La defensa de la ecología -Un diálogo con el alcalde Huang Zeyuan
LA ciudad de Zhangye, antiguamente conocida como Ganzhou y apodada hoy como “la ciudad dorada”, está en el noroeste de la provincia de Gansu y es el mayor oasis en la parte central del Corredor de Hexi y la antigua Ruta de la Seda.
Durante más de dos mil años, viajeros orientales y occidentales se reunieron en esta ciudad, donde residía gente de diversas nacionalidades, convirtiéndola en un importante punto de intercambio cultural.
Actualmente, en Zhangye conviven en armonía ciudadanos de 38 grupos étnicos, con diferentes religiones y formas de pensamiento, que habitan edificios de diversas características arquitectónicas, todo lo cual compone un especial ambiente cultural.
Con motivo de la iniciativa “Una Franja y Una Ruta”, y gracias a su particular posición geográfica y a su mestizaje cultural, Zhangye trabaja para convertirse en un destino de turismo ecológico, en un nudo estratégico de la red de transporte regional y en una zona para los cultivos orgánicos.
Huang Zeyuan es alcalde de Zhangye y licenciado en Historia, por lo que es la persona perfecta para hablarnos del rico pasado cultural e histórico de la ciudad, así como de las oportunidades de su futuro desarrollo.

El Parque Nacional de Humedales de Zhangye es clave para el ecosistema de la ciudad y juega un rol medular en la regulación y conservación de sus recursos hídricos.

Huang Zeyuan, alcalde de la ciudad de Zhangye.
El tren Lanzhou-Urumqi ha hecho de Zhangye una importante ciudad del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda.
Nudo de transporte regional
“La antigua Ruta de la Seda era un trayecto comercial creado por nuestros antepasados de Oriente y Occidente. Gracias a su desarrollo comercial fue evolucionando hasta convertirse también en un trayecto de intercambio entre culturas y naciones. Las tres líneas de la Ruta, la del norte, la central y la del sur, confluyen en Zhangye”, explica Huang Zeyuan.
Las montañas Qilian, que corren al sur de Zhangye, sirven como línea divisoria entre la meseta Qinghai-Tíbet y la meseta de Loes. El origen del agua de los cuatro oasis formados por las escorrentías de Qilian proviene del territorio de Zhangye, sobre todo del segundo mayor afluente interior de China, el Heihe, que atraviesa y nutre esta tierra fértil, dejando a su paso multitud de cosechas y una notable prosperidad comercial.
En la antigua Ruta de la Seda, Zhangye era un importante lugar de descanso y abastecimiento. Los famosos monjes Faxian (334-420 d.C.) y Xuanzang (602-664 d.C.), de las dinastías Jin del Este y Tang, respectivamente, así como funcionarios, diplomáticos y caravanas comerciales de camellos, se detenían aquí.
En 1275, el famoso viajero italiano Marco Polo vino a la ciudad, acontecimiento que se menciona en las Crónicas de Zhangye. Cuenta que en el verano de 1274, Marco Polo, que entonces tenía 19 años, llegó junto con su padre y tío a la residencia Kaiping (cerca de Xilingol, en la actual Mongolia Interior), para presentar un informe al entonces emperador de la dinastía Yuan, Kubibai Khan. Debido al mal estado del camino, estuvo retenido en Ganzhou casi un año. Actualmente, en Zhangye hay una calle con edificios de estilo europeo llamada Marco Polo. “Aunque esa calle se construyó en 2003, se perciben en ella la apertura y prosperidad de aquella época”, asegura el alcalde.
El alcalde Huang también ensalza la importancia de la posición de Zhangye en el proyecto del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda: “Tenemos el proyecto de transportar de oeste a este gas natural a través de gaseoductos bajo tierra, carbón a través de líneas férreas y autopistas tendidas a ras de tierra, y electricidad a través de cables de alta tensión a varios metros sobre la tierra”. Además, añade, Zhangye disfruta de ventajosas condiciones naturales que le permiten ser un centro de producción de cultivos orgánicos para su exportación a Asia Central y Europa.

Una zona dedicada al cultivo de flores en Zhangye.
Lugar de reunión de múltiples culturas
Según Huang Zeyuan, la riqueza histórica y cultural de Zhangye es lo que da fama a la ciudad: “Ya en el año 111 antes de nuestra era, se instaló aquí la prefectura y Zhangye fue incluida en la administración del entonces gobierno central; era un lugar de reunión de religiones y tradiciones de Oriente y Occidente que, con el paso del tiempo, acabó adquiriendo una colorida cultura”.
Como en Zhangye residían diferentes grupos étnicos, y era un lugar de paso inevitable para ir desde el oeste a la planicie, se convirtió en un punto estratégico para que los imperios llevasen a cabo la unificación. A lo largo de su historia, decenas de grupos étnicos, como hunos, mongoles, etc., se multiplicaron en esta tierra, donde algunos establecieron su centro de poder y aplicaron su jurisdicción. Fruto de aquello viven hoy 38 minorías nacionales en Zhangye, entre las que destaca la yugu, una etnia muy especial cuyas ricas y particulares características enriquecen la ciudad.
Los arriba citados monjes Faxian y Xuanzang pasaron por Zhangye, importante punto para la introducción del budismo en el este, donde dejaron un valioso patrimonio y numerosas leyendas. El Templo Dafo, por ejemplo, templo nacional de la dinastía Xia, fue construido en el año 1098. Hoy en día, su palacio imperial se encuentra en buen estado de conservación, una rareza en China. “Zhangye también es un lugar de reunión de diferentes religiones y de convivencia armoniosa”, explica Huang. En el libro Los viajes de Marco Polo aparecen registradas detalladamente las edificaciones religiosas. Hasta la dinastía Qing, en la ciudad de Ganzhou existían templos budistas y taoístas, mezquitas, iglesias y otros lugares de culto para otras religiones.
El alcalde asegura que las culturas deben respetarse y apreciarse. “Nuestra tarea es proteger el multiculturalismo, fomentar lo inclusivo de cada cultura y buscar puntos de unión entre lo propio y lo ajeno”.

Las bufandas locales con imágenes del relieve de danxia forman parte de la campaña de promoción de Zhangye. Fotos de Yu Xiangjun
El desarrollo ecológico del sector
Debido a la especial ubicación de Zhangye, que limita al sur con la meseta Qinghai-Tíbet y al norte con el desierto de Mongolia Interior, y debido, además, “a su altura y a la carencia de agua en la región interior, la estrategia de la ciudad es apostar por un desarrollo económico ecológico”, precisa Huang Zeyuan.
“Nuestra idea es optimizar el uso de los recursos agropecuarios para desarrollar integralmente el sector y comenzar a desarrollar la agricultura orgánica”, explica el alcalde.
Además, Zhangye quiere combinar su desarrollo ecológico y cultural, pues cada vez viajan más turistas por el Corredor de Hexi y el despegue del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda concede a Zhangye la oportunidad de desarrollar su turismo.
El alcalde Huang cree que en la actualidad los turistas no se conforman únicamente con visitar un lugar, sino que quieren vivir experiencias, y que los deportes al aire libre, como esquiar en la montaña nevada o conducir un todoterreno en el desierto, son las mejores. En cualquier caso, en Zhangye cualquiera encontrará un lugar de su agrado o un deporte que practicar.
Zhangye posee ricos paisajes naturales: glaciares, montañas nevadas, bosques, prados, ríos y lagos, el desierto de Gobi, oasis, humedales y el relieve de danxia (unas particulares formaciones rocosas de la zona). De todos ellos, el relieve de danxia ha sido escogido por los internautas como el más inolvidable entre 22 enclaves paisajísticos del mundo. Gracias a esta variedad paisajística y a la topografía del terreno, los deportes al aire libre están en auge. Huang Zeyuan ofrece las siguientes cifras: en el año 2000, Zhangye recibió 500.000 turistas, cifra que aumentó a 1,1 millones de personas en 2009 y que superó los 10 millones en 2014.
En cuanto al desarrollo del sector agropecuario, Huang Zeyuan asegura que van a optimizar el uso de los recursos naturales para el cultivo del 50 por ciento del maíz de China en 1 millón de mu (15 mu=1 hectárea). También cultivarán frutas de buena calidad y hongos comestibles, además de plantar hortalizas en las mesetas. Todo ello se hará cumpliendo estrictamente las normas del Estado sobre seguridad alimentaria para una producción orgánica, que se beneficiará de la cría de un millón de bueyes, en lo que será un proceso integral de producción agropecuaria orgánica y respetuosa con el medio ambiente. El objetivo es convertir a Zhangye en un símbolo ecológico y en el más importante centro de este tipo de producción agropecuaria en la Franja Económica de la Ruta de la Seda.