Costuras de una vida mejor
A sus sesenta años, Zatthan no albergaba la menor esperanza de encontrar empleo. Esta mujer china de la etnia uigur vive en la comunidad de Pingdingshan, ubicada en la calle Hongmiaozi, de la ciudad de Urumqi, un barrio habitado mayormente por trabajadores inmigrantes. Se trata de personas que cuentan con poca formación académica y poca calificación profesional, de ahí que sobrevivan con trabajos ocasionales. Para colmo de males, Zatthan debe hacerse cargo de dos hijos, quienes, a pesar de frisar las dos décadas de vida, no pueden trabajar por las enfermedades crónicas que padecen.
Sin embargo, en abril pasado la rueca de la fortuna pareció dar un giro en favor de Zatthan, cuando la Compañía de Confecciones Joya Brillante de Xinjiang inició un seminario de capacitación para costureras. Como los cursos se impartieron en la comunidad de Zatthan, a ella no le resultó complicado sumarse. Junto con otras veinte mujeres de la vecindad se dispuso a aprender una nueva habilidad. “Después de un mes ya podía ganar 1000 yuanes mensuales”, recuerda Zatthan. El disponer de un ingreso estable le ha dado mayor confianza en el futuro.
De acuerdo con las autoridades de Recursos Humanos y Seguridad Social de la región autónoma uigur de Xinjiang, entre 2010 y 2014, 315.600 personas de sus zonas urbanas obtuvieron empleos gracias a la asistencia del Gobierno. De todas estas, 29.000 eran de familias totalmente desempleadas.

Un curso de capacitación en el Parque de Creación Empresarial de Huocheng.
Capacitación gratuita, trabajo seguro
Los cambios en la vida de Zatthan ratificaron la decisión de la kazaja Zaliye, presidenta de Joya Brillante, de impartir cursos de habilidades a las mujeres desempleadas, además de ayudarles a encontrar empleo. Ella misma había pasado por el paro en 2002, cuando su empresa estatal de confecciones se declaró en bancarrota. Le sobrevinieron entonces días muy difíciles hasta que decidió establecer su propia empresa desde cero. Hoy su compañía ha acumulado un buen caudal de éxitos, como demuestran sus 10 millones de yuanes en ventas anuales y su expansión por Asia Central.
En septiembre de 2014, Zaliye comenzó a realizar investigaciones de campo en varias comunidades donde se concentran minorías étnicas. En el barrio donde se ubica la comunidad de Zatthan, la empresaria encontró a muchas familias con numerosa prole, entre las cuales las mujeres se ven impedidas de encontrar trabajo porque dedican la mayor parte de su tiempo al cuidado de los niños. Como resultado de ello, no han tenido la oportunidad de desarrollar todas sus aptitudes.
Durante su investigación, Zaliye se enteró de que la comunidad de Pingdingshan se había planteado introducir empresas de confecciones y artesanía en la comunidad, así como ofrecer a los residentes capacitación gratuita, entre otras medidas. El proyecto estaba destinado a ayudar a las mujeres desempleadas a encontrar un trabajo cerca de sus hogares, de modo que pudieran cuidar de sus familiares y, a la vez, aumentar sus ingresos económicos.
Zaliye participó activamente en el proyecto. Sus alumnas se convirtieron en sus empleadas después de un mes de capacitación. De hecho, podían ganar hasta 2500 yuanes al mes y disfrutar de la seguridad social que la empresa pagaba en su nombre. Este modelo ha sido aplicado con éxito en otras comunidades, con la participación de más de 100 mujeres.

Trabajadoras en la Fábrica de Confecciones Shangyi. Xu Xun
Negocios por cuenta propia
Zohragul es otra empresaria a la que le ha sonreído el éxito en la fabricación de prendas de vestir. Cuando inició su carrera, hace unos 20 años, apenas disponía de una máquina de coser y de sus manos. Su negocio floreció en 2009 y cuatro años más tarde pudo contratar a 15 trabajadoras.
En octubre de 2014, el distrito de Huocheng, en el noroeste de Xinjiang, decidió ceder sus terrenos rurales o espacios de oficina a pequeñas empresas de mano de obra intensiva, especialmente a las que se dedicaran a la artesanía étnica. La empresa de Zohragul fue una de las pioneras en lo que sería el Parque de Empresarios por Cuenta Propia. Hoy su firma emplea a más de 50 mujeres, que confeccionan abrigos y trajes de noche de mujer. En el poco menos de un año transcurrido desde que ella entró en el parque industrial, su compañía ha obtenido beneficios netos por 700.000 yuanes, mientras que los ingresos anuales de las operarias han aumentado de 10.000 a 30.000 yuanes.
Según Mahhmut, jefe del distrito de Huocheng, a finales de 2014, el parque industrial había atraído inversiones por un valor de 120 millones de yuanes, en tanto que el valor de la producción anual de sus empresas había alcanzado los 207 millones de yuanes. El parque ofrece más de 500 puestos de trabajo, además de 700 empleos relacionados.
La importancia del desarrollo industrial
En la vasta área desértica de Gobi, en el distrito de Pishan, prefectura de Hotan, resalta la Fábrica de Confecciones Shangyi. La dueña de la empresa, Fang Liqin, proviene de la provincia de Anhui (sureste de China), pero hace unos años decidió invertir en Xinjiang para apoyar el desarrollo local.
En los últimos años, el gobierno provincial de Anhui ha impulsado el desarrollo industrial y ha proporcionado ayuda a Xinjiang como parte de un programa nacional. Empresarios de Anhui han recibido incentivos para investigar el entorno de inversión en aquella región. Fang Liqin es una de ellos. En octubre de 2013 se fue a Pishan y a varios otros distritos en el sur de Xinjiang, donde le chocó la pobreza de la localidad. Situado en el extremo sur de Xinjiang y en el tramo sur del desierto de Taklamakán, el distrito de Pishan ha sufrido los embates de su árido entorno natural. Tiene 260.000 habitantes. Sin embargo, dispone apenas de 450.000 mu (30.000 hectáreas) de tierras de cultivo. Su ingreso anual per cápita no superó los 4525 yuanes en 2013. “Al ver aquella realidad, no podía menos que echarles una mano”, menciona Fang.
En 2014, el Gobierno Central y el local promovieron el desarrollo de las industrias textil y de confecciones, con el objetivo de fortalecer el empleo local. Se ha establecido un fondo especial valorizado en 20.000 millones de yuanes para el desarrollo del sector. Ha entrado en vigor, asimismo, una amplia gama de políticas que apoyan a estas industrias, relacionadas con los impuestos, el transporte, la capacitación y la seguridad social para los empleados. Fang Liqin considera que todos estos planes generan valiosas oportunidades para el desarrollo de las empresas.

Zohragul, empresaria de Huocheng. Liu Yan
De regreso de su visita a Xinjiang, Fang vendió su hotel de cuatro estrellas en Anhui e integró su negocio en el delta del río Yangtsé para invertir en el distrito de Pishan, junto con varios empresarios de Anhui.
A finales de marzo de 2014, con una inversión de 210 millones de yuanes, la Compañía de Confecciones Shangyi comenzó a construir su fábrica. En solo seis meses concluyó un complejo de 62.000 m² de superficie y el 28 de septiembre de ese año comenzó a producir, aunque todavía en fase de prueba. Se espera que la empresa produzca 2,5 millones de prendas cada año. La fábrica de Pishan procesa, ante todo, material traído del oriente de China. El producto final es llevado a Shanghai, desde cuyo puerto sale hacia el extranjero. Hasta agosto de 2015, la compañía había generado beneficios netos por 60 millones.
Más de mil lugareños desempleados y graduados de las escuelas de enseñanza media de formación profesional han encontrado ocupación en esta empresa. Bohattke Ibrahim y Mukaddas Abduheni hablan mandarín y lideran los grupos que fabrican jerséis. A menudo hablan de los cambios ocurridos en sus vidas. De hecho, si la fábrica no hubiese sido construida en su pueblo natal, ambas habrían podido pasar toda su vida trabajando como agricultoras y asumiendo pesadas labores en el campo.
Además, la empresa ha anunciado que el personal que trabaje más de cinco años podrá comprar un apartamento construido por la propia compañía a precio subsidiado. Más aún, ambas están orgullosas de que la ropa que confeccionan triunfe en los cinco países de Asia Central que conforman las iniciativas de “Una Franja y Una Ruta” (la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI).