Por FU ZHIBIN y VERENA MENZEL
Una simbiosis entre cultura y turismo

El Parque Geológico Nacional de Zhangye Danxia es una importante atracción turística.
En tiempos antiguos, la ciudad oasis de Zhangye, en la árida provincia de Gansu, fue un punto de comercio fundamental de la antigua Ruta de la Seda. Posteriormente, fue un cuartel de guarnición en la ruta comercial del famoso Corredor de Hexi. Hace miles de años, los comerciantes chinos cargaban sus mercancías por este camino hacia lo que es hoy la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, colindante con Gansu, rumbo al Asia Central y Europa. De hecho, el nombre de Zhangye –que significa “brazos abiertos”– es una prueba de su importante rol de enlace.
Situada entre Mongolia Interior por el norte y la provincia de Qinghai por el sur, Zhangye tiene cinco distritos bajo su jurisdicción. Abarca una superficie de 42.000 km², equivalente al tamaño de Suiza.

Un ladrillo pintado con la imagen de la recolección de hojas de moreras, en el Museo del Condado de Gaotai.

La estatua de Sakyamuni reclinado en el Templo del Buda Gigante.
Riqueza histórica y cultural
Zhangye es una cornucopia de tesoros históricos y culturales, pero no muy conocida entre los visitantes extranjeros. El Templo del Buda Gigante, en el suroeste de la ciudad, ha estado bajo protección estatal desde 1986. Se trata de una joya arquitectónica rebosante de objetos históricos que recibe decenas de miles de visitantes al año.
Construido en 1098, es el único templo imperial existente de la dinastía Xia del Oeste (1038-1277). El Salón del Gran Buda, su principal construcción, se ha mantenido intacto y alberga la más grande estatua de arcilla bajo techo del Buda Sakyamuni reclinado de toda Asia (34,5 m de largo y 7,5 m de ancho en los hombros). La expresión facial del Buda varía según la posición del espectador. Si uno está delante de la cabeza, el Buda parece tener los párpados pesados, aunque con los ojos abiertos y una leve sonrisa. Pero visto desde los pies, el Buda parece serenamente dormido.
En las paredes del templo hay murales que representan escenas de la clásica novela china Peregrinación al Oeste y del Clásico de las montañas y el mar. Detrás del Salón del Gran Buda está la biblioteca de sutras, con más de 6800 volúmenes de escritos budistas que van desde las dinastías Tang (618-907) y Song (960-1127). El texto más preciado es el Tripitaka, escrito en polvo de oro y plata, que el emperador Yingzong de la dinastía Ming (1427-1464) obsequió al templo.
El distrito de Gaotai, en el norte de Zhangye, es otro concurrido destino turístico. Allá se localizan las ruinas de la antigua Ciudad del Camello, que fue un punto de distribución importante de la Ruta de la Seda y la capital del estado Liang del Norte (397-439). Aunque solo han sobrevivido fragmentos de sus muros de barro, sigue siendo la capital mejor conservada de aquellos tiempos. Fue declarada bajo protección estatal en 1996.
Las magníficas exposiciones en el museo del distrito transportan a los visitantes a tiempos antiguos. Se pueden ver, por ejemplo, los ladrillos pintados y hallados en las tumbas locales que van desde la dinastía Han del Este (25-220) hasta la dinastía Tang (618-907). Los motivos presentados reflejan la vida diaria, el trabajo, las normas sociales, las costumbres, los juegos, los pasatiempos, las prendas de vestir y los utensilios culinarios de entonces.

Zhangye es uno de los sectores más desafiantes del Campeonato de Rally de China.
Un secreto bien guardado
Lonely Planet, la guía de viajes más consultada, dedica solo dos breves párrafos a Zhangye. Ello contrasta con el extenso espacio que le da a Dunhuang, ubicada a 600 km de distancia en el mismo Corredor de Hexi, cuyas grutas, particularmente las de las cuevas de Mogao, son Patrimonio de la Humanidad y reciben a cientos de miles de visitantes cada año.
“Salvo el mar, uno puede encontrar todas las características topográficas aquí”, asegura el alcalde de Zhangye, Huang Zeyuan. Se trata de una afirmación válida, como lo demuestra el extenso parque nacional de humedales, al norte del río Heihe, el cual es un mosaico de pantanos, lagos y riachuelos. A solo 15 km al sur de Zhangye hay dunas de arena que son una extensión del desierto de Gobi, mientras montañas nevadas parecen flotar en el horizonte. Los densos bosques y arroyos de la montaña Yanzhi, en el distrito de Shandan, son un paraíso para los excursionistas, mientras que el parque forestal nacional, en el este de la ciudad, es el preludio perfecto del distintivo y colorido relieve de danxia.
Zhangye es también el hogar de la única comunidad Yugu en China. El sector central del Corredor de Hexi, donde las fértiles estepas se despliegan hacia las montañas Qilianshan, es la tradicional morada de este grupo étnico. La población local incluye a habitantes de 38 de las 56 etnias de China, principalmente los yugu, los mongoles y los tibetanos, quienes durante generaciones han vivido en paz y armonía.
El alcalde Huang espera que la iniciativa de “Una Franja y Una Ruta” muestre al país y al mundo los inmensos recursos naturales y culturales de Zhangye. “Queremos ser un centro turístico de nivel internacional”, añade el alcalde, quien sostiene que “debemos primero ser conscientes del valor de nuestro patrimonio antes de promoverlo”. Ello implica una aún mayor protección de sus sitios históricos.
Un destacado ejemplo es el Templo del Buda Gigante, el cual conserva en gran medida su forma original, gracias sobre todo a los esfuerzos de la autoridad local. Algunos lugares de gran tradición en China han sido llamativamente pintados o toscamente reconstruidos durante los procesos de mantenimiento y restauración, lo que ha menoscabado su carácter histórico. Sin embargo, cuando se quitó el pigmento de las vigas del Salón del Buda Gigante, los arquitectos locales lo reemplazaron, pulgada a pulgada, siguiendo las técnicas tradicionales.
Según Zhou Rongduo, la guía turística del templo, cuando la restauración finalizó después de tres años, algunas personas se quejaron de que el templo no luciera diferente. “Para nosotros, dichos comentarios fueron elogios”, señala. La gente tiene hoy una diferente percepción sobre la restauración de antigüedades. “Comprenden que el objetivo es restaurar la apariencia original, en lugar de darle un nuevo aspecto conforme a la estética contemporánea. Nuestra misión no es embellecer, sino conservar su excelencia”, puntualiza Zhou.
“Nuestra prioridad es integrar la industria turística con la protección del patrimonio cultural”, menciona el jefe local del área de turismo, Yuan Deping. “La protección del patrimonio cultural no significa aislar sitios históricos y objetos antiguos. De hecho, su apertura al público facilita una mejor protección”.
El medio ambiente es otro tema clave y un punto destacado dentro del plan de desarrollo de Zhangye. El parque de humedales de la ciudad es un ejemplo de la positiva interacción entre el sector turístico y la protección ambiental, sostiene Yuan. Una gran faja de tierra en el norte de Zhangye fue destinada como reserva natural, y el lago que se cavó a orillas del río Heihe se convirtió rápidamente en el hábitat de muchas especies de aves.

Un sector de la pradera de Kangle en el Condado Autónomo Yugu de Sunan.Yu Xiangjun
Mayor publicidad
El mundo debe conocer la riqueza histórica y cultural de Zhangye y el gobierno local está haciendo todo lo posible para que ello ocurra. Para ello se ha emprendido una campaña en los medios de comunicación, especialmente en Internet. La ciudad produjo recientemente un documental sobre el Corredor de Hexi, con la convicción de que imágenes bien compuestas dicen mucho más que todo un equipo de traductores.
Hay la esperanza de que quienes visiten las vecinas Grutas de Dunhuang hagan una parada en Zhangye. Por ello, la montaña Danxia, escenario de la película A simple noodle story de Zhang Yimou de 2009, tiene un protagónico papel en la campaña en los medios de comunicación. El color de las rocas arenosas de la montaña es una mezcla de rojo, dorado y naranja, y atrae a multitudes de fotógrafos todo el año.
Para atraer a jóvenes visitantes, el gobierno local de Zhangye ha establecido un circuito de carreras que se extiende a través del Desierto de Gobi, así como diversos programas que incluyen campamentos, senderismo, un recorrido por las montañas nevadas y vacaciones en el pastizal de caballos más grande del país.
“Todos nuestros esfuerzos están dirigidos a la protección de nuestra cultura”, asegura el alcalde Huang. “La cultura es el alma del turismo y le da sentido”. Huang sostiene que en tiempos en los que los mensajes más escuchados son innovación, apertura e inclusión, la gente debe también tomar consciencia del valor del patrimonio cultural y que esta tenga prioridad sobre la promoción de lo nuevo y lo innovador.