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2015-October-27 15:54

Hacer amigos en China

Por DANG XIAOFEI

Representación en la ceremonia de inauguración del Campamento Internacional de Verano Soong Ching Ling.

 

“¿Nos puede ayudar?” Dos chicos acuden a un voluntario para que traduzca su conversación. Aunque no hablan el mismo idioma, Tanakrit Jaichuen, tailandés de 15 años de edad, y Nurak Sagynbekov, kirguiz de 16, charlan animadamente con gestos, con ayuda del voluntario y a veces en inglés, y ya se han convertido en un par de buenos amigos.

Esto sucedió durante el VI Campamento Internacional de Verano Soong Ching Ling, en el que participaron 360 adolescentes provenientes de 22 países de los cinco continentes. El lema de este campamento es “Hacer amigos en China”.

Amistad transfronteriza

En el programa de formación al aire libre, organizado en la ciudad de Nantong, Tanakrit y Nurak coincidieron en el mismo grupo. Ambos se apoyaron mutuamente y desarrollaron una íntima amistad que impresionó a los voluntarios. Como Nurak no habla bien el inglés, Tanakrit le sirvió a veces de “intérprete”.

Tanakrit explicó a China Hoy cómo se forjó su amistad con Nurak. Se conocieron en Beijing, durante la presentación del campamento y gracias a las actividades del primer día, como el intercambio de tarjetas y recuerdos, o el dibujo común en un largo rollo de pintura. “Creo que Nurak es muy amable y muy alegre”, dijo Tanakrit. Ambos charlaron incansablemente de la cultura de sus respectivos países e intercambiaron anécdotas. “Mantendremos y estrecharemos nuestra amistad tras el campamento”, añadió. Para Tanakrit, esta ha sido su segunda participación en el Campamento Internacional de Verano Soong Ching Ling, donde ambos años ha hecho muchos amigos de otros países con los que ha mantenido contacto.

Pero el caso de Tanakrit y Nurak no es singular. Está, por ejemplo, el de Hani Abdelfatah, un estadounidense de 16 años que se convirtió en la “estrella” del campamento, donde gozaba de gran popularidad gracias a su forma de bailar. Alegre y optimista, Hani se hizo amigo de un chico australiano. “Tenemos un sentido del humor parecido y nos reímos con las mismas cosas. Él es gracioso y también le gusta el fútbol americano, por eso nos llevamos tan bien”, dijo Hani antes de comentar sus impresiones sobre el campamento: “El mundo no es tan pequeño como yo imaginaba. Los amigos vienen de todas partes y he ampliado mis horizontes. En el mundo hay culturas muy variadas”.

El Campamento Internacional de Verano Soong Ching Ling es una gran plataforma de intercambio internacional. A través de variadas y divertidas actividades, los participantes tienen la oportunidad de ampliar su visión del mundo, aumentar sus conocimientos y hacer amigos de otros países. Una amplitud de miras que se traducirá en respeto a la diferencia cultural entre naciones.

Experimentar la cultura china

La caligrafía, el arte del corte de papel, el teatro o las artes marciales... Estos jóvenes disfrutaron enormemente de la cultura tradicional china. Para la mayoría de ellos, se trató de su primera visita a China y el primer acercamiento con su cultura milenaria, que tenían curiosidad por conocer.

En la sala de actividades de la Ópera de Beijing, la quintaesencia de la cultura china, los estudiantes extranjeros siguieron con mucho interés las instrucciones del maestro y trataron de imitar sus movimientos y su aria. Sin embargo, les atrajo más la posibilidad de posar y tomarse fotos vestidos con el traje tradicional de la Ópera de Beijing. “La cultura china es muy rica y variada. He aprendido acerca de muchas cosas, como la pintura o el baile tradicionales chinos y las acrobacias. EE.UU. tiene una historia de sólo unos cientos de años, no como China, que tiene una muy larga historia”, dijo Hani.

También las artes marciales les llamaron poderosamente la atención. “China tiene una historia milenaria. Su cultura es muy interesante, especialmente las artes marciales, que me parecen geniales”, dijo Flint, de Zimbabwe, quien conoció las artes marciales a través de películas chinas pero sólo comenzó a practicarlas ocho años después de estudiar y vivir aquí. Este joven de 20 años es ahora estudiante de segundo año en la Universidad de Petróleo de China. Su padre y su hermana menor también participaron en el campamento.

Han Sanguk, de la Fundación Juvenil del Campo y Zonas de Pesca de Corea del Sur, encabezó la delegación de su país. “Antes, los niños no tenían la oportunidad de acercarse a la cultura china. En el campamento pueden conocer la cultura y la vida de los chinos, hacer amigos y llevar a cabo intercambios culturales con estudiantes de todo el mundo”, explicó.

Lee Gangjun, un surcoreano de 15 años, ya conocía el qipao (vestido típico chino, de origen manchú, con cuello cerrado y aberturas laterales), pero después de asistir a un espectáculo de acrobacias descubrió que existen muchos tipos de qipao.

En su opinión, los estudiantes no prestaban mucha atención a las informaciones sobre China antes de participar en el campamento, pero tras esta experiencia, y a pesar de que no entienden el mandarín, su interés será mayor “porque China ya es el lugar donde viven sus amigos”. Además, dijo, es posible que “después de dos o tres años empiecen a aprender chino, y que cuando entren en la universidad escojan una carrera relacionada con la cultura china o que vengan a China a aprender el mandarín”.

Un miembro extranjero en el programa de formación al aire libre.  Fotos de Zhou Chengzhou
 

Un viaje inolvidable

A las 19:20 del 25 de julio, cuando el tren Z51 salió de Beijing para Nantong, en el vagón resonaban las risas y los cantos. Los participantes en el campamento charlaban y jugaban a las cartas. Las chicas de Corea del Sur empezaron a hacerse selfies y luego le pidieron a un fotógrafo que viajaba con ellas que les tomase una foto.

“Pasar la noche en el tren es maravilloso. Nunca lo había hecho. Viajar en tren con tantos amigos es genial y muy interesante. A todos nos gustó mucho y estábamos muy emocionados”, dijo feliz Renae Galvin, una australiana de 16 años impresionada con la Gran Muralla: “Es magnífica, un milagro. Es inimaginable cuántas personas participaron en su construcción. Me gustaría volver a visitarla algún día”.

“Para la mayoría de mis alumnos fue su primera visita a China. Es una excelente experiencia que puedan hacer amigos de todo el mundo gracias al campamento. Cada día, después de regresar al hotel, debatían acerca de las actividades en las que habían participado: el espectáculo de acrobacias, el viaje a la Gran Muralla, la deliciosa comida china, la ceremonia de inauguración… Disfrutaron mucho del viaje a China”, dijo Ara, directora de la delegación de EE.UU. “Este evento les dio una oportunidad de conocer a fondo a los estudiantes de otros países y sus culturas, más allá de los libros”, añadió.

Una destacada actividad del programa, que añadió vitalidad y pasión al campamento, fue la gran velada en la que los estudiantes subieron al escenario para mostrar a sus compañeros los encantos de sus propios países. A pesar de la diferencia del idioma o del color de piel, todos demostraron una gran pasión juvenil en el campamento y acabaron sintiendo cómo crecía entre ellos la amistad.

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