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2015-September-2 13:37

“El mundo nos impone una mayor cooperación”

Por RAFAEL VALDEZ

LA desertificación no es solo un problema ambiental, sino también de seguridad. “El 80% de los conflictos que hoy tenemos en el mundo están en tierras áridas”, subrayó el ex primer ministro de España José Luis Rodríguez Zapatero, durante el 5° Foro Internacional sobre el Control de la Desertificación, realizado en el desierto de Kubuqi, en la región autónoma de Mongolia Interior, al norte de China. El líder europeo dijo que Kubuqi “es en sí una invitación a producir, a construir una nueva civilización en el desierto”.

El ex presidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero en entrevista con China Hoy.

 

China Hoy (CH): En su ponencia, usted mencionó que la naturaleza no aguanta más, que los seres humanos necesitamos cambiar de actitud y que China nos está mostrando el camino a seguir. ¿Cuál es ese camino y cómo el caso del desierto de Kubuqi podría ser aplicado en otros países que también buscan controlar la desertificación?

José Luis Rodríguez Zapatero (JLRZ): China se ha tomado con gran seriedad el problema de la desertificación. Este viene siendo hasta ahora el tercer problema del hombre en su relación con el medio ambiente: primero es el cambio climático; segundo, la biodiversidad; y tercero, la desertificación. China ha situado estos problemas en el mismo nivel de importancia. El avance de la desertificación y la reducción de las tierras fértiles suponen un factor añadido muy negativo al cambio climático. Además, suponen la pérdida de capacidad de control de las emisiones, la pérdida de cubierta vegetal y también supone un factor decisivo para la seguridad alimentaria, la pobreza y la violencia. El 80 % de los conflictos que hoy tenemos en el mundo están en tierras áridas, con escasez de agua.

En segundo lugar, la experiencia de forestación del desierto de Kubuqi es un proyecto realmente impresionante. Son miles de plantaciones de árboles, miles de hectáreas que eran desérticas y ahora quieren ser productivas, se trata también de la reducción de las tormentas de arena, es en sí una invitación a producir, a construir una nueva civilización en el desierto. Es un proyecto pionero en el mundo y, por lo tanto, considero fundamental conocerlo.

Aplicación del Modelo Kubuqi en Hebei.

CH: En este foro se está hablando de la necesidad de establecer un mecanismo de cooperación para el control de la desertificación. ¿Cómo debería ser ese mecanismo?

JLRZ: Tenemos la Convención contra la Desertificación que es una de las llamadas “hermanas” de la Cumbre de Río, junto con el Cambio Climático y la Biodiversidad. El problema es que en la Convención contra la Desertificación ha habido menos financiación, menos interés político, y tampoco ha habido un panel de expertos de la dimensión e importancia que ha tenido el Cambio Climático, a pesar de que la desertificación es uno de los factores que más contribuye al cambio climático. Tenemos que pasar a una nueva etapa después de la Asamblea General de las Naciones Unidas a realizarse el próximo septiembre de 2015, con la aprobación de los objetivos del Desarrollo Sostenible. Además, con el documento que se acaba de aprobar en Addis Abeba, Etiopía, sobre el nuevo marco de la financiación del Desarrollo vendrá un periodo de incremento de la financiación de la Convención sobre la Desertificación. Será un periodo de coordinación de los bancos de desarrollo, de condicionamiento ecológico en la financiación de proyectos por parte de los bancos de desarrollo (como el Banco Africano, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial) y, además, será un periodo donde habrá un nuevo tipo de alianzas de colaboración financiera entre el sector público y el privado, o entre el sector privado y los bancos de desarrollo. Esos son los cambios que el nuevo proceso de los objetivos del Desarrollo Sostenible impulsará para la lucha contra la desertificación a partir de septiembre de 2015.

CH: Su país, España, tiene amplia experiencia en el uso de energías renovables, especialmente la energía eólica. De hecho, algunas empresas españolas, como Gamesa, Ehn-Acciona e Isofon, ya han realizado proyectos en China. Eso coincide con el objetivo chino de cambiar su matriz energética y pasar de usar carbón a usar energías renovables. ¿Qué otras posibilidades de cooperación ve en este campo?

JLRZ: España tiene dos ámbitos de liderazgo en cuanto a desarrollo tecnológico: uno es sobre energía eólica y energía solar fotovoltaica que en el desierto de Kubuqi tiene una dimensión espectacular. Tenemos empresas líderes y hemos llegado a tener, por momentos, el 50 % de la electricidad que se usa en nuestro país suministrada por energías renovables o alternativas. Hay empresas españolas, como las que usted menciona, que siguen apostando por China, aunque este país ahora tiene un desarrollo propio muy importante.

El segundo sector que me interesa señalar es el de la gestión integral del agua. El agua es, quizás, el recurso más apreciado y escaso que tenemos. España tiene empresas que han logrado una poderosa innovación energética en el tratamiento, ahorro, desalinización y en el regadío eficiente y económico porque el 18 % de nuestra tierra tiene un riesgo medio o alto de desertificación, y hemos tenido que hacer un gran esfuerzo tecnológico en la gestión del agua. Creo que es uno de los elementos que hay que resaltar extraordinariamente. La lucha contra la desertificación es, por supuesto, la reforestación, pero también implica una nueva visión sobre la administración del agua. En eso, España es también líder y ya ha tenido experiencias importantes de cooperación como el Fondo Latinoamericano del Agua que aprobamos en 2007, bajo mi Gobierno. Esta iniciativa surge de la colaboración publico-privada, así como de la colaboración con un banco de desarrollo como es el BID que gestiona una parte importante de este fondo y está permitiendo a más de tres millones de latinoamericanos acceder a agua potable.

Imágenes de teleobservación por satélite del desierto de Kubuqi en 2000 (izq.) y 2010 (der.).


CH: ¿Cuál ha sido su impresión del desierto de Kubuqi?

JLRZ: Es mi primera vez en un desierto en China. Durante estos días hicimos un recorrido por una parte de las entrañas del desierto y de los proyectos de cambio y desarrollo. Nos explicaron sobre la importación de las plantas solares fotovoltaicas, la reforestación y la investigación del cultivo de las especies de árboles, vegetales y frutas. Lo que vimos es ciertamente impresionante, pues, aunque uno no haya visto cómo era el desierto hace 30 años, se lo puede imaginar, y ver ahora el cambio es llamativo. Este es un gran reto para China. La clave de este proyecto es el asentamiento de la población y la cultura ecológica en el desierto. La sostenibilidad será, sin duda alguna, el gran desafío, pero tenemos que confiar en la innovación tecnológica y en la determinación que tiene este país.

CH: ¿Qué papel juega el Foro Internacional de Kubuqi como una plataforma para contribuir a este reto?

JLRZ: Está considerado como el foro más importante en el ámbito internacional sobre desertificación y esto tiene una gran importancia porque, insisto, este es uno de los tres grandes asuntos globales en el marco de la sostenibilidad ambiental del mundo. El principal problema que tenemos los seres humanos es la sostenibilidad. Este es un año decisivo. Tenemos la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Organización de las Naciones Unidas en septiembre, y tenemos la Cumbre del Cambio Climático en diciembre en París. Estas van a ser pruebas para la credibilidad de la comunidad política internacional porque veremos si la conciencia ecológica, que ha ido creciendo desde hace 30 años, va a llevar a una fase más decisiva, a compromisos más eficaces y a fortalecer la sensibilidad global. Es el momento para que se aplique la ideología que el mundo nos impone que es la ideología de la cooperación.

CH: ¿Podríamos decir que para España, la desertificación es un problema más de seguridad que ecológico?

JLRZ: Para España, la desertificación es un problema principalmente ecológico. Nosotros tenemos zonas con un alto riesgo de desertificación, así que debemos combatirla porque el avance de la erosión afecta negativamente y agrava otros síntomas propios del cambio climático como las temperaturas extremas, la elevación del nivel del mar, inundaciones, etc. Por otro lado, la desertificación hace un daño enorme a los acuíferos y también provoca problemas de seguridad que están relacionados con la fuerte migración que viene del norte de África. Tenemos un dato muy revelador: el 80% de los conflictos que ocurren hoy en el mundo están en tierras secas. Los países del norte de África y algunas zonas de Asia son, quizás, las áreas que más necesitan cooperación en la lucha contra la desertificación. Cuando uno conoce casos como el de Kubuqi, piensa que este tipo de proyectos son muy necesarios en el norte de África.

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