos de los trabajadores rurales migrantes. El convenio estipula la creación de expedientes que permitan tener al alcance toda la información necesaria y, además, la necesidad de realizar coordinaciones entre los departamentos de recursos humanos y de seguridad social. “Ahora con solo unas llamadas se puede resolver cualquier problema relacionado con los campesinos de Qujing”, asegura Chen Jiashun.
Atraer capital
Entre febrero de 2013 y marzo de 2014, Chen Jiashun fue enviado a la ciudad de Suzhou, con la finalidad de captar inversiones. Visitó más de 60 empresas y se percató de las dificultades que las empresas privadas enfrentan. “Ahora busco un equilibro entre las empresas y los trabajadores campesinos para salvaguardar así los intereses de ambas partes”. Esta experiencia laboral lo animó a comenzar la tarea de atraer capital laboral. Chen desea que más ciudadanos de Qujing puedan encontrar trabajo en su localidad y resolver así dos problemas: el de la gente que no es capaz de mantener a su familia si se queda en su pueblo natal, y el de la gente que no puede cuidar bien a sus familiares si se va del pueblo natal a trabajar.
Sus empeños lograron que dos empresas de fuera de Qujing, Nantong Great Electric Co., Ltd. y una compañía de Shenzhen dedicada a la plantación de hortalizas y de lochas, invirtieran dinero y establecieran fábricas en Qujing. La primera ha generado 200 empleos, mientras que la segunda ha contratado principalmente a campesinas y su plantilla ha llegado a un máximo de 150 empleados.
Chen Jiashun indica que su objetivo principal este año es la disminución de la pobreza. “En cinco años planeamos transferir y exportar la mano de obra de 600.000 personas en situación de pobreza”.
Chen Jiashun (izquierda) explica a los trabajadores rurales migrantes a defender sus derechos.
Niños y ancianos que se quedan en el campo
Dong Ya, alumna de la Escuela Primaria Baishapo del distrito de Zhanyi, anhela cada mes la llegada de Chen Jiashun. “El tío Chen nos visita de vez en cuando y siempre nos trae artículos de escritorio y bocadillos. Incluso, nos compra pasteles de luna en la Fiesta del Medio Otoño”.
Los padres de Dong Ya trabajan en Zhejiang y regresan a casa solo en la Fiesta de la Primavera. Cuando Dong Ya piensa en sus padres, les habla por teléfono o por videollamadas. “En nuestra escuela se ha acondicionado un aula que sirve solo para llamar a los padres que viven fuera de la aldea”, cuenta Dong Ya. “Los números telefónicos están en un papel pegado en la pared. Podemos llamarles al mediodía y cuando terminamos los estudios por la tarde. Las llamadas son gratis”. La escuela ha instalado también dos computadoras para videollamadas. Todo ello ha sido gracias a la inversión del gobierno local y al impulso de Chen Jiashun.
Después de ser vicedirector de la Administración de Recursos Humanos y Seguridad Social de Qujing, Chen Jiashun propuso establecer un sistema de atención para los niños y ancianos que permanecían en el campo, así como un canal gubernamental de apoyo a ellos. Chen escogió dos lugares representativos de la ciudad de Qujing como zonas de prueba.
Asimismo, Chen Jiashun buscó el apoyo de organizaciones de bienestar social para ayudar a los niños que se quedan en el campo sin la compañía de sus padres. Junto con los miembros de la Asociación de Bienestar Público “Amar al Río de la Perla”, Chen Jiashun acudió a la Escuela Primaria Baishapo para donar libros y ropa. Cada año Chen invita a voluntarios a ir a esa escuela y ofrecer dos sesiones psicológicas.
Llevada por Chen Jiashun, China Hoy visitó la aldea de Jiaonika y vio viviendas de dos pisos. “Levantar un departamento como este puede costar 200.000 yuanes y las viviendas en una buena zona pueden llegar a más de 400.000”, explica. Las personas trabajan y viven fuera de la aldea para levantar estas casas, pero en el pueblo se quedan cada vez más ancianos. Chen Jiashun se ha dado cuenta de este problema y el año pasado reunió materiales equivalentes a 800.000 yuanes para nueve de las más de 20 familias de toda la aldea que tienen ancianos en esta situación. En 2014, Chen Jiashun compró un celular a cada familia que tenía un anciano en situación de soledad y depositó 300 yuanes en la cuenta de cada teléfono móvil, con el fin de facilitarle la comunicación con sus hijos.
Pan Chaojin, de 69 años, comenta: “Chen Jiashun le da mucha importancia a nuestra aldea y nos ha dado comida, celular, e incluso una olla arrocera eléctrica”. Pan Chaojin se pone muy contento cada vez que ve a Chen.