Los defensores de la paz mundial

30 de octubre de 2013. La octava fuerza de paz china en Darfur recibe una medalla de las Naciones Unidas por su desempeño en la región.
EL 8 de abril pasado, un contingente de infantería de China llegó a Sudán del Sur. Fue el último grupo de los 700 miembros del batallón de infantería china –el primero, además, en ese país africano– designado para cumplir misiones de paz de la ONU. Su arribo marcó una nueva etapa en la participación de China en los despliegues de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.
Participante activo
La ONU tiene como objetivo defender la paz, apegándose al espíritu de la Carta de las Naciones Unidas. China, miembro permanente del Consejo de Seguridad, está comprometida con la paz y la seguridad mundiales, y apoya y participa con gran empeño en las misiones de mantenimiento de la paz que están en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas.
En los 25 años transcurridos desde abril de 1990, cuando por primera vez el país envió a cinco observadores militares a la Organización Supervisora de las Naciones Unidas para la Tregua en el Medio Oriente, China ha extendido de manera constante su presencia en las operaciones de paz de la ONU, diversificando las tropas que ha enviado a tales efectos.
Confinadas en un principio al Medio Oriente, las fuerzas de paz chinas se encuentran hoy distribuidas en 11 regiones del mundo. Su composición ha aumentado, al pasar de los ingenieros originales a constituir un conglomerado de ingeniería, transporte y tropas de infantería, médicos, observadores y asesores militares. En 2013, China envió por primera vez una fuerza de seguridad a Mali. En 2015 despachó su primer batallón de infantería completo a Sudán del Sur. Ambos casos fueron un hito en la participación de China en las misiones de paz de la ONU. Hoy, el país aporta con 2.720 cascos azules, cuya cifra deberá aumentar a 3.100 para finales de 2015.
Hasta ahora, China ha participado en 24 misiones de paz de la ONU, incluidas nueve de las 16 que hoy se mantienen vigentes. Su contribución acumulativa de tropas, que asciende a 30.178, es la séptima más nutrida entre todos los países contribuyentes, y la mayor entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Más aún, el país es el sexto mayor financiador de los gastos de mantenimiento de paz entre todos los miembros de la ONU, y el principal entre los países en desarrollo.
Los soldados chinos reciben reconocimiento mundial
Las fuerzas de paz chinas han demostrado una alta profesionalidad y una eficacia extraordinaria al enfrentar tareas exigentes y duras condiciones. En Mali, donde en ocasiones la temperatura del suelo se eleva a 50°C, los técnicos chinos construyeron un gran hospital en solo cuatro meses. En el sur de Líbano, soldados chinos detectaron y desactivaron 8.779 minas terrestres y bombas en cinco años, incluyendo más de 6.000 bombas de racimo, sin incurrir en una sola lesión o baja por esa causa. Cuando el conflicto civil en Siria alcanzó proporciones de conflagración bélica, al punto de poner en peligro los aeropuertos locales, los funcionarios chinos escanearon y procesaron durante diez horas ininterrumpidas los documentos de 150 observadores internacionales estacionados en la región, facilitando la expedición de visados y la evacuación del personal a través de Líbano.
Durante el cumplimiento de sus misiones, los pacificadores chinos respetan escrupulosamente las reglas de la ONU y las leyes locales. Un informe de 2009 emitido por el Instituto Internacional de la Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) reconoció que las fuerzas chinas han sido las más profesionales, eficientes, mejor entrenadas y más disciplinadas entre todas las fuerzas de paz de la ONU. El SIPRI concluyó que la imagen positiva china ha otorgado un nuevo lustre a la integridad de las misiones de paz de la ONU.
Por tradición, el Ejército chino ha fomentado una estrecha relación con el pueblo, práctica que se extiende a las operaciones de mantenimiento de la paz. A la par que se abstienen de inmiscuirse en los asuntos políticos locales, las fuerzas de paz chinas emprenden la reconstrucción de posguerra en los países anfitriones. Después del brote del virus del Ébola en África, en 2014, los cascos azules chinos en Liberia se lanzaron en carrera contra reloj para construir un centro de tratamiento de esa epidemia, trabajando más de 16 horas al día hasta completar la instalación un mes antes de lo previsto, y fue la primera de su tipo construida con ayuda extranjera en el país.

22 de diciembre de 2014. El primer batallón de infantería de China antes de partir a una misión de paz en Sudán del Sur.
El reconocimiento de la ONU
Según la oficina de asuntos para el mantenimiento de la paz del Ministerio de Defensa Nacional, a partir de 1990, las fuerzas de paz chinas han construido o reparado más de 11.000 km de carreteras y más de 300 puentes, han desactivado 9.400 minas terrestres y otros artefactos explosivos, han tratado a 149.000 pacientes (personas-veces) y han transportado 1,1 millones de toneladas de suministros a través de 12 millones de km, el equivalente a 300 vueltas alrededor de la Tierra.
El 28 de agosto de 2007, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, nombró a Zhao Jingmin como nuevo comandante de la fuerza de misión de paz de la ONU en el Sáhara Occidental, haciendo del mismo el primer alto oficial de esa nacionalidad en desempeñar tan importante papel en el mantenimiento de la paz de la ONU. La medida constituyó un reconocimiento de la organización al papel activo de China en la mediación internacional y un testimonio de la competencia del personal militar chino.
Hacia el final del mandato de Zhao, en abril de 2011, el teniente general Babacar Gaye, asesor militar para las operaciones de paz de la ONU, escribió una carta de recomendación y dijo que Zhao había mostrado un liderazgo sobresaliente y una profunda comprensión de las condiciones locales durante sus años de trabajo. Destacó la aptitud de Zhao para la comunicación y la cooperación con las partes en conflicto, lo que redujo las violaciones de pactos de alto el fuego, de 966 ocasiones en 2007 a 84 en 2010.
Siguiendo estos ejemplos, cada vez son más los oficiales chinos que se colocan el casco azul. China continuará desempeñando su deber para bien de la humanidad.
*Zhang Yue es profesor de la Universidad de Relaciones Internacionales del EPL.