La aspiración de un país grande

COMO gran país, la aspiración de China ha sido siempre la de hacer una gran contribución a la humanidad.
En 1956, Mao Zedong señaló en uno de sus artículos que, al ser un país con un territorio de 9,6 millones de km² y de 600 millones de habitantes, China tenía que contribuir más al mundo. Ese mismo año, cuando el entonces primer ministro Zhou Enlai dialogaba con huéspedes extranjeros, les mencionaba también que, en comparación con nuestros antepasados, los chinos debíamos contribuir más a la humanidad.
Durante la época moderna, China no logró hacer una debida contribución al mundo, lo que guarda relación con la invasión imperialista de más de 100 años —desde el inicio de la Guerra del Opio— y también con la corrupción de las venideras generaciones de gobiernos reaccionarios.
Entonces, ¿qué se debía hacer? A finales de 1978, China hizo un gran reajuste en políticas al preocuparse primordialmente en la construcción económica. Se inauguró así la etapa de la reforma y apertura. Desde entonces, y por más de 30 años, el PIB chino ha mantenido un crecimiento promedio anual del 9 %. Gracias a la acelerada elevación del poderío nacional integral, China ha logrado mejorar en gran sentido la vida de su pueblo y, además, ha hecho importantes contribuciones a la preservación de la paz internacional y al fomento del desarrollo económico y social del mundo.

Agricultores de Yuguan, en el condado de Neixiang, comienzan a cosechar el trigo.
Impulsar un crecimiento económico sostenido
En 2014, la tasa de contribución de China a la economía global llegó al 25 %. China invirtió ese año un total de 140.000 millones de dólares en el exterior e importó mercancías por 2 billones de dólares, convirtiéndose en el mayor socio comercial de más de 120 países y regiones. China ofreció al mundo abundantes mercancías, buenas y baratas, y creó una gran cantidad de empleos y oportunidades de inversión para sus socios comerciales. Según la prensa estadounidense, China invirtió y compró un total de 1583 empresas en EE. UU., donde ha contratado a más de 80.000 empleados de tiempo completo en los últimos 15 años. De acuerdo con los cálculos hechos por estudiosos chinos, la demanda china respecto a la importación llegará a los 17 billones de dólares en los próximos cinco años, mientras que invertirá 1,2 billones en el exterior, con lo cual creará 7 millones de puestos de trabajo. China atraviesa ahora una etapa de cambio de modalidad, actualización económica y reestructuración sectorial, lo que significa una buena oportunidad para el ingreso al mercado chino del capital, la tecnología, los equipos y los servicios de otros países.
China considera a sus países vecinos como socios de cooperación para un desarrollo común y les invita a tomar “el tren chino del desarrollo”. Esta actitud le ha permitido mantener una buena relación con Japón, Corea del Sur, Mongolia, el Asia Central, el Asia del Sur y los países de la ANSEA en cuanto a la cooperación económica y comercial. China ha propuesto también la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), con el fin de mejorar el ambiente de inversión y el financiamiento para la construcción de infraestructura en los países asiáticos, lo que ha tenido una muy activa respuesta. El proyecto de “Una Franja y una Ruta”, así como el Fondo de la Ruta de la Seda, demuestra que China busca el acoplamiento de estrategias de desarrollo con sus países vecinos y con los países ubicados a lo largo de la Franja y la Ruta, promoviendo conjuntamente la vinculación y la comunicación recíprocas y compartiendo con ellos los frutos del desarrollo chino. El proyecto de “Una Franja y una Ruta” promoverá el crecimiento económico de diferentes países y hará realidad los objetivos del incremento económico global.
Cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio
En 2000, los países miembros de las Naciones Unidas determinaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio, cuyo eje central es la erradicación de la pobreza. Después de 15 años, China ha entregado un informe satisfactorio al respecto.
China incluyó los Objetivos del Milenio dentro de su propio proyecto de desarrollo. En 2003 alcanzó el objetivo en cuanto a la reducción de la pobreza, convirtiéndose en el primer país en disminuir a la mitad el número de pobres. China se adelantó también al cumplimiento de siete metas establecidas, como el reducir a la mitad el número de la población desnutrida, la educación primaria universal, la no discriminación por razón de sexo en la educación primaria y secundaria, la disminución de la tasa de mortalidad en niños menores de cinco años, la prevención y control de la tuberculosis y la malaria, el suministro de agua potable segura y la construcción de una infraestructura fundamental de saneamiento. Asimismo, alcanzó grandes progresos en el plano laboral y en la lucha contra el sida. En octubre de 2012, Klaus Rohland, director a cargo de las operaciones del Banco Mundial en China, declaró en una entrevista exclusiva con China Hoy que nuestro país había superado a los demás en cuanto a los éxitos obtenidos en la reducción de la pobreza. “Entre 1981 y 2012, 600 millones de chinos se liberaron de la pobreza, lo que ha marcado un éxito sin precedentes en la historia”, afirmó Rohland en aquella ocasión. En abril del presente año, en un discurso ante los estudiantes de la Universidad de Beijing, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan destacó también las grandes contribuciones de China en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, “gracias a su propio crecimiento económico, su labor en la erradicación de la pobreza y su influencia positiva en el desarrollo económico de otras regiones del mundo”.
China participa activamente en el campo de la cooperación internacional y prioriza la promoción del desarrollo mediante el comercio y la inversión, en lugar de la simple ayuda materialista. Con acciones pragmáticas, China ha venido impulsando la Cooperación Sur-Sur, ha ayudado a otros países en vías de desarrollo a construir carreteras, puentes, hospitales, escuelas, instalaciones de riego agrícola, entre otras infraestructuras, y ha reducido o condonado las deudas de los países con altos índices de pobreza. Gracias al proyecto de plantación alternativa, China ha ayudado a Laos y a Myanmar a disminuir en gran cantidad la superficie de cultivo de amapola, aumentando la tasa de empleo.
Garantizar el abastecimiento de cereales
Con menos del 10 % de la tierra cultivable del mundo, China produce el 25 % de cereales y alimenta al 20 % de la población mundial. En ese sentido, la tasa de autosuficiencia alimentaria de China superó el 97 % en 2013.
El país ha desempeñado un papel activo en el escenario de la gobernanza global de cereales. En 2005, China dejó de aceptar la ayuda en cuanto al abastecimiento de alimentos; por el contrario, se convirtió en el tercer país donante de cereales, por detrás de EE. UU. y la Unión Europea, y empezó a participar en el marco de la Cooperación Sur-Sur promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En Libia, un equipo de expertos chinos ayudó a promover las especies de arroz híbrido y las técnicas de cultivo, con lo que la producción aumentó en un 300 % en comparación con las especies locales. En Senegal mejoró las especies locales de arroz, a fin de que la producción por cada hectárea superase las 10 toneladas, lo que batió el récord nacional. En Uganda difundió la técnica de cultivo de arroz híbrido chino, lo que determinó un rendimiento de 6,27 toneladas por hectárea, tres veces la producción local. Según el responsable del estudio de cereales del Ministerio de Agricultura de Uganda, “en los últimos 30 años, China ha desarrollado la técnica agrícola más apropiada y la que contribuirá al cambio de modalidad económica en África”.
Hasta junio de 2014, China había enviado cerca de 1000 expertos agrícolas a más de 30 países de África, de Asia y de las regiones del Pacífico Sur y del Caribe, lo que representó el 60 % del total de expertos enviados gracias al proyecto de Cooperación Sur-Sur. En ámbitos como los de obras hidráulicas en el campo, producción de cultivos, ganadería, acuicultura y elaboración de productos agrícolas, los expertos chinos han promovido más de 1000 tipos de técnicas agrícolas y capacitado a más de 100.000 personas, haciendo realidad un aumento promedio del rendimiento del 30 % al 60 % en los cultivos de arroz, maíz, frutas y verduras. La FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) otorgaron a China un premio por su contribución a la Cooperación Sur-Sur.
Las instalaciones en el mar Meridional de China
En mayo pasado, China inició la construcción de dos faros multifuncionales en los arrecifes Huayang y Chigua de las Islas Nansha. El mar Meridional de China es una vía internacional de transporte marítimo y es también una importante zona de pesca en el mundo. Debido al número de barcos que transitan y a las complicadas condiciones marítimas, de vez en cuando suceden accidentes. En ese sentido, los faros en Huayang y Chigua contribuirán a la adecuada navegación de las embarcaciones y garantizarán su seguridad. Más adelante, China establecerá otras instalaciones civiles en los arrecifes de las Islas Nansha, a fin de mejorar el servicio dado a los países en la costa del mar Meridional de China y a los barcos internacionales que pasan por esta zona. Son medidas que China adopta para cumplir con sus obligaciones y deberes internacionales.
En cuanto a la construcción y exploración de las Islas Nansha, China estableció en 1988 una estación meteorológica marítima en el arrecife Yongshu y en 2007 comenzó a realizar estudios sobre la diversidad biológica, la pesca y otras actividades económicas en el arrecife Meiji. Asimismo, se viene dedicando en las Islas Xisha al mantenimiento de las vías fluviales y a la construcción de instalaciones de rescate.
En enero de 1988, por encargo de la Unesco, China estableció en el arrecife Yongshu la estación de observación marítima tripulada número 74 del sistema global de observación a nivel del mar, con la tarea de observar cerca de 20 elementos hidrometeorológicos en el mar Meridional de China, tales como la dirección y velocidad del viento, la tormenta, la marea, la onda, etc. En los 27 años transcurridos ha obtenido más de 5 millones de datos hidrometeorológicos, los cuales ofrecen informaciones fidedignas a los barcos chinos y extranjeros que navegan por el mar Meridional de China. A través de la Administración Estatal de Asuntos Marítimos, la estación ofrece mensualmente a la Organización Meteorológica Mundial la marea media mensual y, cada cinco minutos, el nivel de la marea en tiempo real, desempeñando así un papel activo en la disminución de catástrofes, en el estudio meteorológico marino y en el aprovechamiento pacífico de los recursos oceánicos.

Un visitante observa un robot en la Expo de Información Electrónica de China, en Suzhou.
El tratamiento de los problemas candentes
Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, China participa con iniciativa en el tratamiento de los problemas candentes regionales e internacionales, y asume su debida responsabilidad en torno a la preservación de la paz mundial.
A inicios del presente año, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, recordó que China, como gran país, ha cumplido siempre con su deber respecto a la preservación de la paz y la seguridad, como ocurrió en la década de 1950, cuando intervino en la resolución de problemas en los procesos independentistas de Laos, Vietnam y Camboya; en la década de 1980, cuando medió en la disputa alrededor de Camboya; y en la década de 1990, cuando propuso el mecanismo de negociación entre seis países sobre la cuestión nuclear de Corea del Norte. El ministro Wang Yi cree que China necesita explorar constantemente medidas y vías eficaces y de características chinas para resolver los eventuales problemas suscitados a nivel internacional. Cada vez más países respaldan la idea de que China participe en la resolución de problemas internacionales y regionales.
China es el miembro del Consejo de la Seguridad que más personal ha enviado a las acciones de mantenimiento de la paz realizadas por la ONU: un total de 30.000 personas en 25 años. En cuanto al brote del ébola, la mayor crisis epidémica de los últimos 30 años, China ofreció también un inmediato apoyo a Liberia y otros países africanos afectados. Asimismo, apoyó la transición pacífica del gobierno de Afganistán, participó activamente en las negociaciones sobre la cuestión nuclear iraní, persistió en la desnuclearización de la península coreana y defendió la resolución de las disputas mediante el diálogo. Del mismo modo, planteó cinco principios para resolver pacíficamente el conflicto entre Palestina e Israel, propuso cinco medidas políticas para el problema de Siria y viene sosteniendo una posición justa e imparcial en torno al problema de Ucrania, fomentando siempre el diálogo y la paz.

Enero de 2015. Personal chino para el mantenimiento de la paz en una misión de escolta en Somalia. Fotos de Cnsphoto
Cambio de modalidad en la gobernanza mundial
China es un importante participante en la gobernanza global y un activo impulsor de la reforma de su mecanismo. China respalda a la ONU, al Grupo de los 20, a la Organización de Cooperación de Shanghai, al Foro APEC, al grupo de los BRICS y a otros organismos internacionales, con el fin de impulsar el proceso de multipolaridad mundial y mejorar el sistema de gobernanza internacional.
China ha participado en todas las instituciones especializadas de la ONU, en más de 100 organizaciones internacionales intergubernamentales y en más de 400 acuerdos multilaterales. Como presidente rotatorio del Consejo de Seguridad, China propuso en febrero pasado llevar a cabo un debate público alrededor de la reafirmación de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, exhortó a sacar lecciones de la historia para preservar la paz y la seguridad internacional y planteó iniciar así la conmemoración del 70º aniversario de la victoria en la Guerra Mundial Antifascista y de la fundación de la ONU. La comunidad internacional aprecia mucho lo hecho por China en cuanto a enfatizar los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas como base de las relaciones internacionales.
Para hacer frente a la crisis financiera y económica regional y global, China viene también impulsando el cambio de modalidad y la reforma del mecanismo de gobernanza mundial. Además de promover el Grupo de los 20 como una plataforma de cooperación en el ámbito económico internacional, ha planteado sus opiniones sobre la reforma del Fondo Monetario Internacional respecto a la cuota de financiación y sobre la reforma del Banco Mundial en torno al sistema de votación. La creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), el Fondo de la Ruta de la Seda y el Banco de Desarrollo de los BRICS constituyen elementos complementarios dentro del sistema financiero internacional. El proyecto de “Una Franja y una Ruta” fomentará el intercambio y la cooperación de ganancia compartida entre los países asiáticos y europeos.